miércoles, 10 de octubre de 2012

Los venezolanos cuando quieren revolución en paz, pueden.

Cuando se quiere se puede, el pueblo venezolano, todo, sin diferenciarlos con los partidos políticos, demostró con su carácter democrático el respeto a su contrario de pensamiento, dándole un tortazo en la cara a los profetas del desastre (medios de comunicación), los mismos que siguen manipulando desde  diferentes sitios del mundo su deseo de terminar con nuestra revolución, veneno que inyectan a un grupito de locos, disociados es una palabra muy fina para etiquetarlos, los  que siguen con la idea de enfrentar a un pueblo que está lleno de ganas por  vivir en paz.

     Los que vivimos en la patria de Bolívar,  que seguimos a la revolución venezolana y los que están en contra, en el fondo somos una misma familia, ambos grupos seguimos siendo los hijos de Bolívar.  El mismo que  tuvo  un pensamiento distinto a sus hermanas y hermano, que aún teniéndolo nunca dejó de amarlas y ellos también, solo  su amada Hipólita, su criada incondicional fue su aliada, ahí vimos  la conexión de Bolívar siempre con los más débiles.  No por eso sus hermanas y su hermano herederas y heredero del abolengo mantuano, dejaron de amarlo, así  como lo quisieron, le dieron la libertad para ejercer su pensamiento.   El las quiso y lo demostró en sus cartas enviadas.

     Los nacidos en Venezuela, por ahí se ha dicho que somos las raza perfecta,  seguimos siendo la gran familia de Venezuela, para nadie es un secreto que todos cargamos un negro, un originario, mal llamado indio, un zambo, un blanco y que dignidad cargar encima una raza digna,   símbolo de la lucha y del trabajo, el cruce de razas y culturas, que nos van a unir por siempre, unión que nos llevará a lo queremos, la paz en Venezuela.

      El domingo 7-0, día de fiesta electoral, de democracia colectiva, vivimos una experiencia única, por no decir la única vivida en el país.  Sin ser profeta o pitonisa, pero con un instinto comunal dimos el primer paso, el 7-0 fue un claro ejemplo de los que significa democracia y paz, hubo el encuentro de la familia, vecinos y amigos con espíritu de hermandad y respeto, los que hacemos la Venezuela grande. Fue el pueblo venezolano, el único en llevarse los créditos de la movilización, no lo que dicen muchos personeros que quieren quitarle el mérito a ese pueblo honesto y luchador,  ahora quieren ponerle al comandante un mapa rojo  rojito pintado por ellos, como un trabajo de los jefes de comandos en los estados, esos altos jerarcas nunca hacen nada por el pueblo, solo el pueblo lleno de amor por su presidente se movilizó,  estar sentado llenando listas y llamándonos para firmar no significó nada,  solo sirve para contar, lo siento pero no acompaño esa tarea que vienen pregonando llenándose las bocotas de que se levantaron desde las 2 de la mañana para llamar  a la gente,¡¡¡ embuste!!!. El pueblo solito se levantó, y lo hizo con un simple  motivo, el amor hacia su presidente.  Si, nos organizamos, porque aprendimos con los hechos, con nuestros recursos, no vi por ningún lado la famosa logística que necesitamos en sitios apartados, una vez mas fue el pueblo quien la puso.

    Yo creo que como así  viví esta experiencia, son  muchos los que la  comparten.  Voy a narrar  una  que no tenía desde hacía mucho tiempo:   No me levanté con el toque de la diana, generalmente la hora de levantarme es a las  5  a .m.,  un hábito de siempre y como no por mucho madrugar amanece mas temprano,  me fui a las 7 am. a mi centro de votación, somos pocos los electores y la mayoría nos conocemos, vengan de diferentes colectivos, me vestí con mi preferida vestimenta wayu, una hermosa manta con un paisaje desértico de la guajira venezolana con un fondo del color de la revolución, para nada difícil de adivinar por quien sería mi preferencia  en la votación.  La primera persona en encontrarme, fue una prima hermana, acérrima  opositora a mi revolución y luchadora para acabarla, físicamente nada mas muy parecida a mi, residencia en el municipio Montalbán toda su vida, casi nunca nos vemos, ella es muy blanca  y padece una enfermedad en la piel, que cuando está muy estresada, le brotan unas manchas  muy rojas en la piel y se le nota mas en la cara, por lo que se pone roja rojita, por lo que ni siguiera se lo comenté para no incomodarla, pero de que andaba preocupada  se le notaba alegua,  una palabra muy  del pueblo, cuando queremos señalar algo que se nota mucho y se ve de cerca y dejos.  Después de darnos un abrazo muy familiar y afectuoso, nos arrimamos a la sombra de una mata para seguir la conversa,  donde nos bañamos con las preguntas  para saber de todos en la familia, propio de los seres que se quieren, a este saludo se nos unió  otro afecto a la oposición y también amigo de ambas y con el mismo cariño, luego nos despedimos y todos nos deseamos suerte, pues sabíamos que íbamos al mismo juego, con deferentes resultados.   Caminé hacia mi comando, luego hacia la cola que caminó muy rápido  ejerciendo  mi derecho en la mesa correspondiente.  Salí y me quedé en mi puesto de batalla, salí a llevar un compa… hacia la población de Miranda, donde votaría regresando después  para recoger una compatriota y llevarla al centro de votación, quien se encontraba con malestares en las piernas por causa de las várices, el resto fue a votar sin contratiempo y así nos quedamos hasta cerrarse el centro de votación como a las 7  a 7 y media de la noche, esperé los resultados en la casa,  otro grupo estaba en el centro de votación pero ya se sentía en el ambiente, otro triunfo democrático de nuestra revolución.

        El pueblo venezolano le dio una vez más  una lección de democracia al mundo y un tortazo en la cara a los violentos, a los grupos que quieren enfrentarnos, no lo consiguieron y no lo van a conseguir, los venezolanos estamos unidos en las malas y en las buenas y vamos a hacer el país que queremos,  un país grande como los venezolanos.

      Patria o muerte… seguimos venciendo


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