El prólogo del investigador y doctor José Luis Méndez Méndez, es elocuente:
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| José Méndez Méndez |
Prólogo
El libro "Luis Posada Carriles. Un Engendro Incondicional de la CIA" de Alvarado Godoy, es una compilación profunda sobre la historia criminal de este asalariado de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos desde el 15 de marzo de 1965, cuando oficializó su pertenencia a la misma, que lo rebautizó con el nombre clave de AMCLEVE/15, fue el primero, pero no el último que le darían sus patronos.
Cuando sale la edición venezolana de esta obra, el terrorista estaba aún inmerso en su proceso judicial en Estados Unidos, acusado de delitos menores migratorios y no por los impunes cometidos por él durante toda su larga vida como criminal internacional. Este proceso calificó entre los más dilatados en cortes norteamericanas comenzó desde las reiteradas denuncias del Presidente de Cuba, Fidel Castro Ruz, quien con pruebas irrefutables denunció de manera oportuna la presencia del delincuente en territorio norteamericano, así como la vía, fecha y forma en que había entrado a ese país en marzo de 2005.
El silencio cómplice de las autoridades estadounidenses durante meses confirmó el amparo y tolerancia que les han dispensado a estos criminales administraciones sucesivas, hasta que ante la abrumadora presentación de pruebas no tuvieron otra alternativa que reconocer su estancia y comenzó un proceso judicial que se extendió hasta el 8 de abril de 2011, cuando fue declarado inocente de los cargos que se le imputaban y el gobierno de Estados Unidos no promovió acusaciones contra Posada Carriles por los delitos de terrorismo continuado, que ha sido su práctica habitual.
Durante este amañado juicio se utilizó por su equipo de abogados financiados por organizaciones contrarrevolucionarias en Miami, su largo historial de servicios con la CIA, no sólo en la prolongada agresión contra Cuba, sino como parte del programa de contrainsurgencia de esa Agencia en varios países de América Latina, en su caso en Venezuela desde 1967 hasta 1973, donde participó en la represión más brutal bajo el temible nombre de Comisario Basilio, que dirigió masacres como la del barrio La Victoria, donde ordenó el asesinato de varios venezolanos, un español e infringió torturas físicas y mentales a dos muchachas jóvenes, una de ellas perdió su embarazo por los golpes recibidos y la hija de la otra, de apenas meses de nacida, fue quemada en su piel, para lograr que su madre ante el pavor del tormento diera informaciones. Este es un mero ejemplo de la actitud perversa de Posada Carriles como funcionario de la tenebrosa DIGEPOL primero y después de 1969 en la DISIP.
Alvarado Godoy ha desarrollado una fecunda e intensa labor como investigador acucioso, sobre el terrorismo, que él conoció de primera mano al estar al tanto de las actividades de estos engendros de la muerte en sus propias madrigueras. Sus vivencias personales como un hombre color del silencio durante años, le permitió adentrarse en los más mínimos detalles de los actos de terror urdidos por estos delincuentes y denunciarlos. Evitó con su labor, que ahora nos entrega de manera documentada, con rigor y apego a la historia reciente, que se ejecutaran hechos violentos con graves consecuencias para personas expuestas al peligro, evitó pérdidas materiales de incalculable valor y contribuyó a disuadir nuevos intentos.
La obra se completa con la presencia del terrorista como hombre libre en Estados Unidos, que no ha roto con su pasado violento, que esgrime la fuerza para alcanzar sus propósitos criminales de manera abierta. Sin ambages, hace apología del delito en ciudades estadounidenses a donde viaja para promoverse, recaudar fondos, sumar acólitos y convocar a renovados esfuerzos con el empleo del terror, que es su arma preferida. El 23 de julio de 2011, en una mini cumbre terrorista en un restaurante de Miami, se reunieron los más selectos criminales con Posada Carriles al frente para planear nuevas acciones contra Cuba.
Sirva este comentario para recomendar la lectura y análisis de este libro, resultado de una investigación, que demostró el doble rasero de las autoridades norteamericanas cuando de sus terroristas se trata, mientras a los luchadores antiterroristas los mantiene confinados, se les priva de elementales derechos humanos y se les aplica con rigor exagerado las medidas más extremas concebidas en ese fiel de la balanza de la justicia norteamericana, que siempre se ha inclinado a favor de quienes utilizan el terror al servicio de los intereses más aviesos.
El terrorismo empleado por los anticubanos como Luis Posada Carriles, constituye un caso doméstico dentro de Estados Unidos, país que dice combatir ese flagelo a miles de millas de sus fronteras en una cruzada por la que han muerto miles de jóvenes norteamericanos, ha dejado cientos de mutilados con secuelas físicas y mentales, muchos han optado por el suicidio ante los horrores de los cuales han sido parte, han asesinado en aras del pretexto de combatir al terror a cientos de miles de personas en el mundo, enlutado a millones de familiares de las víctimas y erogado miles de millones de dólares de los contribuyentes en medio de una crisis económica brutal, que indigna a los norteamericanos.
Sirva este trabajo, uno más, que nos entrega Alvarado Godoy, para fortalecer los valores, conocer más y mejor al agresor, para que la memoria histórica se transmita, para que las presentes y nuevas generaciones conozcan y defiendan mejor la lucha de sus abuelos, padres y de ellos mismos.
Felicitaciones Percy, si te empeñaste en la excelencia, la has alcanzado.
José Luis Méndez Méndez
La Habana, 10 de diciembre de 2011
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