sábado, 2 de enero de 2016

FBI, la mala práctica de fabricar terroristas y falsas amenazas.



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El FBI está cometiendo uno de los peores errores de una agencia de contraterrorismo. Parece haber olvidado que la misión principal de estos órganos no debe ser el enfrentamiento a la amenaza terrorista consumada, sino la prevención de la misma, así como evitar cualquier tipo de incitación manipulada para fabricarla. Ello significa romper principios éticos y normas elementales de este tipo de trabajo.

Ejemplo de esta mala práctica es el caso del ciudadano Emanuel Lutchman de quien NBC News informó el jueves pasado que estaba en contacto con un miembro del Estado islámico en Siria, que le instó a atacar a los comensales en un restaurante en Rochester, Nueva York, con un machete. Pero Infowars pone el dedo en la llaga al confirmar que nunca existió ningún reclutador de terroristas en el caso. Todo fue una manipulación del FBI empleando para ello a un informante al que usó para incitar al acusado y, de paso, obtener sumas elevadas de dinero para “montar” su caso ante los federales.

El dinero se empleó para que Lutchman, quien carecía de un céntimo, adquiriera toda una serie de elementos que le permitirían realizar el presunto acto terrorista, pagando el FBI esos gastos, según la propia NBC. El astuto informante vendió a un potencial terrorista ante el FBI, quien fue incapaz de determinar que Lutchman era realmente una persona ex convicta con serios problemas mentales y tendencias suicidas. ¿En dónde quedaron los famosos elaboradores de perfiles del FBI? ¿Se usaron en este caso? De haberlo hecho –amen de una mala intención o de fabricar un caso falso– se hubiera enviado a Lutchman, antes de arrestarlo e incitarlo a seguir con la parodia, a una evaluación siquiátrica.

Lo más bochornoso del caso fue el circo que vino después de que Lutchman fuera arrestado y enfrente una pena de 20 años de cárcel inmerecidamente. Hipócritamente, pues no lo veo como desconocedor de la parodia montada por el FBI, el fiscal general adjunto de Seguridad Nacional, John Carlin, tuvo la desfachatez de declarar: "Afortunadamente, la policía fue capaz de intervenir y frustrar los planes mortales de Lutchman."


Otro tanto hizo el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, al declarar: "La detención de Emanuel Lutchman es un recordatorio importante de la nueva normalidad del terrorismo global".

La malsana práctica difundida en el FBI de falsear la realidad fabricando supuestas amenazas terrorista para dar muestras de una cuestionable eficacia en el enfrentamiento al terrorismo, muestra una amoralidad que debe ser denunciada por los ciudadanos a los que se pretenden infundir miedo y odio hacia las comunidades afronorteamericanas, latinas y musulmanas.

El uso de enfermos mentales, jóvenes a los que se podría manipular fácilmente y otras personas cargadas de descontento por su situación social, para incitarlos a involucrarse en falsas aventuras terroristas –montadas desde las oficinas del FBI– ya ha sido denunciado con anterioridad en un informe del Programa de Periodismo de Investigación de la Universidad de California-Berkeley lanzado en 2011, así como por Russia Today e Infowars en anteriores oportunidades.

Resulta indecoroso, cuestionable y preocupante que los grandes medios como The New York Times, no hayan investigado a fondo esta mala práctica y que el Departamento de Justicia la permita.

Percy Francisco Alvarado Godoy

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