Chile 1970. Salvador Allende gana las
elecciones presidenciales de septiembre. Al no haber obtenido la mayoría
absoluta, debía ser ratificado por el Congreso. Según consta en
documentos desclasificados de las agencias de inteligencia de Estados
Unidos, desde ese mismo momento la CIA traza un plan para impedir que
Allende asuma la presidencia del país.
El dueño del principal medio de comunicación de la derecha, el
periódico El Mercurio Agustín Edwards, viaja de inmediato a Estados
Unidos, donde se reúne con Donald Kendall, alto ejecutivo de Pepsi Cola
quien lo conecta con la CIA. Edwards llevaba años conspirando para dar
un golpe en Chile, bajo la cobertura de un Club de Yatismo, la Cofradía
Náutica del Pacífico Austral.
La derecha planea el secuestro del Comandante en jefe del Ejército
General René Schneider Chereau con el fin de provocar la intervención de
las Fuerzas Armadas y evitar la sesión del Congreso que debía ratificar
a Allende. Explotan bombas en lugares públicos, el aeropuerto
internacional de Santiago, Canal 9 de televisión, el Instituto
Geográfico Militar, la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile,
estaciones eléctricas y la Bolsa de Comercio de Santiago entre otros
objetivos. La cadena de diarios de Edwards con El Mercurio a la cabeza
inmediatamente culpa a la izquierda.
Schneider resiste el secuestro y es asesinado. Gran parte de los
integrantes del grupo terrorista que participó en el asesinato de René
Schneider fueron reclutados de los comandos electorales del derrotado
candidato conservador Jorge Alessandri. El Informe de la Comisión
Especial del Senado de Estados Unidos que investigó las actividades
ilegales de la CIA, presidido por el Senador Frank Church registra en la
página 31 que se habían realizado entre el 5 y el 20 de octubre, 21
contactos de agentes de la CIA con elementos claves de las Fuerzas
Armadas y Carabineros chilenos. A aquellos chilenos (militares y
carabineros) que se inclinaban por dar un golpe se les aseguró un fuerte
apoyo en los más altos niveles del gobierno norteamericano, tanto antes
como después del golpe.
En esta ocasión, el golpe de estado fracasó, Allende asumió la
presidencia el 4 de noviembre de ese año. En julio de 1971 nacionalizó
el cobre recuperándolo para Chile. Las empresas estadounidenses Anaconda
y Kennecott tuvieron que abandonar el país debiéndole al Estado
chileno 4 mil millones de dólares producto de las utilidades excesivas
que habían obtenido durante los últimos años, gracias a los bajos (o
nulos) impuestos que pagaban, según una rentabilidad "razonable" de 10% a
partir de 1955 a lo que se le restó la indemnización acorde la ley. A
partir de ese momento, estas empresas se plegaron al financiamiento de
la conspiración contra un gobierno legal que había tomado una medida que
fue ratificada unánimemente en el Congreso del país austral.
El propio presidente estadounidense Richard Nixon y su Secretario de
Estado, Henry Kissinger, dieron la orden para promover un boicot contra
el gobierno de Allende, mediante la negación de créditos externos y la
petición de un embargo al cobre chileno. Dos años después del golpe
militar que puso fin al gobierno de Allende, Pinochet pagó una
indemnización de 250 millones de dólares a la Anaconda, propiedad de las
familias Rockefeller y Rothschild.
