domingo, 16 de junio de 2013

Venezuela: ¿Qué hay detrás de los aviones de la oposición?




FA-18_hornet

 En los últimos días se ha divulgado con inusitada rapidez la noticia de que la oposición venezolana – no se define a un actor determinado – adquirió en los finales del mes de mayo 18 aviones de guerra a entidades productoras de estos artefactos en Texas, EE.UU, según el reporte destapado por el Periodista y ex Vicepresidente de la nación bolivariana José Vicente Rangel en su programa “José Vicente Hoy”. La noticia agrega que después de escoger de catálogos que se les presentaron prefirieron los modelos que “casualmente” están estacionados en una base aérea en Colombia.
Hasta aquí la información divulgada por los medios y rebotada por casi todas las agencias en el área y fuera de ella.
Para muchos, entre los que se encuentra el que escribe, José Vicente es un personaje político y periodista creíble, serio en sus análisis e incapaz de lanzar una noticia, por muy sensacional que sea, si no es verificada y tiene una fuente confiable.
Pero leyendo los reportes de la información nos asaltan muchas dudas que quisiéramos analizar conjuntamente con nuestros lectores, tratando de colocar en contexto los hechos y traspasando la frontera de lo meramente informativo, a la evaluación del hecho como tal y sus posibles implicaciones.
En la información transmitida por Rangel se acota que “Luego de ojear los catálogos (los dirigentes contrarrevolucionarios) firmaron contrato por 18 aviones de guerra, que serían estacionados en una base militar de Estados Unidos en Colombia, la cual tiene las coordenadas P 11° 25′ 31”, M 72° 7′ 46” ”.
Nos llama la atención que una compra se realice por catálogos de aviones que ya están en servicio, de lo contrario ¿que hacen estos medios ya en un aeropuerto colombiano?
Los aviones nuevos se compran por catálogos según ofertas específicas que hacen los productores, en consideración a las necesidades y solicitudes del comprador. Los aviones de uso o de segunda mano, como se suelen llamar, se venden de forma distinta y casi nunca participan las empresas productoras ya que estos ya no pertenecen a ellos, sino a alguien que ya los adquirió.
Por otro lado, según reglas internacionales, no es posible vender aviones de combate a instituciones no representativas de un gobierno.
La industria aero-militar es una industria muy costosa y no se construyen naves para después ofertarlas, sino que se construyen las naves que ya han sido ofertadas por catálogos y los contratos correspondientes firmados con los clientes.
Los aviones-prototipo que a veces vemos en ferias y exhibiciones, son modelos únicos construidos con ese fin y por lo general no se ofertan. Es por ello que un contrato de compraventa de aviones de guerra se puede firmar en un año y por lo general ejecutarse a los varios años.
Ahí tenemos el caso de Siria que esta ahora recibiendo aviones MIG-29 que fueron contratados y parcialmente pagados hace 3 o 4 años.
Si estuviéramos hablando de aviones nuevos se trataría evidentemente de aviones contratados por otro país o entidad y que una vez terminados han sido revendidos a la oposición venezolana.
Si estuviéramos hablando de aviones de segunda mano, se trataría de modelos mas antiguos con performance mas limitado y que deben estar en manos de países o entidades estatales de algún gobierno para ser revendidos a la oposición venezolana, por lo que la información de que se reunieron con proveedores estadounidense de la industria de construcción de aviones de combate, no es exacta.
Pero analicemos las diferentes variantes probables en este caso y cuales deberían ser las premisas para su ejecución.
  1. Compra-venta de aviones nuevos de combate.- En este caso el contrato de producción de estas aeronaves debió haber sido firmado hace varios años por algún otro país y ahora cuando las aeronaves ya están concluidas se decidió por este “cederlas” para la compra por parte de la “oposición” venezolana.
En la información divulgada por Rangel los aviones deberán ser entregados en el mes de noviembre próximo, o sea dentro de 5 meses, lo que genera un sinfín de dudas.
Primero que todo, ¿donde y cuando se preparará el personal que evidentemente no tiene capacitado la oposición, por demás no poseedora de una infraestructura, ni de medios, ni de instalaciones para mantener una “fuerza aérea”?
¿En que lugar las “fuerzas opositoras” podrán instalar y guardar todos los medios de logística, mantenimiento, piezas de repuesto y medios técnicos, así como el armamento que requiere una flota de 18 aviones de combate?
¿Quienes le prestarán los múltiples servicios que requiere la aviación de guerra para garantizar la navegación, el mando y las Operaciones de combate que pretenden desarrollar?
¿Bajo que bandera podrán operar estos aviones en su actuar internacional y bajo que leyes se ampararán?
Podríamos agregar muchas mas interrogantes, pero al parecer con estas se podrá llegar a la conclusión de lo inviable de una operación como esta.
Por ultimo hay que agregar los costos de la compra de aviones nuevos de combate. Para que tengan una idea les presentamos una tabla con el costo aproximado de algunos modelos de aviones de combate norteamericanos, cuya fuente se menciona como proveedora.
Modelo
Costo
Productor
F/A-18 Hornet
$94 millones
McDonnell Douglas (ahora Boeing)
EA-18G Growler
$102 millones
McDonnell Douglas (ahora Boeing)
V-22 Osprey
$118 millones
Bell-Boeing
F-35 Lightning II
$122 millones
Lockheed Martin
F-22 Raptor
$350 millones
Lockheed Martin

