Todo el revuelo
causado por Estados Unidos con respecto a los llamados “ataques sónicos” contra
sus diplomáticos en La Habana parece haber sido producto de ensayos realizados
por experimentos patrocinados por el Pentágono o la CIA. Manuel Yepe ofrece en
su artículo “Revelan
misterios de los ataques sónicos” una hipótesis interesante y nada
descabellada.
viernes, 20 de julio de 2018
viernes, 6 de julio de 2018
Cámara de Representantes USA prepara acciones contra Venezuela y Nicaragua.
El próximo 11 de
julio tendrá lugar una sesión del Comité de Asuntos Exteriores de la
Cámara de Representantes de los Estados Unidos con la finalidad de
analizar temas del hemisferio occidental, aunque enfatizando en la estrategia norteamericana
contra Nicaragua y Venezuela.
Esta audiencia usará como testigos de la evaluación
manipulada a dos personajes vinculados al Departamento de Estado y a los
servicios de inteligencia y al Pentágono: Kenneth H. Merten, Subdirector
principal Adjunto de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental, y
Sarah-Ann Lynch, Asistente Administradora Adjunta para la Oficina de
América Latina y el Caribe (LAC) de la USAID. De amplia experiencia, esta
funcionaria de la USAID ha operado en
Irak, en Bangladesh, Perú, Afganistán, a la par que ha servido en las oficinas
regionales de Medio Oriente, Asia, América Latina y el Caribe, así como en la
Oficina de Democracia, Conflictos y Asistencia Humanitaria, y la Oficina de
Asuntos de Afganistán y Pakistán (OAPA), estando ubicada entre los funcionarios
mejor pagados por la USAID. Entre sus estudios ha realizado una maestría en el
National War College y ha establecido fuertes vínculos, en su condición de
directora de programas de la USAID, desde el 2017, fuertes vínculos con el Comando Sur de los
Estados Unidos (SOUTHCOM), cuya sede visitó entre el 8 y el 9 de febrero de
2017 para establecer cooperación de acciones en América Latina y el Caribe.
Pentágono teme que el tiro, perdón, el dron, le salga por la culata.
Según informa el
sitio Mercado
Militar, basándose en informaciones de del canal News Channel 5, la idea
original del Pentágono de dotar a cada escuadrón de infantería con un dron
miniatura parece haberse estancado a causa de serios temores sobre la seguridad
cibernética de la tropas. Sabido es que algunos de estos cuadricópteros son de
fabricación china, y los funcionarios temen que puedan instalarse con malware
que permita espiar a los usuarios. Una de las ramas más afectadas con esta
decisión son el Cuerpo de Marines y la USAF.
A pesar del reclamo
de exenciones por estas ramas militares, existe aún restricciones sobre el
vuelo de los drones dentro de sus bases, salvo si las mismas se encuentran
acantonadas en operaciones en el extranjero. Otro mal es la carencia de
personal para colocarlos en sus escuadrones con el cargo de operador de drones.
Está claro que el
Pentágono teme que el tiro, perdón, el dron, le salga por la culata.