jueves, 5 de julio de 2012

398 meses sin Justicia

Por 33 años y dos meses la familia y los amigos de Carlos Muñiz Varela han esperado porque se haga justicia.
 
Desde siempre sospecharon que Muñiz Varela, entonces de 25 años, fue asesinado por el mero hecho de promover viajes desde Puerto Rico a Cuba, su país de origen.
 
Hoy, nadie debe tener dudas.
 
A finales de abril, justo en el aniversario 33 de su muerte, el Comité de Amigos y Familiares de Carlos Muñiz Varela dio a conocer que entregó al Departamento de Justicia de Puerto Rico nuevos documentos desclasificados que revelan que el FBI tenía una buena pista de quienes fueron los asesinos de uno de los fundadores de Viajes Varadero.
 
Los documentos – reseñados por El Nuevo Día -, fueron provistos al Comité por el FBI en noviembre de 2011 y aunque tienen tachados nombres de los sospechosos, reflejan que las autoridades federales desde el principio tenían confidencias de quienes pudieron darle muerte a Muñiz Varela el 28 de abril de 1979 y haber sido los autores de ataques con bombas en contra de Viajes Varadero, ocurridos el 4 de enero y el 26 de julio de 1979 y el 18 de enero de 1980.
 
Los informes del FBI incluyen, además, análisis sobre las operaciones de la Coordinadora de Organizaciones Revolucionarias Unidas (CORU), que el propio FBI indica estaba integrada “por cinco organizaciones terroristas anti Castro” y a la que vinculan con el asesinato de Muñiz Varela.
 
Un mes después, el Comité entregó otros documentos también desclasificados por el FBI que, por vez primera, asocian directamente al fallecido exiliado cubano Julio Labatud con la CORU, a quien la Cámara de Representantes, por iniciativa de la ahora ‘speaker’ Jennifer González, homenajeó en 2006.
 
Antes de dejar su puesto, en diciembre de 2008, el gobernador Aníbal Acevedo Vilá, ya le había advertido al  presidente electo Barack Obama que el entonces director del FBI en la isla, Luis Fraticelli, le informó al  secretario de Justicia, Roberto Sánchez Ramos, que tenían pruebas sobre el asesinato de Muñiz Varela.
 
“A pesar de que el director del FBI en Puerto Rico, Luis Fraticelli, le ha dicho al secretario de Justicia del ELA, Roberto Sánchez Ramos, que el FBI tiene en su poder información y evidencia que podría resolver el caso de Carlos Muñiz Varela y facilitar el encausamiento de las personas responsables de este crimen, el FBI no ha suministrado tal información”, indicó entonces Acevedo Vilá.
 
No es hasta el mes pasado que el Departamento de Justicia de Estados Unidos, tras tomar conocimiento de los documentos recientemente desclasificados del FBI, que formalmente le escribió a la jefatura de la Policía federal para que Washington comparta con las autoridades de Puerto Rico su investigación de hace tres décadas.
 
El poco interés de las autoridades en echar hacia delante ha sido alarmante.
 
Como en el caso del asesinato del hijo del ya fallecido dirigente independentista Juan Mari Bras, Santiago Mari Pesquera, cuyo desenlace oficial nunca ha convencido a la familia, o los mismos informes del FBI, conocidos en 2010, que reflejaron que en 1976 existió un complot de exiliados cubanos para asesinar al entonces candidato a Gobernador por el Partido Socialista Puertorriqueño (PSP) sobre el cual nunca fue informado, cuando se trata de atentados contra la izquierda, las estructuras de investigación del Estado parecen estar dormidas.
 
El FBI se excusa diciendo que no investiga homicidios fuera de su jurisdicción federal. Pero, nunca intervino con los miembros de un grupo, el CORU, que a finales de la década de 1970 ya describía como una organización terrorista.
 
Un ejemplo de la falta de interés oficial es la respuesta que le diera a la emisora Radio Reloj la ‘speaker’ González cuándo se le confrontó con los informes del FBI que relacionan a Labatud con el CORU y con el grupo criminal que dirigió el ex coronel de la Policía Alejo Maldonado.
 
Para la representante González, arrepentirse ahora de haber homenajeado a Labatud “no va a cambiar la historia”.
 
Raúl Alzaga Manresa, quien fundó Viajes Varaderos junto a Muñiz Varela y Ricardo Fraga, ha indicado que González pudiera comenzar por pedirle excusas a la familia.
Pero, la speaker González también pudiera darle la mano al fiscal Yamil Juarbe, del Departamento de Justicia de Puerto Rico, y ayudar a presionar a favor de que los federales se conviertan en colaboradores activos de un asesinato político que hace mucho tiempo debió ser esclarecido, para que los responsables paguen por el delito. 
 
Esa sería una forma clara y contundente de lograr “cambiar la historia”.
 
Desde Washington, José A. Delgado /  EL NUEVO DÍA
 
 

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