miércoles, 27 de marzo de 2013

España: la crisis y el papel de los partidos rectores

Альфредо Рубалькаба Испания

El secretario general del PSOE Alfredo Pérez Rubalcaba pide que se le llame oficialmente “líder de la oposición”. Igor Kudrin habla del objetivo de tal declaración.

Parece que en tal declaración no hay nada nuevo, pues ya tras las elecciones parlamentarias de 2011 el PSOE del partido gobernante se convirtió en el opositor. Tales cambios se registraron en tiempos de Felipe González y de José María Aznar. Así y todo, el presente líder de los socialistas considera que en este “puesto” se quedará hasta 2016 y asume la responsabilidad por la política social e internacional de su partido. De las demás tareas encarga a Elena Valenciano, vicesecretaria general del partido. A primera vista no hay nada particular en estos cambios. Sin embargo, los observadores locales señalan: Rubalcaba quiere así facilitar el alcance de su viejo objetivo político: después de las parlamentarias de turno lograr el cargo del jefe de gobierno. Hoy es difícil juzgar cuán realista es tal plan. Para la votación hay todavía mucho tiempo y la situación económica en el país sigue complicada. La popularidad de los socialistas, como muestran las regulares encuestas, cede ante los “populares”. Sin embargo el objetivo ha sido planteado y ahora hace falta pensar en la política que se propone practicar el líder de la oposición.
Cabe suponer que en primer lugar estará orientada a debilitar el papel del actual inquilino del palacio La Moncloa Mariano Rajoy. Sus contradicciones saltan a la vista. Los dos políticos se ven muy rara vez. Y en la discusión de la situación política y económica del país sus posiciones son encontradas.
En otro tiempo, cuando España no tenía miedo ante conmociones económicas y sociales (una caída considerable de la producción y el 26 % de parados hoy), en la lucha por la influencia política se podía hacer uso de cualesquiera métodos, a veces poco honestos. Pero no hoy, cuando Madrid declara ante los españoles y ante los representantes de los países rectores de la UE estar en una situación difícil y esperar ayuda de sus socios. Por eso, las recriminaciones mutuas hacen mal a los propios españoles. Igual que los escándalos de los políticos de ambos partidos en otras regiones del país en torno a la corrupción en la salud pública o educación. Es poco probable que tal polémica beneficie a alguien.
Es cierto que este político experimentado, con el que me entrevisté bastantes veces al trabajar en Madrid, Rubalcaba comprende que sus actos pueden volcar contra su propio partido. Por eso se apresuró a esclarecer a los compatriotas que todas sus declaraciones recientes no son palabras hueras sino un reto concreto al PP: “Insisto en que la prioridad del PSOE es crear una alternativa al Gobierno del PP y no discutir sobre su liderazgo”.
Muchos aliados y socios, al seguir los acontecimientos de España hacen ver que semejante polémica de las fuerzas rivales no trae nada bueno a los españoles. No en vano el propio Rubalcaba exigió cambiar la política europea en materia de economía y ocupación profesional en lo que se refiere a la propia España. Lo fundamental, dijo, que en esta política injusta prevalezcan la concordia y los acuerdos.
En respuesta, el titular de Economía Luis de Guindos añadió: el problema más difícil para el gobierno de Mariano Rajoy es la disminución de la ocupación, lo que llevó al aumento del paro que pasa del 26 % de la población activa. Los españoles creen empero que pronto los dirigentes de ambos partidos hallen un lenguaje común y logren cambios en la situación nacional.
vs/as
Autor: Ígor Kudrin
 
La Voz de Rusia

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