domingo, 10 de marzo de 2013

Periodista de Hablemos Press debería ser juzgado y condenado por violar las leyes de #Cuba


Cuenta Twitter de Hablemos Press

La indecencia y el bajísimo nivel ético y cultural del llamado Centro de Información Hablemos Press -una autodenominada agencia de periodismo independiente integrada por ignorantes e intolerantes de todo tipo- es algo bien conocido y que se ha ido evidenciando siempre más en el tiempo con publicaciones de falsas violencias policiales, de respaldo a la política injerencista de los Estados Unidos o de tragicómicos inventos. Claramente, la estupidez y la falta de dignidad no representan un delito y -frente a estas manifestaciones- lo único que se puede hacer es sentir, simultáneamente, profundo desprecio e inmensa pena.

La cuestión problemática se levanta -y es el caso de especie- cuando estos llamados periodistas -que no saben nada de periodismo, gramática u ortografía española y que, a pesar de eso, tienen el respaldo de muchos medios internacionales- se atrincheran detrás de la libertad de expresión para dar espacio a sus mugrientos sentimientos anticubanos y antihumanos llegando a cometer acciones que se juzgarían y castigarían -y de hecho se juzgan y castigan- en cualquier país de llamado mundo democrático mientras que en Cuba se convierten en actos de represión y de amenazas.

Así, por ejemplo, el pasado 8 de marzo, el director general de Hablemos Press, Roberto Guerra, publicaba una serie de mensajes de textos en su cuenta twitter anunciando un incremento de represión contra uno de los periodistas de la citada agencia de información, Ernesto Aquino, debido a sus artículos de periodismo.

En ese último sentido, tras el fallecimiento del Presidente venezolano Hugo Chávez, el citado centro de información publicaba un incalificable artículo, escrito por el indecente autodenominado periodista Ernesto Aquino y titulado “Chávez: otra víctima del ajuste de cuentas”, en el que el autor -en una orgia de insultos, ofensas y ataques arbitrarios contra Fidel Castro y el recién fallecido Hugo Chávez- intentaba narrar una confundida hipótesis de conspiración y de lucha por el poder.

Así presentaba a los dos líderes latinoamericanos: “Fidel Castro y Hugo Chávez, compartieron muchos secretos macabros; desde operaciones paramilitares -para sembrar el terror entre los venezolanos-, hasta el respaldo financiero a las narco guerrillas y el terrorismo internacional; y era de todos conocida la indiscreción extrema de Chávez, para que Castro aceptara que lo sobreviviera”.

Luego pasaba a explicar su pensamiento hacia el Presidente Chávez y avanzaba la teoría de que fue supuestamente asesinado por el mismo Fidel Castro. Así lo contaba: “La muerte de Chávez les ahorrará muchas lágrimas al pueblo de Venezuela, y a otros pueblos de América que tuvieron la desgracia de padecerlo (…) pero eso no hace menos condenable el magnicidio. (...) Hugo Rafael, cometió un pecado de lesa autoridad que Fidel Castro no le perdonó jamás: Se autoproclamó Comandante de América. Y con toda la arrogancia que se agencian los hombres insignificantes que llegan al poder gracias a su extraordinaria falta de escrúpulos, hizo añicos la escasa popularidad que le quedaba al viejo hurón de la Sierra Maestra. (...) Fidel Castro es un cadáver, que espera que la generosidad de la vejez y la enfermedad lo libren de ser ajusticiado. (...) Su condición de hijo bastardo y su naturaleza perversa y retorcida le granjearon suficiente desprecio por parte de todos los que lo conocieron, como para estar preocupado por la forma en que los venezolanos lo recordarán. (...) Hugo Chávez está muerto. Murió lejos de su país; despreciando a los médicos venezolanos y burlando la confianza de los que creyeron en él. Su falta de inteligencia y su manía de grandeza lo cegaron, al extremo de confiarle su vida a uno de los más grandes asesinos en serie de la humanidad. Qué más da, las consecuencias que se deriven de este crimen. Hugo Chávez está muerto….y Fidel Castro, también”.

Sin considerar la total falta de decencia de esas personas que hablan con tales términos de un presidente amado por un continente entero -lo que por si solo sería suficiente a dejar una imagen clara de quienes son los que supuestamente piden un sistema de democracia pluripartidista para Cuba y que cuando este sistema, como en Venezuela, lleva a la victoria de un presidente progresista como lo era Chávez, se sigue hablando de dictadura, algo que aclara muy buen que lo único que ellos quieren es capitalismo al estilo de Estados Unidos, nación de la cual se declaran fieles admiradores- vale la pena recalcar el hecho de que en ese caso se han violado varias normas penales ya que esta persona y la agencia informativa a la que pertenece han reiteradamente ofendido a Fidel Castro, líder histórico de la Revolución y actual miembro de la Asamblea Nacional del Poder Popular, y han avanzado la acusación de que éste haya cometido actos de terrorismo internacional, narcotráfico y -por último- magnicidio, es decir, el asesinato de Chávez, un presidente de otro país.

Las normas violadas del código penal de Cuba, que solamente refleja lo establecido en muchos otros países del mundo, inclusos los más ‘democráticos’, son muchas.

Artículo 103.(...) El que difunda noticias falsas o predicciones maliciosas tendentes a causar alarma o descontento en la población, o desorden público, incurre en sanción de privación de libertad de uno a cuatro años. Si (...) se utilizan medios de difusión masiva, la sanción es de privación de libertad de siete a quince años. El que permita la utilización de los medios de difusión masiva a que se refiere el apartado anterior, incurre en sanción de privación de libertad de uno a cuatro años.

Artículo 115. El que difunda noticias falsas, con el propósito (...) de poner en peligro el prestigio o el crédito del Estado cubano o sus buenas relaciones con otro Estado, incurre en sanción de privación de libertad de uno a cuatro años.

Artículo 144. El que amenace, calumnie, difame, insulte, injurie o de cualquier modo ultraje u ofenda, de palabra o por escrito, en su dignidad o decoro a una autoridad, funcionario público, o a sus agentes o auxiliares, en ejercicio de sus funciones o en ocasión o con motivo de ellas, incurre en sanción de privación de libertad de tres meses a un año o multa de cien a trescientas cuotas o ambas.
Si el hecho (...) se realiza respecto al Presidente del Consejo de Estado, al Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, a los miembros del Consejo de Estado o del Consejo de Ministros o a los Diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular, la sanción es de privación de libertad de uno a tres años.

La libertad de palabra que tanto reclaman esos llamados periodistas independientes, avalados por unos cuantos irresponsables medios extranjeros, no tiene absolutamente nada que ver con el vergonzoso y obsceno escrito de Ernesto Aquino, una persona llena de odio que actúa con el único propósito de destruir lo construido, desprestigiar a su gobierno, dañar a su pueblo y respaldar la política internacional de la élite norteamericana hacia Cuba, su propio país. Esta no es libertad de expresión. Esta es basura, indecencia y delincuencia y -por tanto- una acción que tiene que ser denunciada a las autoridades competentes, juzgada frente a un tribunal cubano y, en el caso, sentenciada con las penas establecidas por las normas penales de la Isla.
 
Tomado de  http://capitulocubano.blogspot.it

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