En el día de hoy, 26 de febrero, sobre las 8 de la
mañana, la emisora anticubana Radio Martí entrevistó al contrarrevolucionario
Dagoberto Valdés, mercenario viajero de paso por estos días en Miami. Los
miembros de staff de la falaz emisora, Emilio Sánchez y Alberto Müller, en los
estudios de la misma, dedicaron unos pocos minutos a intentar conocer la
postura de este personaje sobre el impacto que pudiera causar dentro de la
sociedad cubana la próxima visita del presidente Obama.
De las pocas cosas sobre las que se conversó entre ellos,
sobre todo para sobrevalorar el impacto de la visita del mandatario norteamericano
sobre los cubanos, sobresale la respuesta de Valdés a la siguiente pregunta de
Müller:
─ Quiere decir
esto, Dagoberto, que el cliché que ha usado el gobierno de mercenarios, hijos
del imperialismo con la oposición, con la oposición y la disidencia, ¿Con la
visita de Obama a Cuba se debilita?
La respuesta de Valdés, en sí misma, es elocuente:
─ No solamente
lo debilita, sino que lo vacía de contenido, pero una vez más yo quiero decir, “No
debemos esperar que los cambios de Cuba, lo provoque la visita del presidente
de Estados Unidos ni de ningún presidente del mundo”
Craso error el de Dagoberto. La visita de Obama no hace
cambiar –ni lo hará– la percepción arraigada en nuestro pueblo sobre la
condición mercenaria y desestabilizadora de la contrarrevolución interna y sus
representantes. Aquí solo se les ve como oportunistas y nunca se les ha
concebido como posibles promotores de un “cambio” dentro de nuestra sociedad.
Eso también lo sabe la mercenaria Berta Soler, quien en
una misma postura, pidió que Obama les apuntalara durante su visita, en un
encuentro con grupos reaccionarios radicados en Miami.