Desde hace
más de una semana la propaganda desinformativa de la prensa hegemónica de Miami
y de algunas agencias federales muy poco serias cuando de enfocar a Cuba se
trata, se ha orientado a crear un ambiente anticubano en vísperas de la
publicación de la llamada lista de países que patrocinan el terrorismo que cada
año actualiza el Departamento de Estado y cuya edición del 2013 se esperaba el
pasado martes 30 de abril, mientras que ahora dicen que se dará a conocer en la
segunda quincena de este mes de mayo. ¿Cuál es el objetivo de esa burda
campaña? Preparar a una opinión pública cada vez más crítica con la
injusta, inmoral y no fundamentada inclusión de Cuba en esa lista, quizás para
justificar la decisión de mantenerla también en la versión de este año.
Nadie sabe
aún a ciencia cierta si finalmente el Departamento de Estado reincidirá en esa
fallida decisión. No se sabe porque el mismo Presidente Barack Obama ha dejado
esa responsabilidad a discreción del Secretario de Estado John Kerry. No
obstante, hay algunos que piensan que en el último momento Kerry pulsará el
estado de opinión preponderante y quieren servirle la falsa imagen de que en
Estados Unidos se sigue mirando a Cuba como un país que patrocina el
terrorismo. Hay que decir que toda esa alharaca mediática es la reacción a un
movimiento diplomático, legislativo, de líderes internacionales, de opiniones
en influyentes periódicos como Los Ángeles Times y The Boston Globe que cree
que es hora de que Estados Unidos normalice las relaciones con Cuba, lo que
implica entre otras cosas su exclusión de esa infame lista.
Los
enemigos de Cuba han hecho de todo para difamarla. El FBI ha publicado
repentinamente una lista de los terroristas más buscados y ha incluido en ella
a la activista afroamericana Joanne Chesimard, conocida como Assata Shakur,
ofreciendo una pintoresca recompensa de dos millones de dólares y haciendo
propaganda sobre sus relaciones con Cuba y su más que conocida presencia en la
isla. No es un secreto para ninguna agencia de Estados Unidos que la activista
obtuvo refugio político en Cuba, ni es secreto que ese estatus se otorgó en
circunstancias muy específicas hace muchos años. Aquí lo novedoso es el momento
que se escoge para hacer el anuncio. Pero ese no es el único elemento traído
por los pelos para crear una animosidad contra Cuba. El viernes 26 de abril el
periodista Juan Tamayo publicó en El Nuevo Herald un artículo amarillista
titulado “Espías cubanos se infiltran en grupo académico en Estados Unidos”
donde trataba de crear la mentirosa impresión de que Cuba utiliza el foro
académico de la Latin American Studies Asociation (LASA) para hacer labores
contra los intereses de Estados Unidos. Para reforzar sus calumnias Juan Tamayo
utilizó testimonios de confirmación aportados por Ted Henken, un profesor del Baruch
College de New York que dedica casi todo su tiempo al activismo político, y del
cubanólogo Haroldo Dilla, un burócrata venido a menos en un centro dependiente
del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y que ahora trata de ganar
prominencia calumniando a su patria.
También
contribuyó a enrarecer el ambiente en torno a Cuba el connotado activista
anticubano Frank Calzón, del llamado Center for Free Cuba en Washington DC,
quien circuló una engañosa información insinuando que The Hill, el sitio online
y publicación del Legislativo de Estados Unidos, había conocido que Cuba
permanecería en la lista del 2013 de países que patrocinan el terrorismo,
cuando en verdad no se trataba de una información editorializada por The Hill
sino de una afirmación hecha el 30 de abril por Pete Kasperowicz, un bloguero y
twittero con acceso al sitio. Este activista virtual solo dijo, sin
mencionar nombre, que alguien en el Departamento de Estado había comentado que
la lista no tendría cambios en la edición del 2013. No fue hasta el 1 de mayo
que la agencia AP reportaba que Patrick Ventrell, portavoz del Departamento de
Estado, había dicho que “no hay planes para quitar a Cuba”.
Como era de
esperar, la campaña no estaba completa si no aparecía el cansón coro de los
legisladores cubanoamericanos solicitando que a Cuba se la mantenga
arbitrariamente en la lista. Allá fueron las previsibles declaraciones de los
senadores Marco Rubio, Ted Cruz y Bob Menéndez, y de los congresistas Mario
Díaz-Balart, Ileana Ros-Lehtinen, Albio Sires y la nueva voz del anticastrismo
miamense en el Capitolio, el Congresista por el distrito 26 de Florida Joe
García.
