Si la referencia de entomólogo forense que se tiene es la del personaje Gil Grissom, de la serie de televisión CSI, al estar frente a Madison Lee Goff pues se espera ver un hombre un tanto tímido y reservado.
Sin embargo, Goff está lejos de parecérsele. Es
simpático y bromista, aunque muchas de sus experiencias inspiraron
episodios en los que Grissom resolvió crímenes a partir de las pistas
que aportaron los insectos presentes en la escena del crimen o en el
cuerpo de la víctima.
Goff es el director del Departamento de Ciencias Forenses de la Universidad Chaminade, en Hawái, y asesor científico del FBI.
En
Entomología Forense, rama de las Ciencias Forenses, es una autoridad y
estuvo de visita en el país con motivo de los 50 años del Museo de
Insectos de la Universidad de Costa Rica (UCR).
Este es un extracto de la entrevista que concedió a La Nación:
¿En qué consiste su trabajo de consultor del FBI?
Todo
empezó por una necesidad de capacitación por parte de los agentes y
ellos, en pago por las lecciones, me enseñaban cómo rastrear evidencia,
sobre toxicología y otras cosas.
”Aunque el FBI
cuenta con un entomólogo y otros especialistas en Ciencias Forenses,
también cuenta con un grupo de asesores a quienes suelen llamar”.
¿Desde cuándo el FBI trabaja en Entomología forense?
Desde 1986. En esa oportunidad, contactaron a las universidades para obtener ayuda.
”Probablemente
el 90% de lo que se trata de resolver es cuándo el individuo murió, que
es el punto de partida de la investigación.
”Lo que
nosotros tratamos de proveer es información no del momento exacto del
deceso, sino sobre el instante en que el insecto llegó al cuerpo. Por
ejemplo, en Hawái, los insectos demoran unos 10 minutos. En Costa Rica
debe ser un tiempo similar.
”También se puede
determinar si un cuerpo fue movido de lugar, la presencia de alguna
droga. El extraer la sangre succionada por algunos parásitos o mosquitos
nos permite hacer un análisis de ADN, con el fin de relacionar un
sospechoso con una víctima”.
En cuanto a investigación, ¿cuál es el siguiente paso para la Entomología forense?
Diría que empezar a entender los factores medioambientales que influyen en el desarrollo de los diferentes grupos de insectos.
”Actualmente,
estamos usando lo que se conoce como acumulación de unidades térmicas
que consiste en relacionar datos de temperatura con el tiempo que
requiere cada una de las etapas del ciclo de vida del insecto. Eso nos
permite sacar el conocimiento adquirido en laboratorio al campo y hacer
los ajustes.
”El otro tema es que existe una gran
variedad de insectos que casi no conocemos. Sabemos que están allí,
tenemos una idea de lo que hacen, pero la realidad es que no tenemos
suficiente información sobre sus ciclos de vida. Hay un gran potencial
en esta área; son insectos que podrían ser muy útiles”.
Con respecto a su trabajo como consultor de la serie de televisión CSI, ¿qué beneficio ha traído el exponer así la Ciencia Forense?
Uno
de los pros es cuando tengo que ir a testificar a un juicio. Verá, en
el sistema de justicia estadounidense, el jurado suele ser escéptico
porque la ciencia lo asusta. Cuando uno sube al estrado y empieza a usar
nombres científicos, empieza a ver que hacen caras.
”Ahora,
gracias a estos programas de televisión y los libros, el jurado es
receptivo a la información científica y quieren saber más. De hecho, les
gusta cuando la ciencia sale a relucir en un juicio. Pero eso tiene una
desventaja, muchas veces se ven decepcionados si el caso no cuenta con
evidencia forense”.
No obstante, ¿no se estará también educando a los criminales?
Realmente
no. La mayoría de las personas que cometen un crimen, no se sientan a
planearlo por mucho tiempo. Simplemente lo hacen y después ven cómo se
deshacen de la evidencia.
”Lo que suele pasar es que,
cuanto más tratan de ocultarlo, más obvio lo hacen. Corrigen una cosa,
pero empeoran otra. No existe el crimen perfecto”.
Por Michelle Soto M.
http://www.nacion.com
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