lunes, 9 de abril de 2012

El plan nuclear de Irán en la partida geopolítica de EEUU

El gobierno de Teherán ha decidido repentinamente trasladar el lugar del encuentro de los mediadores internacionales que tratan el tema del programa nuclear de Irán.
Se pretende que la entrevista tenga lugar los día 13 y 14 del presente mes en Bagdad y no en Estambul, como estaba previsto en un principio. Si alguien pretendía sabotear esta reunión, esta podría ser una de las mejores formas.
Lo más importante en este asunto es que el principal participante está de verdad interesado en llegar a algún acuerdo y de qué manera. Da la impresión que cualquier resultado será negativo para EEUU y que anular las conversaciones se intuye como la mejor salida para los estadounidenses. Otra cosa es que la ausencia de un resultado tampoco es positiva, pero parece la opción más deseable.
Juegos de diplomacia
Las complicaciones con las conversaciones de Estambul ya se veían venir cuando durante una entrevista el pasado 3 de abril el viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Riabkov, no confirmó ni la hora ni el lugar de la reunión.Ira
La situación se ha vuelto extremadamente inestable. Por un lado, la secretaria general de Estados Unidos, Hillary Clinton, anuncia que las conversaciones serán en Estambul y, por el otro Irán se descuelga con que no está conforme. Una de las opciones que se barajaban era Damasco, pero eso podría ser interpretado incluso como una burla... La otra es la vigente en estos momentos: Bagdad.
En un principio, con la capital iraquí no debería haber ningún problema. En EEUU suelen decir por la inercia que da la costumbre (al menos de cara a la galería) que Irak, tras la ocupación estadounidense, puede servir de ejemplo para lo que sea.
Por otra parte, en opinión de algunos expertos, existe la opinión de que la guerra de Irak y EEUU tuvo un efecto colateral inesperado y es que Irán e Irak se han acercado mucho, tras la traumática y lenta recuperación de la guerra en la que se vieron envueltos en los años 80. En Irak el hermanamiento es más evidente en la parte (que tiene representación en el gobierno) donde predominan los chiítas, la rama del Islam predominante en Irán. Los símbolos religiosos y estatales son similares a los de Siria... lo cual no es muy agradable.  
Es fácil pensar que los iraníes puedan haber tenido graves problemas diplomáticos con Turquía, ya que este país ha intentado debilitar al aliado de Irán, Bashar Asad, con acciones inesperadas en Siria. Además, está la política que está llevando a cabo para situarse, tras Arabia Saudí, como el segundo país del mundo árabe como contrapeso a Irán.
En cualquier caso, el encuentro en Bagdad se tiene que producir sin demasiadas dificultades. Los líderes estadounidenses visitan la capital iraquí y no hace mucho, en marzo, se celebró la cumbre de la Liga de los Países Árabes. Todo el mundo salió ileso y contento. En el caso que nos ocupa todo es más sencillo: se trata de una simple reunión a nivel de viceministros de asuntos exteriores.
Sólo se necesita una sala de conferencias de tamaño medio y no hace falta paralizar la ciudad con policías y cortes de tráfico.
En realidad, esta reunión se podría haber celebrado en cualquier lugar del mundo. El sexteto de mediadores en el tema iraní está compuesto por el Reino Unido, Alemania, China, Rusia, EEUU y Francia.
Podía haber sido en cualquiera de estos países, incluso en el mismo Teherán. Lo más importante, sin duda, es el tema de las conversaciones.
Juegos de estrategas
En este punto tiene sentido volver a la entrevista con el viceministro ruso, Serguéi Riabkov, donde se encuentran muchas ideas interesantes. La reflexión más importante es que, tras el último encuentro del 2009, ya ha pasado demasiado tiempo y hay que volver a empezar de cero, esperando solo que se produzca la milagrosa evolución rápida en algún asunto aislado.
Rusia ha manifestado con frecuencia el sentir general de la dudosa utilidad de esta reunión. Las conversaciones, teóricamente, son necesarias para resolver paulatinamente la problemática nuclear de Irán. Y las posturas están así: los mediadores, a excepción de Alemania, son miembros de Consejo de Seguridad de la ONU y han prometido retirar todas la sanciones del Consejo de Seguridad contra Irán. Y éste, por su parte, no quiere renunciar a su programa nuclear, pero asegura que será transparente y abierto para el mundo.  
