Una de las necesidades de los militares es poder
monitorear los signos vitales de sus soldados. Para esto, DARPA, la
agencia de investigación avanzada del Departamento de Defensa de Estados
Unidos, solicitó propuestas de investigación para desarrollar la
próxima generación de dispositivos que rastreen el pulso, la
temperatura, respuesta bioeléctrica y otros datos en situaciones de
entrenamiento, para comprender mejor el agotamiento y las situaciones de
estrés durante el combate.
La solicitud espera que aparezcan nuevas tecnologías que cambien el
modelo actual, donde requiere uso de agujas, electrodos y geles entre
otras cosas, y que todos los sensores sean integrados en un solo aparato
– ojalá una membrana que se pueda adherir a la piel, como un tatuaje
temporal de esos que vienen en las bolsas de papas fritas en el verano.
DARPA espera que la compañía que se gane el contrato pueda usar una tecnología más bien nueva conocida como “sistemas electrónicos epidérmicos”,
que permitiría hacer sensores durables y que no son molestos. La idea
es utilizar materiales altamente flexibles que permita integrar
sensores, transmisores y demás componentes en una especie de malla
ultradelgada (del grosor de un pelo humano) extensible.
Ya se han hecho experimentos probando este tipo de tecnología,
utilizando pequeñas fuentes de energía que recolectan luz solar o
radiación electromagnética para funcionar y transmitir los datos.
Algunas de sus limitaciones están en que el rango de transmisión es muy
limitado debido a su restringida energía, y la transpiración puede
afectar la adherencia del aparato, algo a considerar si estamos hablando
de soldados. De todas formas, resultará interesante ver si es posible
desarrollar un “tatuaje inteligente” que cumpla todas estas funciones,
aunque será difícil que lo veamos funcionando si estará en manos
militares.
Por Cony Sturm
Tomado de http://www.fayerwayer.com
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