lunes, 30 de enero de 2012

Muchas aristas en la política y la ideología

Tomado de Granma

Yaima Puig Meneses y Marina Menéndez Quintero

Diálogo para la horizontalidad y la persuasión, la importancia del ejemplo, no discriminación, responsabilidad informativa compartida y manifestaciones culturales que contribuyan a erradicar la chabacanería, fueron algunas de las ideas que más intercambio provocaron durante los ricos debates de la Comisión Dos de la Primera Conferencia Nacional del Partido, dedicada a su trabajo político e ideológico.

Entre los asuntos esenciales ratificados descollaron el fortalecimiento de la unidad nacional en torno al Partido y la Revolución, para lo cual es imprescindible estrechar el vínculo permanente con las masas y fortalecer el trabajo político e ideológico persona a persona, con formas creativas, así como acrecentar la participación consciente, protagónica y transformadora del pueblo en la implementación de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución.

De esta forma se plasmó en el Dictamen Final, luego de que la Comisión abordara, entre otros temas relevantes, el carácter ético y productivo del trabajo como forma de contribución consciente a la sociedad y la importancia del ahorro hoy como fuente de ingresos; el enfrentamiento a los prejuicios y conductas discriminatorias para garantizar la unidad de todos los patriotas; la consolidación de la política cultural, así como los modos que permitirán a nuestros medios de comunicación desempeñar con más eficacia su rol.

La horizontalidad que representa el diálogo y la posibilidad de escuchar y persuadir que entraña, como apuntó la invitada Mariela Castro, fue uno de los aspectos debatidos al abordarse la labor política e ideológica, junto a la valoración de que mediante el mismo puede articularse mejor la relación con los jóvenes, quienes a veces no se identifican con los códigos en los cuales les hablamos, ejemplificó un delegado.

Sin embargo, el trabajo político-ideológico constituye un concepto que, apuntaron otros, implica un conjunto de acciones. La trascendencia del ejemplo personal en esa labor por parte de quien la promueve es una arista esencial para "arrastrar" a las masas, señaló la delegada María del Carmen Concepción. Todo lo que se haga a favor de la Revolución es válido en ese sentido, argumentó Miguel Díaz-Canel, miembro de la presidencia de la Comisión, en tanto el delegado Abel Prieto terciaba sobre la importancia, también, del debate. Igualmente, se recordó en este análisis que el diálogo no solo implica el encuentro "tú a tú" sino, además, el intercambio con las instituciones.

Precisamente, el Capítulo II del Documento Base de la Conferencia consigna el propósito del Partido de desarrollar la labor política e ideológica de manera creativa, diferenciada, personalizada y continua, a partir de conocer y atender las especificidades de cada lugar, con la utilización de métodos, formas y vías de comunicación más diversas y eficaces.

Objeto de análisis fue también la implementación de la labor político-ideológica,

preocupación planteada por el delegado Marino Murillo Jorge, quien destacó la importancia de instrumentarla adecuadamente en medio de las transformaciones que se están haciendo en la economía cubana. Murillo recordó dos principios contenidos en la resolución aprobada al efecto por el VI Congreso del Partido que resultan importantes en ese derrotero: que nadie quedará desamparado, y el hecho de que los Lineamientos son la expresión de la voluntad del pueblo —contenida en esa política—, de actualizar nuestro modelo económico sin permitir la reversibilidad del socialismo.

Al aprobarse el objetivo de impulsar la participación consciente del pueblo en la implementación de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución porque en ellos descansa la sostenibilidad y preservación de nuestro sistema social, Murillo expresó que un asunto medular es cómo hacerlo.
En ello está la esencia, puntualizó Esteban Lazo Hernández, también en la presidencia de la Comisión, quien sentenció que se trata de elevar el papel del Partido en función de la economía y el desarrollo del país.

SOBRE LOS TRABAJADORES POR CUENTA PROPIA 

El Partido tiene el deber de atender a los trabajadores por cuenta propia, aseveró en otro momento de los debates la delegada Mercedes López Acea, quien dio cuenta de la existencia, solo en la capital del país, de 94 989 de ellos. Esa cifra grafica lo que su labor puede contribuir a incrementar los bienes y servicios a la población, permitiendo, a su vez, que el Estado se concentre en actividades estratégicas. Eso, dijo, deja claro que el aporte de esos trabajadores es necesario e importante, apuntó López Acea, quien afirmó que el trabajo del Partido hacia ellos será mejor en la medida en que se tenga mayor intercambio con ese sector, por lo que hay que escucharlos y brindarles argumentos sobre la relevancia de su misión.

Si logramos sumarlos al cumplimiento estricto del deber cada día de manera consciente y modesta, si los reconocemos cuando las cosas salen bien y si les argumentamos por qué tienen que cumplir sus obligaciones con el Estado, los estaremos respetando también como cubanos, sentenció.

Las abismales diferencias que separan a esos ciudadanos de los que son esquilmados en el sistema capitalista fueron explicadas por varios compañeros cuando el delegado Ángel Bueno, trabajador por cuenta propia y militante en el capitalino municipio de Marianao, manifestó su preocupación de que esa manera de laborar esté vulnerando la letra de la Constitución, que prohíbe "la explotación del hombre por el hombre".