Que Joe
García entrara en el cambalache mediático con Yoani Sánchez y otros llamados
opositores de gira turística por los Estados Unidos no me sorprendió. Sé
entender las presiones que un político inseguro como Joe García tiene que
sentir ante el extremista e intolerante grupo cubanoamericano en el legislativo
del cual él forma parte. Comprendo que Joe viene de perder dos elecciones consecutivas
(2008 y 2010) y ganar una tercera (2012) contra un David Rivera que perdía
solo; pero llegar por debilidad al extremo de pedir que Cuba permanezca en la
lista de países que patrocinan el terrorismo sí me resultó inaceptable porque
el propio Joe García en una conversación personal que sostuvimos hace tiempo en
la sala de mi casa me confesó que era algo totalmente injusto e incorrecto. En
un principio hubo dudas acerca de que Joe pudiera comportarse con tal
hipocresía en un tema como este pues El Nuevo Herald no lo incluía claramente
en la primera carta que circuló con la petición; aunque The Hill y Radio y TV
Martí sí lo señalaban entre los legisladores cubanoamericanos que pedían que se
mantuviera a Cuba en la lista del Departamento de Estado. Dediqué incluso parte
de mis programas de inicio de semana a analizar el por qué había en la prensa
cierta ambigüedad respecto a la posición de Joe García; pero todas esas dudas
quedaron despejadas cuando un medio anticubano radicado en Madrid publicó unas declaraciones
suyas muy claras a favor de que Cuba fuera considerada un país que promueve el
terrorismo y por tanto ratificada en el infame listado.
Mi trato
con el legislador, respetuoso en un tiempo, se rompió cuando hizo una broma
innecesaria e imperdonable sobre Los Cinco Héroes de la República de Cuba
condenados injustamente en Estados Unidos. Y ahora se agrava más la distancia,
después de esta negativa actitud que le muestra como una persona de dos caras.
Joe demuestra que sigue siendo aquel párvulo de la Fundación Nacional Cubano
Americana rendido al poder de Jorge Mas Canosa, que ahora responde al heredero
Jorge Mas Santos. Él tiene motivos para doblegarse porque como muestran unas
cuentas reveladas por el sitio “Open Secrets” la empresa Mas Tec, propiedad de
la familia Mas Canosa-Santos, es una de las principales contribuyentes a su
carrera política. (http://www.opensecrets.org/politicians/summary.php?cid=N00029908)
La Fundación es además la mayor beneficiaria de los millonarios fondos del
gobierno de Estados Unidos para promover la subversión en Cuba, lo que explica
la participación activa de Joe García en los actos con pseudo opositores
entrenados en la difamación contra Cuba, solo con el objetivo de hacer
politiquería para su reelección.
Además de
la hipocresía de alguien que se presentaba como más moderado y justo que la
extrema derecha de Miami en el enfoque de la política hacia Cuba, queda la
evidencia de la inutilidad de esta cobardía. Porque al final del juego esos
extremistas no se tragan a Joe García; pueden haberle prometido apoyo, pueden
haberle jurado que no le van a poner contrincante en las elecciones del 2014 o
que le van a poner uno bastante débil y fácil de derrotar. Si es así el bisoño
político, el eterno aprendiz, se está dejando llevar por una ilusión: la
derecha miamense lo va a hacer tierra a la primera oportunidad. Más ahora,
cuando muchos de sus simpatizantes y contribuyentes de campaña se sienten
defraudados por su posición tan cercana a la de los reaccionarios que él mismo
criticaba. Joe ha estafado políticamente a muchas personas que creían en él y
es muy probable que no vuelva a conseguir su voto. Me han dicho que la oficina
del congresista se ha dado a la tarea de enviar mensajes tranquilizadores para
hacer control de daños; pero no veo la forma que se pueda reparar un mal que ya
está hecho y reconocido en público: Joe García se ha retractado de sus antiguas
posiciones y ahora cree como la extrema derecha de Miami, como Lincoln
Díaz-Balart, Ninoska Pérez, Diego Suárez y compañía, que Cuba es un país que
patrocina el terrorismo. Para que Joe sepa lo que va a cosechar con esta
posición le informo que en el programa de ayer en Radio Mambí Ninoska Pérez
Castellón, en lugar de “felicitarlo” por su posición anticubana, seguía
marcando distancia y considerándolo un falso “paquetico” que no hace más que
estar detrás de las fotos con Yoani Sánchez y Berta Soler pero que ni pincha ni
corta. Así lo van a tratar siempre porque no lo consideran un respetable
congresista sino un personaje de sainete para el que esos mismos derechistas
inventaron el apodo de “Ricitos de Oro”. Ricitos que, dicho sea de paso,
también se recortó para complacerlos. Como he dicho otras veces, el desprecio y
la soledad es la cosecha que inevitablemente recogen aquellos que traicionan la
cruz de su parroquia.
Edmundo
García.
Si... es asi... lo he podido comprobar... tiene doble discurso, pero ni tan siquiera los sabe decir o ni sabe donde esta parado...
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