Las medidas en favor de los sectores más desposeídos que tomaba el
gobierno de la Unidad Popular comenzaron a ser resistidas por la derecha
con el apoyo estadounidense que veía en ellas un “mal ejemplo” para
otros países en los que tenían importantes propiedades. Comenzó el
sabotaje a la economía y la creación de dificultades a la gestión
gubernamental. Pongámoslo en palabras de Jacques Chonchol, ministro del
gobierno de Allende “La otra cosa, que todos recuerdan, fue el
desabastecimiento y el mercado negro. Por dificultades económicas
externas y falta de créditos bloqueados por el imperialismo, se habían
agotado las reservas nacionales. La capacidad portuaria de Chile era
limitada y, si bien podíamos importar, muchas veces no teníamos cómo
sacar la mercadería de los puertos en óptimas condiciones, y así se fue
creando desde fines de 1971 un cierto desabastecimiento. Además, había
un gran poder de compra en manos de la gente, no solamente de los
sectores populares, sino que de la clase media. ¿Qué pasa cuándo se crea
una situación de este tipo? La gente tiende inmediatamente a comprar
mucho más de lo que necesita porque quiere precaverse para el futuro,
entonces la gente que tenía que comprar el litro de aceite, si podía
comprar diez compraba diez. Así fue aumentando el desabastecimiento y
generó una serie de problemas. Se hizo un interesante y muy importante
esfuerzo con la creación de las JAP, las Juntas de Abastecimiento y
Precios, pero no fue suficiente para contrarrestar las dificultades y el
sabotaje. La prueba fue que al día siguiente del golpe de estado
aparecieron enormes cantidades de mercaderías que habían sido
acumuladas…”.
Toda esta situación, fue creando mucha tensión, la cual era
aprovechada por la derecha para generar desasosiego y conflicto con la
realización de una campaña de sabotajes a la economía que derivaron en
el paro patronal de octubre de 1972, en el que se realizaron una gran
cantidad de acciones de bloqueo de carreteras, barricadas, disturbios
en concentraciones públicos y ocupaciones de sedes universitarias. Toda
esta medición de fuerzas a escala nacional, fue directamente apoyada por
el Gobierno de los Estados Unidos, a través de la CIA, coordinada con
empresas multinacionales como la International Telephone and Telegraph
(ITT) y Kenecott, además de financiar a El Mercurio para crear un
ambiente de caos, incluso los gremios de camiones recibieron dólares
diarios para mantener la huelga.
La paralización de los empresarios se detuvo después de la decisión
del presidente Allende de hacer ingresar a miembros de las Fuerzas
Armadas al gobierno. El Comandante en Jefe del Ejército general Carlos
Prats, que había sustituido al asesinado general Schneider fue nombrado
ministro del interior. Caro le costó su apego a la Constitución. En
septiembre de 1974 un comando que actuaba bajo órdenes directas de
Pinochet lo asesinó junto a su esposa en Buenos Aires.
Como se dijo anteriormente, las elecciones parlamentarias de marzo de
1973 fueron el último intento de la derecha para salir legalmente de
Allende. Si hubiera obtenido dos tercios de los votos, como era su
objetivo, habrían tenido la mayoría suficiente para acusar y destituir
constitucionalmente al Presidente. Fracasaron en el intento, a pesar de
todo el sabotaje a la economía y el bombardeo mediático en plena guerra
fría, que acusaban al gobierno chileno de ser un satélite de la Unión
Soviética, la Unidad Popular aumentó su votación llegando al 43,5% de
los votos.
En esas condiciones, se dio la orden para organizar el golpe de
estado. La derecha contaba con el liderazgo del partido demócrata
cristiano (PDC) que tuvo su origen –al igual que Primero Justicia en
Venezuela– en las ideas falangistas de Francisco Franco. Así como el
PDC chileno sostuvo una estrecha alianza con el dictador Franco, hoy
Primero Justicia es un adláter de sus seguidores organizados en el
Partido Popular que conduce ideológicamente José María Aznar. Su
paladín era Eduardo Frei quien condujo al conglomerado de derecha a la
creación de condiciones institucionales para el levantamiento de los
militares. Frei pensaba que una vez derrocado Allende se le iba a
entregar al poder a un gobierno civil en el cual el PDC tendría el
control. Los militares fascistas retribuyeron sus servicios por el
derrocamiento de Allende, asesinándolo en 1982, tal como lo dictaminó
una investigación judicial en 2009. Así le pagó la oligarquía a su
lacayo “demócrata y cristiano”. (Continuará la próxima semana).
Sergio Rodríguez Gelfenstein
AVN
Tomado de http://www.avn.info.ve
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