La interrogante, considerada legítima, fue esclarecida por Caridad Diego, igualmente en la presidencia de la Comisión, quien recordó que el artículo 14 de la Carta Magna establece la propiedad del Estado sobre los medios fundamentales de producción, por lo cual las nuevas medidas introducidas en el modelo económico cubano no están en confrontación con ella, independientemente de que la contratación de un trabajador por cuenta propia no le quita sus derechos. Contratarlo y usar su fuerza laboral no significa que se le explote, apuntó.

Él se beneficia también de los servicios de salud y educación y de la cultura, entre otros derechos que disfrutan todos los cubanos: eso solo es posible en una sociedad socialista, puntualizó otro delegado.
Por su parte, Marino Murillo explicó que la redistribución en la sociedad del valor que se crea mediante estas nuevas formas de gestión también las diferencia de lo que sucede con el trabajador en el capitalismo.
No obstante, el surgimiento de esta nueva modalidad de labor demandará cambios en el Código cubano del Trabajo y no se descarta la posibilidad de que, este y otros asuntos, también impliquen transformaciones en nuestra Constitución, más adelante.

Inclusión y transparencia

En los debates también se hizo especial énfasis en los avances durante estos años de Revolución para lograr fórmulas inclusivas de todos aquellos que quieren construir la Revolución, sin importar sus creencias religiosas, orientación sexual, raza, género u otros como la identidad de género, concepto cuya inclusión en el objetivo sobre el tema fue sugerida por Mariela Castro, y que el Dictamen Final recomendó tomar en cuenta durante el proceso de implementación de lo acordado por la Conferencia.

En torno a este tema, el delegado Miguel Barnet recordó que el socialismo está reñido con cualquier tipo de discriminación, al tiempo que evocó las palabras de Fidel en la carta dirigida al Congreso de la UNEAC de que todo lo que fortalezca éticamente a la Revolución es bueno, y todo lo que la debilite es malo.

De igual forma, Eusebio Leal reconoció los avances de nuestra Revolución en cuanto a la inclusión de todos los ciudadanos en su construcción, para lo que hemos tenido que enfrentar prejuicios y conductas discriminatorias.
Más adelante, Abel Prieto destacó la importancia del objetivo que estipula el desarrollo de la crítica artística y literaria, franca y abierta, con énfasis en las insuficiencias y virtudes de la obra cultural, de manera que contribuya a elevar su calidad, preservar nuestra identidad y respetar las tradiciones.

En este sentido, el invitado Danilo Sirio señaló la responsabilidad de nuestros medios de promover temas balanceados y sin chabacanería que realmente contribuyan a elevar la cultura de nuestro pueblo. Para ello se requiere que todos trabajemos con verdadera exigencia, puntualizó.

Al abordar lo referido a nuestra prensa, la delegada Bárbara Betancourt destacó la responsabilidad de esta, pero también de las fuentes de información para poder suprimir los actuales vacíos, que impiden a la población recibir un mayor flujo de noticias sobre nuestra cotidianidad y problemas internos.

Por su parte, el invitado Lázaro Barredo recordó que este es un problema que incumbe a la sociedad en su conjunto, pues la prensa no puede reflejar otra sociedad que no sea la nuestra, y recordó que ella constituye uno de los instrumentos esenciales para implementar la política del Partido, algo que, consideró, no siempre se ha comprendido suficientemente.

Una de las causas es que esta política no ha sido asumida como tal por el propio Partido y, por consiguiente, nos hemos encontrado con problemas de autocensura e incapacidad de nuestros medios para reflejar fenómenos, pero también de las fuentes, que no siempre permiten el acceso a la información oportuna y precisa.
La ausencia de rostros públicos entre los funcionarios, pero también de insuficiencias de muchos periodistas, fueron citadas por Barredo entre los factores que dificultan que la información sea patrimonio de la nación.
Sobre el tema, el delegado Rolando Alfonso Borges destacó que si en algo hace falta un cambio de mentalidad real acompañado de acciones concretas y bien definidas, es en el trabajo de la prensa, para lograr que ella cumpla con su verdadero papel en la sociedad.

Abel Falcón, delegado por la provincia de Villa Clara, transmitió la preocupación de muchos periodistas acerca de la necesidad de que se evalúe la creación de un instrumento jurídico para facilitar el cumplimiento de la política informativa.

Al respecto, el Dictamen Final de la Comisión recogió la necesidad de exigir, tanto de la prensa como de las fuentes, el cumplimiento de sus respectivas tareas para que el periodismo cubano sea más objetivo, oportuno, sistemático y transparente.


Participaron en los debates de esta Comisión 219 delegados, además de 30 invitados.
Durante sus sesiones el sábado 28 de enero en el Palacio de Convenciones de La Habana, se realizaron en la Comisión Dos 54 intervenciones en torno a los contenidos recogidos en los 33 objetivos que analizó, y se hicieron modificaciones en nueve de ellos, según recogió el Dictamen Final.
 

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