viernes, 24 de febrero de 2012

Gerardo Hernández no tuvo nada que ver con las avionetas derribadas el 24 de febrero de 1996

Gerardo Hernández Nordelo
Del proceso judicial contra los cinco antiterroristas cubanos prisioneros en Estados Unidos, el caso de Gerardo Hernández Nordelo ha sido desde el inicio el más complicado de todos y así lo confirma la inamovible condena a dos cadenas perpetuas y 15 años de privación de libertad.

Con total ensañamiento político por tratarse de un fiel defensor de la Revolución Cubana, el sistema judicial estadounidense acudió al vil recurso de responsabilizar -sin pruebas- a Gerardo del derribo de dos avionetas pertenecientes a la organización terrorista Hermanos al Rescate, las cuales violaron el espacio aéreo de la isla el 24 de febrero de 1996.

Desde aquellos acontecimientos ya han transcurrido 16 años, mientras el patriota acumula casi 14 de arbitrario encierro en la “nación que se autoproclama defensora de los derechos humanos” y “enemiga del terrorismo”. ¡Qué ironía!

Si en verdad fuera así por qué luego de cinco mandatos presidenciales no le han dado la posibilidad a Hernández Nordelo de acceder a un juicio justo e imparcial.

¿Por qué le atribuyen algo que no cometió, si no fue él quien avisó aviso sobre el vuelo de las avionetas sino la propia Agencia Federal de Aviación de Estados Unidos.

¿Cómo hubieran actuado las autoridades norteamericanas -sobre todo en el sur de La Florida- si les hubieran violado su soberanía 25 veces en menos de dos años tal y como le ocurrió a Cuba?

Seguramente no hubieran esperado ni a la tercera ocasión para derribar las naves.

Sin embargo, con el debido respeto la nación caribeña advirtió a su vecino del Norte, a través de un intercambio con el Almirante Carroll de la Marina estadounidense, de que no toleraría otra infracción en su espacio áereo y de ello fue alertado José Basulto, líder de “Hermanos al Rescate”.

De no ser así por qué, tras penetrar en cielo cubano, Basulto dio la vuelta y salvó su pellejo, en tanto morían sus compañeros.

Lo peor de todo es que a la hora de acusar a Gerardo Hernández de tal incidente el propio gobierno de George W. Bush reconoció que no tenía pruebas suficientes y hasta solicitó retirar el cargo.

Mas todavía una de las cadenas perpetuas que pesa sobre el antiterrorista tiene que ver con el llamado cargo tres o asesinato en primer grado.

Aún ante ningún tribunal se han presentado las imágenes de los radares norteamericanos que aclararían definitivamente si las avionetas se abatieron en aguas nacionales o internacionales, al tiempo que esas pruebas “duermen” hace más de 15 años en algún archivo muy bien custodiado en Estados Unidos, por supuesto.

Si -como dice un conocido refrán – quien no la debe no la teme- por qué no acaban de mostrar las imágenes satelitales de marras.

No hay que ser clarividente para deducir que todo es en sí una burda maraña política y que este 24 de febrero la contrarrevolución anticubana aludirá al derribo de las avionetas como un hecho “digno de tributo”.

Sin embargo para los cubanos de verdad la fecha adquiere enorme connotación patriótica por constituir el día en que se reiniciaron las luchas independentistas, en 1895, y la fundación de Radio Rebelde, en 1958. Esas son las efemérides que conmemoramos como parte indisoluble de su historia.




Tomado de: http://enelfondodelhombre.wordpress.com/2012/02/23/gerardo-hernandez-no-tuvo-nada-que-ver-con-las-avionetas-derribadas-el-24-de-febrero-de-1996/


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