jueves, 29 de marzo de 2012

Jefa de Damas de Blanco se conduele por el minuto "perdido".

No podía encontrar mejor espacio la jefa del grupúsculo provocador Las  Damas de Blanco, Berta Soler,  que no fuera el antro de la mentira y la difamación anticubana, Radio Martí, para canalizar su frustración y desaliento por no haber sido recibida por Benedicto XVI en su reciente visita a Cuba.

Dueña de un perverso afán de protagonismo, sazonado por su amor a los dólares USA, la contrarrevolucionaria no se ha repuesto por haber sido ignorada por el Pontífice, a pesar de toda la cobertura mediática que recibió de los medios detractores de Cuba, para que se le concediera, tan solo "un minuto" para ser atendida por éste.

Compungida, sabedora de que su "minuto" se fue a bolina, declaró a sus socios de la falaz emisora: "Independientemente de que el Papa habló de libertad, habló de reconciliación, habló de paz, vino a Cuba para un acercamiento de la Iglesia católica con el gobierno cubano. Sabemos que el Papa iba a hablar del levantamiento del embargo pero se olvidó de reunirse con su rebaño, los marginados, los perseguidos, los oprimidos, sabemos que el Papa no es un libertador, que Cuba necesita de libertad y la libertad depende del pueblo de Cuba”. ¿De qué rebaño habla, me pregunto, esta oveja descarriada, quien camina en dirección contraria al pueblo de Cuba?


Lastimada en su ego pisoteado e ignorado, proyecta la culpa por lo acaecido en la persona del Cardenal Jaime Ortega Alamino quien, sin merecerlo, es acusado por aquellos que se vieron imposibilitados de convertir la visita papal en un circo. Con total irreverencia, dijo que “estaba segura de que si Jaime Ortega le hubiera comunicado al Papa el deseo de ellas de reunirse solo un minuto con él, hubiera aceptado”. Luego, apuntaló: “realmente el Cardenal está dándole la espalada a la realidad del pueblo de Cuba cuando él es conocedor de lo que está pasando”.

¿Qué quiere realmente Berta Soler? ¿Que la Iglesia, más bien preocupada sinceramente por la difusión de la fe y la concordia entre los cubanos, se preste a su arrogancia y falta de humildad, a sus mentiras y provocaciones? Ni el Papa ni el Cardenal son tontos e ingenuos, eso se vio claramente en estos días, cuando percibieron cómo todo el pueblo, integrado por creyentes o no creyentes, le ofreció a la Iglesia una muestra irrepetible de respeto, madurez, solidaridad  y apuesta por un futuro digno.

Este pueblo se creció ante el Papa y vibró entera la cubanía ante él. No podía ser de otra manera, a pesar de que varios mercenarios y perturbadores, como Berta Soler, trataron de sabotear su peregrinaje por la Isla. 

La incitadora de oficio no dudó entonces, contraria al sentimiento respetuoso del pueblo, en apuntalar un sutil  reproche para Benedicto XVI, al declarar toda ella, oronda en su irrespeto, lo siguiente: "porque realmente el Papa es el que representa a Cristo aquí en la tierra, pero es un ser humano, nosotras las Damas de Blanco continuaremos amando y teniendo fe en Dios”.

¡Que Dios se apiade de ella, pues, si logra que la perdone, luego de haberle vendido su alma, como vil traidor, a quien odia y agrede a sus compatriotas! La gloria de su "minuto" se convirtió en permanente humillación.

Percy Francisco Alvarado Godoy.




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