Cuando se habla de la Crisis
de Octubre, casi siempre se hace referencia a los cohetes con cabezas
nucleares, al peligro que corrió el mundo de una guerra nuclear, a las
decisiones correctas o no de las dos potencias mundiales, a la
“solución” que se le dio al final, pero poco se dice de la real
capacidad y decisión de los cubanos a defender su país al costo que
fuera necesario.
Para poder aquilatar en su justo valor el papel del pueblo cubano y su dirigencia en esta Crisis, se hace necesario retrotraernos a la época y valorar lo que sucedía en Cuba en estos momentos.
En los momentos mas álgidos de la Crisis, había transcurrido solo 1 año y pocos meses
de la derrota de los mercenarios financiados y organizados por los
EE.UU en Bahía de Cochinos, que pretendía servir de colofón al amplio plan de desestabilización orquestado por la CIA, por indicaciones del Gobierno norteamericano, para derrocar a la naciente revolución cubana.
Es importante resaltar que los poderes políticos en EE.UU pretendían
reinstalar a los corruptos, asesinos y depredadores que habían sido
desplazados por el pueblo cubano del poder. El objetivo estaba
determinado por la necesidad de restablecer además, el saqueo que las
transnacionales norteamericanas ejercían en el país con total impunidad.
El Gobierno del Presidente Kennedy había heredado la acción de Bahía de Cochinos y tuvo que asumir su descalabro, pero quedó resentido por ello e inmediatamente organizo su propio Plan aprobado a pocos meses de la derrota y con el nombre codificado de Operación Mangosta.
Dicha Operación consistía en todo un plan de desestabilización contra el país, que incluía medidas económicas, financieras, políticas, militares y hasta biológicas.
Era la implantación de un terrorismo de estado al
máximo nivel, sin tapujos ni medias tintas. Había que derrotar a la
revolución cubana a cualquier precio, solo que el verdadero costo lo
debería pagar el pueblo.
Mas de 5000 actos de sabotaje de todo tipo,
incluyendo objetivos civiles fueron los resultados de dicha operación en
el transcurso de alrededor de un año de duración.
No obstante esto, la moral combativa de los cubanos era extraordinariamente alta,
imbuidos del patriotismo generado por sentirse libres de su destino y
bajo el efecto engrandecedor de haber derrotado en las arenas de Playa Girón
a las huestes mercenarias, el pueblo había cerrado filas en derredor de
los dirigentes de la revolución y su decisión de defenderse a cualquier
precio se reflejaba en la masiva participación e incorporación a las milicias revolucionarias, creadas para darle participación a todos en la defensa del país.
Pero no solo con entusiasmo defenderían los cubanos el suelo que los
vio nacer. El país, aunque no era ni mucho menos una potencia militar
tenía recursos para su defensa. Y no pocos.
Debemos considerar que el triunfo de las guerrillas comandadas por Fidel Castro fue tan fulminante, que cogió por sorpresa a los EE.UU. Si ellos se hubieran percatado de lo que significaba este proceso, de seguro hubieran invadido antes el país. Pero no lo hicieron y esto les costo caro.
Esto permitió que el movimiento insurgente pudiera capturar casi intactos todos los medios militares
que poseía el Ejército anterior y emplearlos para su defensa.
Igualmente los jóvenes dirigentes cubanos no se durmieron en los
laureles y conociendo que más temprano que tarde los EE.UU se lanzarían contra ellos, se dieron a la tarea de reforzar la defensa adquiriendo nuevos medios en países que se ofertaron para tal propósito. Así las cosas, se compraron armamentos y medios para la defensa en distintos países de Europa.
Pero, como dijimos anteriormente EE.UU no descansaba y bloqueaba por todos los medios la adquisición de estos medios en países afines con sus políticas. Es de esta manera que, los dirigentes cubanos se ven obligados a realizar compras y establecer vínculos con el campo socialista para obtener lo que occidente les negaba.
Hay que destacar que fue esencialmente la URSS la nación que en realidad asumió una posición de franco apoyo a la defensa de la naciente revolución, lo que se reflejó en la rápida respuesta a las solicitudes cubanas, con facilidades de pago y pronto despacho. De esta manera, ya en Playa Girón se estrenaron los primeros armamentos y medios soviéticos que habían sido adquiridos por Cuba.
Posterior a la victoria cubana en abril del 61, se intensificó la llegada de medios militares soviéticos al país, lo que unido al proceso acelerado de preparación de especialistas en las diferentes ramas del arte militar, reforzaban de forma apreciable la capacidad defensiva de los cubanos.
Cuando la Operación Mangosta estaba en su apogeo y la posibilidad de una invasión por parte del Ejercito norteamericano no le cabía en duda a nadie, se toma la decisión por parte de los soviéticos de reforzar la defensa de Cuba con el objetivo de evitar la casi inminente acción militar que bañaría en sangre al pueblo cubano y al norteamericano.
El contingente de refuerzo llamado Agrupación de Tropas Soviéticas (ATS), no solo estaba compuesto por los cohetes nucleares, sino que incluía una importante fuerza convencional
compuesta por cuatro regimientos motorizados; dos regimientos de
cohetes alados tácticos; un regimiento de helicópteros; una escuadrilla
independiente de bombarderos ligeros; dos divisiones coheteriles
antiaéreas, dos batallones radiotécnicos; un regimiento de aviación de
caza; una escuadra integrada por dos cruceros, cuatro destructores y
once submarinos; una brigada de lanchas coheteras; un regimiento
coheteril de defensa costera; un regimiento de aviación equipado con
minas y torpedos y otras unidades de aseguramiento. En total 53000 hombres.
