lunes, 21 de enero de 2013

Netanyahu, el eterno halcón, busca su tercer gobierno en Israel

Nacido el 21 de octubre de 1949 en Tel Aviv-Jaffa, su infancia transcurrió en Jerusalén. En 1963 su familia viajó a Estados Unidos donde su padre, Benzion Netanyahu, trabajó como profesor de historia.


Allí residió durante 20 años y realizó sus estudios en el Instituto Tecnológico de Massachussetts, donde se diplomó cum laude en arquitectura (1974) y un master en Administración de Empresas (1976).

De regreso a Israel, colaboró en la creación del Jonathan Institute para la investigación sobre terrorismo.

En 1982 el embajador israelí en Estados Unidos, Moshé Arens, le nombró su principal colaborador y dos años más adelante pasó a ser el delegado de Israel en las Naciones Unidas (ONU).

Regresó a Israel como viceministro de Asuntos Exteriores en 1988, año en el que entró a formar parte del Knesset (Parlamento israelí), convirtiéndose en una destacada figura de su partido, el Likud, que le elegiría como su jefe en 1993.

Se opuso, a las negociaciones de paz llevadas a cabo entre 1993 y 1995 por el primer ministro Isaac Rabin y la Organización para la Liberación Palestina (OLP), de Yasser Arafat.

Su triunfo en las elecciones de mayo de 1996 supuso una inmediata detención de todo el proceso de negociación y de paz comenzado en 1993.

Un primer mandato tambaleante, unido a acusaciones policiales de corrupción y tráfico de influencias que nunca llegaron a juicio por falta de pruebas, le llevaron tres años después a perder las elecciones frente a Ehud Barak, lo que provocó su retirada temporal de la política.

En enero de 1997, inició conversaciones con el presidente palestino Arafat, que culminaron en un acuerdo para la retirada israelí de la ciudad de Hebrón.

Dos meses más tarde se desató una nueva crisis con motivo de la creación de un barrio judío en una colina situada en la zona árabe de Jerusalén, que supuso lo que se dio en llamar la "segunda Intifada".

En las elecciones del 10 de febrero del 2009 el Likud obtuvo 27 escaños, uno menos que el principal rival, Kadima. Sin embargo, sumando a los partidos de derecha y a los ultraortodoxos, Netanyahu obtuvo mayor apoyo que Tzipi Livni (de Kadima) para formar gobierno.

El 30 de marzo del 2009 asumió el cargo y formó gobierno en coalición con los socialistas de Barak.

El 1 de febrero de 2012, Netanyahu arrasó en las primarias del partido Likud. Con el 75% de los votos derrotó a su único rival y exponente del ala más radical del movimiento conservador, Moshe Feiglin.

Por quinta vez desde que en 1993 tomara el relevo de Yitzhak Shamir, fue elegido máximo dirigente del partido. Salvo el corto periodo posterior a su derrota electoral del 99 y los años de su gran rival Ariel Sharon como líder y primer ministro, Netanyahu fue la principal figura del Likud durante los 19 años anteriores.

Ahora, de cara a los comicios de mañana y consciente del peso de los asuntos relacionados con la seguridad en el imaginario israelí, Bibi, según se lo apoda, hizo de la amenaza nuclear iraní su principal obsesión y el centro de casi todos sus discursos electorales.

Pese a haberse convertido ya en el primer ministro con más años en el cargo tras el fundador del país, las motivaciones más profundas de Netanyahu continúan siendo en gran medida un misterio para la mayoría de los israelíes.

"Estoy motivado por la misión de asegurar la existencia del Estado de Israel", repite a menudo últimamente como un mantra de su ideario político.

Netanyahu, que a diferencia de varios de sus predecesores no había tenido que afrontar ninguna guerra en sus siete años de gobierno, ordenó la operación "Pilar Defensivo" (noviembre de 2012) contra la Franja de Gaza, que muchos consideran un ensayo de un posible ataque a Irán.

Sus partidarios destacan la fortaleza con la que defiende algunos de sus principios básicos, como el de la seguridad de Israel, y su lealtad al país, que le hizo regresar de Boston donde apuntaba a una brillante carrera en los negocios.
Su alianza con los partidos ultraortodoxos y nacionalistas abrió un inusual periodo de estabilidad política en el país, aunque frenó en seco los avances en el proceso de paz conseguidos por Olmert.

Casado y con tres hijos, Netanyahu aspira esta vez a sacarse la espina de 2009 y convertirse en el candidato más votado, centrado en la pujanza de la economía israelí y sobre todo en la imagen de "un primer ministro fuerte", su principal eslogan de campaña.

"Nadie sabe lo que les espera a los judíos en el siglo XXI pero debemos hacer todos los esfuerzos para asegurar que será mejor que lo que les sucedió en el XX, el siglo del Holocausto", proclama como la síntesis más perfecta de su pensamiento.

Tomado de  http://www.telam.com.ar

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