Desde finales del año pasado hasta hace ya varios días el presidente de EEUU, Barack Obama, viene proponiendo las candidaturas del presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense, John Kerry, del exsenador republicano, Chuck Hagel, y del consejero adjunto para Seguridad Nacional, John Brennan, a fin de que asuman el cargo de la Secretaría de Estado, del Pentágono y de la Agencia Central de Investigaciones (CIA, por sus siglas en inglés).
Si no fuera por el pasado sobre
todo por el de Kerry y Hagel, y en menos grado por el de Brennan, sus
candidaturas no serían nada intrigantes. Resulta que tanto el primero
como el segundo son veteranos de la guerra en Vietnam y “críticos” de la
postura dogmáticamente intervencionista estadounidense, mientras que
Brennan ha trabajado en la CIA durante veinticinco años y actualmente es
asesor de contraterrorismo de Obama.
Expertos
aseguran que con la renovación de la cúpula de la Secretaría de Estado,
el Pentágono y la CIA, EEUU se dispone a cambiar el curso de su
política exterior; a emplear una diplomacia pragmática, activa y
flexible. Según ellos, las declaraciones hechas por Kerry y Hagel en
contra de la guerra en Iraq, la negativa de estos de calificar a la
organización Hezbolá como un grupo terrorista, los planteamientos sobre
la necesidad de reducir el presupuesto y presencia militares de EEUU en
todo el mundo, los llamados a dialogar directamente con Hamas, son un
indicador para hacer dicha conclusión.
A ese
indicador se le suma el artículo intitulado “Llegó la hora de hablar con
Siria” que dichos veteranos publicaron en 2008 en el Wall Street Journal
y el artículo del conspirador francés Thierry Meyssan en el que predijo
serios cambios en la política estadounidense concerniente a Oriente
Medio, y en el que se publicó una fotografía en la que aparecen reunidos
en un restaurante los matrimonios Kerry y Asad.
A primera vista pueden tener cabida las afirmaciones de los expertos, pero las declaraciones del presidente Obama
en una ceremonia celebrada en la Casa Blanca dejan lugar a dudas.
Citemos: “Chuck Hagel es el líder que necesitan nuestras tropas”, o “En
John Brennan los hombres y mujeres de la CIA van a tener el liderazgo de
uno de nuestros profesionales en materia de inteligencia más respetado y
habilidoso”.
Tras las citadas declaraciones, sale a
relucir que Hagel y Brennan serán piezas clave en la toma de decisiones
en el caso de que una serie de conflictos, en los que se encuentra
enfrascado EEUU, no pueda ser solucionada por la vía diplomática. Pues
el veterano de la guerra en Vietnam y el actual asesor de
contraterrorismo de Obama
son los más adecuados por ostentar la experiencia necesaria obtenida en
el campo de guerra y de inteligencia. Lo mismo podríamos decir de
Kerry.
Cabe señalar que en la citada ceremonia Obama
destacó, respecto a la CIA, que la recolección de información de
inteligencia alrededor del mundo es, y seguirá siendo, una de las
herramientas insustituibles para la “defensa de la integridad nacional
de EEUU”.
Al parecer todo tiene relación. No
olvidemos el acta denominada “Contrarrestando a Irán en el Hemisferio
Occidental”, aprobada por el Congreso estadounidense a comienzos del
2012, según la cual EEUU se dispone a hacer un seguimiento de todo lo
que esté vinculado a la República Islámica en el Hemisferio Occidental.
Si
ponemos atención, el país persa es utilizado como pretexto para que el
coloso del norte pueda entrometerse en los asuntos de América Latina,
interfiriendo en las actividades desde las misiones diplomáticas, de los
centros religiosos, culturales y de caridad hasta los medios de
comunicación, empresas, puertos y aeropuertos. Es decir, para que pueda
llevar a cabo un minucioso monitoreo de toda la región controlado por el
Departamento de Estado al que la CIA proporcionará toda la información
necesaria.
Las figuras propuestas por Obama
servirán como punta de lanza de una política exterior acorde a los
intereses estadounidenses en Oriente Medio para detener el desarrollo
económico y geopolítico de China, por ejemplo, puesto que el gigante
asiático ya ha sobrepasado a EEUU, convirtiéndose en el principal socio
comercial más importante en ciento veinticuatro países frente a los
setenta y seis de Washington.
En lo que respecta a
Rusia, en esa misma región la supuesta llegada al poder de la oposición
siria con ayuda de los países occidentales augura no solo una pérdida
geopolítica y geoestratégica del país eslavo, sino también un caos total
en la zona que podría extenderse hasta algunas repúblicas que forman
parte de la unión euroasiática.
Pues en esas se
percibe claramente un componente islamista que en un futuro podría
desestabilizar el país euroasiático si la mecha de las primaveras árabes
en el marco de las cuales surgieron “gobiernos” que muestran
inclinación hacia el islamismo radical, continúa prendiéndose.
Las
declaraciones de Kerry y Hagel, así como los artículos antes
mencionados podrían servir como cortina de humo para evitar que la
comunidad internacional pueda percibir las verdaderas intenciones de la
Casa Blanca en lo que respecta a sus relaciones con el resto del mundo.
John Kerry, Chuck Hagel, y John Brennan son realmente figuras clave,
pero sus nominaciones están llenas de connotaciones que inducen a
hacerse la pregunta: ¿Qué quiere en realidad Obama: más guerra o o un diálogo real?”
Por Yaroslav Gálich
La Voz de Rusia
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