Lo fácil y efectivo es cumplir con lo prometido. Pero, como también ha ocurrido con el programa nuclear de Corea del Norte, no hay forma de hacer efectivos los acuerdos.
¿Puede realmente Estados Unidos permitirse llegar a un acuerdo ahora? Es muy posible que en la Cumbre Nuclear de Seúl el presidente Barack Obama le transmita a su homólogo iraní que su país necesita hasta enero, fecha de la toma de poder del nuevo presidente, para diseñar los acuerdos definitivos.  Los demócratas no se pueden permitir cerrar nada en este tema, porque los republicanos aprovecharían la ocasión en su favor para explicar a la opinión pública lo pernicioso que es para todo el país. En este sentido, parte de la campaña presidencial en EEUU están en manos de Mahmud Ahmadineyad. Cualquier paso en falso en el acuerdo con Irán y el partido republicano tendrá el paso franco al despacho oval.
Por esta razón, parte de los debates que tienen lugar en EEUU sobre el asunto de Irán se centra en si es factible de mantener esta cuestión aletargada hasta el año que viene. Para los estadounidenses es un tema importante.
Declaraciones absurdas y fuera de tono, como la de Clinton: “Esta es vuestra última oportunidad”, vienen siendo ya habituales. El último encuentro de 2009 ya había sido calificado como la última vez... También es recurrente la cantinela de las tremendas dificultades que tiene Estados Unidos para contener a Israel en sus deseos de efectuar un ataque preventivo sobre supuestos objetivos nucleares de Irán.
Los iraníes tampoco se quedan atrás y amenazan con bloquear el Estrecho de Ormuz en caso de ser agredidos, dejando al mundo sin petróleo y preparando un ataque a las costas de EEUU. La misma táctica que aplica Corea del Norte cuando dice que convertirá Seúl en un mar de fuego.
Lo más interesante sería conocer los debates políticos de expertos en EEUU sobre el particular. En este punto, hay que resaltar los problemas presupuestarios del gobierno estadounidense. Hace unos días su ministro de defensa, Leon Panetta, dijo que “las disfunciones de Washington son ya un peligro para la seguridad nacional y ponen en entredicho la capacidad de nuestra democracia para hacer frente a cualquier crisis”. Con “disfunciones” el señor Panetta se refiere al comportamiento del los republicanos en el Congreso, que bloquean todas las propuestas financieras de los demócratas. Y la guerra con Irán también se traduce en dinero.
También se analiza con cuidado la posición actual de Estados Unidos en el mundo. Michael Mandelbaum, autor del libro  ‘La superpotencia ahorradora’, constata que el mundo aparenta ser un lugar tranquilo para unos EEUU que están recargando sus baterías y no están en condiciones de llevar a cabo una política activa de control.
Es cierto que si algo amenaza a Estados Unidos está lejos y en el terreno de la teoría. Si el principal candidato a la presidencia por el partido republicano califica a Rusia como el principal rival de EEUU, significa que las cosas pintan bien. Y no es necesario remover el hormiguero.
En este caso, Estados Unidos se dedicar simular que el último paquete de sanciones contra Irán, que tiene como objeto el detener la exportación de petróleo iraní, ha dado resultado y Teherán está poniéndose de rodillas. Poco a poco, pero de rodillas.
Si con esto, los precios del petróleo no suben, a Obama le queda otro plan que ya está en marcha, que consiste aparentar que Teherán se está volviendo más receptivo en las negociaciones, asustado por los sucesos y las sanciones contra Siria... Solo que le ha cambiado el lugar de las mismas. Pero eso son detalles.
Puede ocurrir lo peor: una provocación incontrolable o que Irán, presionado por el alargamiento de las negociaciones, decida crear algún arma nuclear. Entonces, el encuentro se producirá en el Teherán atómico, pero ya después de enero del 2013.

Dmitri Kósirev, RIA Novosti

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