viernes, 3 de junio de 2016

El misterio oculto en las extrañas muertes de tres presidentes de Estados Unidos



Si el cargo de Presidente de Estados Unidos es considerado hoy el trabajo más estresante del mundo, hace 150 años quizás era el más letal.

Es lo que sostienen algunos estudiosos de la historia presidencial estadounidense, sobre todo los más aficionados a las teorías de las conspiraciones, al revisar la vida y sobre todo las muertes prematuras, inesperadas, de tres de las cuatro personas que ejercieron la presidencia de este país entre 1840 y 1850.

Según registros detallados de la historiografía presidencial estadounidense, a William Henry Harrison, James K. Polk y Zachary Taylor los une el hecho de haber sido electos a la primera magistratura a partir de 1840 y de haber muerto de causas similares –o relacionadas– cuando menos se esperaba.  

¿Los mató la Casa Blanca, como muchos llegaron a sostener? ¿Fue obra de una maldición? ¿O más bien de magnicidas o rivales políticos? ¿Quizás de una bacteria? ¿Qué misterio se oculta en estas muertes insospechadas? 

No fue la neumonía sino la gastroenteritis

William Henry Harrison, el noveno Presidente de Estados Unidos, electo en 1840 y cuya gestión duró tan solo 32 días, del 4 de marzo al 4 de abril de 1841, día de su fallecimiento.

Se cuenta que el 26 de marzo, Harrison enfermó: un resfriado atribuido a las condiciones del tiempo para el día de su toma de posesión, cuando pronunció un discurso de hora y media de duración.

Naturalmente, hoy es un despropósito pensar que una gripe pueda atacar o manifestarse a las tres semanas de contraída, pero en aquel tiempo aquello fue una certeza de los médicos.

El Presidente empeoró, comenzó a padecer de fiebres, problemas respiratorios y otros síntomas asociados presuntamente a la neumonía y la pleuritis.

De muy poco sirvieron los tratamientos con opio, aceite de ricino, sanguijuelas y arbustos silvestres.

Historiadores que posteriormente revisaron los diarios del médico personal de Harrison –en donde hay registros de indigestión, constipación y distensión abdominal– sospechan que su muerte pudo estar más relacionada con la gastroenteritis producida por la bacteria de la salmonella que con la neumonía. 

Harrison sufrió de dolores y delirios afiebrados hasta que expiró el 4 de abril de 1841 en plena Casa Blanca.

Fue el primer presidente de Estados Unidos que murió en ejercicio de sus funciones y el que menos tiempo ha permanecido en el cargo.  

“Diarrea violenta”

A la muerte de Harrison, asumió la presidencia John Tyler, quien había sido electo vicepresidente en las elecciones de 1840.

Tyler, por cierto, gobernó hasta 1845 sin mostrar signos de deterioro o enfermedad; de hecho, murió casi 17 años después de abandonar la presidencia, en enero de 1862.

Leyendas Urbanas

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