jueves, 4 de abril de 2013

Amenaza de terrorismo interno pende sobre Europa

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Policías belgas mataron a un argelino de treinta y nueve años sospechoso de vender armas a terroristas. En relación a este caso, muchos expertos indican que la vida en Europa deja de ser apacible semejando cada vez más una película de acción rodada en Hollywood y cuestionan la capacidad de los Gobiernos europeos para contrarrestar adecuadamente un inminente estallido del terrorismo interno.

Los servicios secretos están muy pendientes de lo que ocurre últimamente en el mundo árabe, donde parece estar surgiendo una “Internacional terrorista” dirigida contra Europa. Especialistas en la materia explican que la “primavera árabe” instigó los ánimos extremistas. El Ministerio del Interior británico advierte de que el islamismo radical puede ganarse cientos de adeptos entre los europeos ya próximamente. Por ahora, está derrocando regímenes autoritarios laicos en el Norte de África, pero mañana se encargará de los Gobiernos democráticos de Europa. Según analistas, las leyes antiterroristas que rigen en Europa no sirven para contrarrestar con eficacia el terrorismo a nivel de los servicios secretos.

He aquí lo que piensa al respecto nuestro experto Dmitri Danílov, jefe del departamento de seguridad europea en el Instituto de Europa de la Academia de Ciencias de Rusia:

Está claro que al expulsar a los grupos terroristas del territorio de Malí difícilmente se logrará eliminarlos por completo. Se tratará más bien de una reagrupación de fuerzas y medios por parte de los terroristas. De esta manera, podemos suponer que al derrotar el terrorismo en algún frente internacional, los europeos pueden enfrentarse a su activación dentro de su propio continente. Es una dialéctica muy complicada, en la que no hay leyes matemáticas precisas. Por otro lado, todo el mundo entiende que no se puede combatir al terrorismo mediante acciones puntuales. Se precisa un programa integral que permita coordinar todos los esfuerzos a nivel internacional.

Todo indica que el terrorismo interno pasa a formar parte de la agenda europea, siendo aún más difícil de combatir que el terrorismo externo. Los expertos hablan de un fenómeno alarmante: el agresivo radicalismo islámico de tinte antioccidental se está ganando cada vez más partidarios entre los jóvenes musulmanes nacidos y criados en occidente, en familias cultas, laicas y de alto nivel de ingresos.

Algunos analistas sostienen que los problemas de la actualidad tienen que ver con los errores cometidos décadas atrás. En su afán de impedir los rebrotes de la ideología fascista, los europeos se esforzaron al máximo por imponer los valores democráticos liberales en su continente, inculcando en la conciencia social los principios de respeto a las minorías étnicas y tolerancia con los inmigrantes. Los plantearon como valores absolutos. A su vez, los enemigos del liberalismo democrático se aprovecharon inmediatamente de la situación.

A la larga, esta política europea supone riesgos bastante claros, prosigue Dmitri Danílov:

Es obvio que la amenaza terrorista no disminuye en este contexto, sino que, por el contrario, está creciendo. Cuanto más activa sea la lucha de los Gobiernos europeos contra el terrorismo internacional (en sus propios países o fuera de Europa), tan más alto será el peligro de ataques terroristas. Yo no atribuiría el crecimiento de la amenaza terrorista directamente a las operaciones militares de los europeos en el mundo árabe. Pero creo que hay cierta relación lógica entre estas dos cosas. Inicialmente, los europeos intentaron echar toda la culpa al terrorismo internacional. Pero pronto se dieron cuenta que era imposible separar el terrorismo interno del terrorismo internacional. Se le llama internacional precisamente porque no respeta las fronteras. Esta amenaza es una red difícil de localizar geográficamente.

Es complicado hacer cambiar de opinión a los pesimistas que consideran a Europa como el peor enemigo de sí misma y de occidente en su conjunto. Si continúan los intentos de juntar mecánicamente lo injuntable, complacer a todos sin distinción y apaciguar y democratizar todo lo que esté al alcance de la mano, la civilización europea se verá sin duda al borde de una catástrofe. La única interrogante es cuándo va a suceder. Los pesimistas creen que en la vida de la actual generación. Los optimistas prefieren pensar que será mucho más tarde. Pero la lógica de la historia es innegable. Y hay que tomarla en consideración independiente de los deseos propios y la coyuntura política del momento. 

nv/rl/er
Autor: Serguéi Duz
 
La Voz de Rusia

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