Pero esta no era la fuerza principal para la defensa de Cuba,
ya que los cubanos habían logrado crear sus propias fuerzas, que por
demás tenían un sinnúmero de factores a su favor, como por ejemplo:
- Alta moral combativa, determinada por la victoria de Bahía de Cochinos y las ansias de independencia y patriotismo de su pueblo, correctamente canalizadas por los dirigentes de la revolución,
- Pleno conocimiento y adaptación al terreno o Teatro de Operaciones donde se realizarían la acciones militares,
- Experiencia combativa, adquirida durante la Guerra de liberación y las acciones posteriores de Bahía de Cochinos y operaciones contra bandidos en las zonas montañosas.
- Creciente apoyo internacional, reflejado en las constantes manifestaciones que los pueblos de Latinoamérica y el mundo estaban desarrollando en defensa de la soberanía de Cuba,
- Apoyo irrestricto, fundamentalmente de la dirigencia soviética y del campo socialista.
No menos importante fue en esos momentos la sabia dirección que los jóvenes gobernantes de la isla supieron aplicar a sus condiciones y posibilidades. La idea estratégica de defender al país con todo un pueblo en armas y no solo con las FF.AA, fue y siguió siendo valida para garantizar la supervivencia de la Cuba de hoy.
Los norteamericanos en su planificación de la agresión a Cuba
volvieron a cometer los mismos errores que en la invasión de Playa
Girón. La inteligencia norteamericana no podía superar su prepotencia y menoscabo del enemigo. En los documentos ahora desclasificados se puede observar, no solo cuanto desconocían los especialistas del Pentágono y la CIA la realidad cubana, sino y la ligereza en las evaluaciones de como afrontar la invasión a Cuba, lo cual les hubiera representado un costo enorme. Su punto mas débil
era la apreciación de que tomar el territorio cubano con sus tropas
significaba la victoria, sin comprender que ese era solo el comienzo de
un largo camino que culminaría con la derrota.
Los ejemplos de la URSS, Corea, Vietnam, Angola, Afganistán, Iraq y otros muchos demuestran que la lucha contra el invasor no termina solo hasta que es expulsado.
Pero no solo con entusiasmo defenderían los cubanos
la invasión norteamericana. Cuba había logrado crear una fuerza que
enfrentaría con medios importantes la agresión urdida por Washington.
Para el momento de la crisis los cubanos tenían preparada una
agrupación de fuerzas que mataría de envidia a cualquier general
norteamericano y compuesta en lo fundamental por:
Tropas terrestres
- 54 divisiones de infantería.
- Una brigada de tanques T-34/85
- Tres brigadas de artillería.
- 17 batallones independientes.
- Seis grupos de artillería reactiva BM-24 y RM-51.
- Tres grupos independientes de morteros 120 mm
- 118 baterías de artillería anti aérea (entre 12,7 mm y 57 mm)
- Miles de milicianos con elevada moral combativa y armados de fusiles semiautomáticos M-52, metralletas 23/25, fusiles FAL y otros.
Fuerza Aérea
- 11 MIG-19P.
- Tres escuadrones cada uno con 10 MiG-15bis.
- 1 Rbis
- Un UTI.
Marina de Guerra
- 20 unidades navales entre ellas torpederas, patrulleras y buques caza submarinos todas soviéticas.
En total cerca de 270,000 hombres sobre las armas, mas los milicianos hacían un gran total de cerca de 400,000 combatientes.
La respuesta al llamado a la defensa del país fue total y los cubanos
estaban preparados tranquilamente para resistir el bloqueo, los golpes
aéreos e inclusive la invasión.
Todos los recursos de la nación se pusieron a
disposición de la defensa de la Patria amenazada. Dondequiera había
gente armada con fusiles, ametralladoras, pistolas y revólveres de los
más diversos sistemas y años de fabricación; desde las subametralladoras
PPSH soviéticas, fusiles checos, belgas y estadounidenses, automáticos,
semiautomáticos y mecánicos, hasta cualquier cosa.
Por toda la costa se abrieron trincheras, ocupadas
por soldados y milicianos, se emplazaron cañones, tanques y otros
armamentos, mientras que por carreteras y caminos se desplazaban
interminables columnas de tropas cubanas que se dirigían hacia todas
partes.
En las ciudades tenían lugar mítines masivos y se organizaban nuevas
unidades de milicianos con los voluntarios de última hora; en los
edificios habían colocado telas y carteles con consignas y llamados:
¡Patria o Muerte!, ¡Venceremos!, ¡Cuba sí, yanquis no!, ¡Todos a las
armas! y otros. En caminos y puentes, e incluso en las tuberías del
acueducto, en la Carretera Central, había centinelas para no permitir
acciones de sabotaje.
Para algunos incrédulos, esto solo era entusiasmo que no era
suficiente para derrotar al mitológico ejército norteamericano, que de
solo mencionarlo en América Latina, caían Gobiernos y se derrumbaban
esperanzas.
Solo que la vida es mas rica que las mitologías y Vietnam demostró cuan equivocados estaban los incrédulos.
Tratar de definir cual seria el resultado final de esta
confrontación, entra en el campo de la especulación. Solo hay algo que
queda claro, esa fuerza creada por el pueblo cubano para su defensa, aconsejó al fin y al cabo a los estrategas norteamericanos y les señalo el impagable costo que una agresión a la isla caribeña podría tener.
Como reiterara el líder cubano Fidel Castro, la Guerra se gana evitándola.
DAVID URRA / CONTRAINJERENCIA/
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