domingo, 10 de julio de 2016

Obama, apurado y sin esfuerzo, hizo de España su peón geopolítico.



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Esta vez el presidente Barack Obama no tuvo chance de hacer uso de su dudoso histrionismo para “encantar” a una España dividida en lo político y cargada de serios problemas económicos. No tuvo chance de desplegar sus aparentes dotes histriónicas como lo hizo con Pánfilo en La Habana –en un intento de vender una imagen positiva como lo hizo en sus visitas a Cuba y a Vietnam– visitando restaurantes privados y vendiendo sonrisas a diestra y siniestra. Tuvo que guardar la hipocresía y el marketing político, haciendo una visita que, no obstante, le permitió alcanzar en cierta medida los objetivos que guardaba en su agenda viajera.


Los desafortunados incidentes de Dallas, expresión de la violencia generada por los propios miembros de las fuerzas policiales día tras día contra los ciudadanos afronorteamericanos y que esta vez se cebó contra ellas, así como quitar a Donald Trump y a los republicanos el argumento para el ataque a su frivolidad habitual, hicieron que fuera más práctico y directo a la hora de lograr aquellos fines que lo llevaron a Madrid: En primer lugar, tener la garantía de que España seguiría siendo una de sus puntas de lanza incondicionales para su geopolítica –mantenerse en franca alianza con USA en sus planes contra Rusia y su cacareada guerra antiterrorista–, sin correr riesgo alguno en su empeño. En segundo lugar, dar un espaldarazo a la incondicionalidad española al permitirle mantener en su territorio las bases militares de Rota, en Cádiz, parte del ensamble del escudo antimisiles de la OTAN y EEUU, así como la base de Morón, en Sevilla, relegada a un aparente y falso  “olvido”.

Fue una manera de mantener abiertos los planes agresivos contra Rusia, por un lado, y garantizar la cooperación de sus aliados a su concepción geopolítica militarista hacia el Medio Oriente y África.


En Rota USA tiene un importante grupo misilístico compuesto por cuatro destructores: el USS Portero marines, el USS Donald Cook, el USS Ross y el USS Carne. En ellos hay una dotación de 1,200 marines. A la par, en Morón cuenta con otros cerca de mil efectivos (que pueden triplicarse según los planes del Pentágono), y cerca de una veintena de aviones –entre los cuales hay una docena de aviones de combate. Morón de la Frontera  sirve de punta de lanza al AFRICOM, fuerza militar de USA para África.

No cabe la menor de las dudas de que este Obama menos risueño cumplió su cometido con un simple apretón de manos al Rey y a Mariano Rajoy. El espectáculo circense no era necesario en esta ocasión. Todo se cocinó entre aliados, es decir, un capitán y dóciles soldados.

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