Como se puede observar, la cuenta de una compra de esta magnitud esta en el orden de los 1600 – 1700 millones de dólares como mínimo, esto sin contar el costo de instalaciones piezas de repuesto, equipamientos especiales y armamento, además del adiestramiento del personal que puede no estar incluido en el precio del aparato.
Aquí nos deberíamos preguntar ¿de donde saldrá esta enorme suma de dinero? ¿De las arcas de los magnates que conforman la oposición? ¿Lo recaudaran con fiestas, cacerolazos y ágapes?
Parece fantasioso creer que algún miembro de la oposición venezolana tenga tal capacidad de recursos financieros y la voluntad de arriesgarlos en una aventura como esta.
  1. Compra-venta de aviones de combate de segunda mano.- Aunque no es algo imposible tendríamos que comenzar por decir que en este caso la reunión con entidades productoras norteamericanas no tendría sentido y esta u otra reunión se debería de estar produciendo con los poseedores de tales aeronaves que compraron en algún momento y ahora ofertan a los “opositores” de Venezuela.
En esta situación es necesario destacar que los posibles vendedores tienen que ser obligatoriamente representantes de gobiernos legítimos, los únicos autorizados para la compra de este tipo de aeronaves. Claro que incluyo a la CIA, el Pentágono, y el Mossad israelí, considerados gobiernos independientes dentro de los gobiernos a los cuales deberían rendir cuentas.
Pero, ni en este caso los aviones de combate son baratos, pues su coste, en dependencia del modelo y su tiempo de explotación, son también millonarios. A esto se le suma que la creación de la infraestructura para su explotación y mantenimiento es tan o mas costosa que la de aviones nuevos, pues conseguir las partes y piezas es mas difícil y los niveles de roturas y sustitución obligatoria de agregados, es mas frecuente.
Desde el punto de vista operativo, esta compraventa parece menos lógica, pues en cualquier caso se necesita considerar cual será el posible “enemigo”. Es evidente que estamos hablando de las Fuerzas Aéreas y antiaéreas de Venezuela.
El problema consiste que en la actualidad la Fuerza Aérea venezolana esta dotada entre otros de aviones y helicópteros rusos de ultima generación. Los Shukoi en el staff venezolano, son superiores en muchos casos a los últimos modelos desarrollados por la industria estadounidense. Comprar aviones obsoletos, para que sean más baratos, no tendría ningún fundamento táctico y correspondería a botar dinero en una guerra de antemano perdida.
Además seria muy difícil explicar a la opinión publica el porque estos aviones están siendo “guardados” y “mantenidos” en un país vecino, que debería responder ante la opinión publica por tal actitud.
A estas alturas del análisis podríamos preguntarnos ¿Nos esta engañando José Vicente Rangel con esta información? ¿Lo habrá embarcado alguna fuente en esta historia mal contada?
Pienso en lo personal que no. Solo que hay aristas de esta nueva maquinación anti venezolana que no han sido develadas y se esconden detrás del hecho informativo.
Primero que todo es necesario valorar el contexto actual venezolano, donde el fallecimiento del líder bolivariano Hugo Chávez, trajo la esperanza de la oposición liderada por EE.UU, de acceder al poder y revertir todas las conquistas alcanzadas en estos años de gobierno popular.
Si bien Nicolás Maduro no es Chávez, este esta decidido a defender y dar continuidad al proceso comenzado por este y por ello la oposición esta jugando todas las cartas en su poder, bajo la batuta del líder del “Eje de la Guerra”, EE.UU.
Las recientes informaciones de la aparición de grupos armados para desestabilizar Venezuela incluyendo un supuesto grupo que “defiende” el socialismo “traicionado” por Maduro y que tiene hombres armados en algunas regiones, es un indicio de cual es el camino a seguir. Primero generar una matriz de opinión de que en Venezuela hay fuerzas que luchan por la democracia y la libertad y de esta forma formar el pretexto para una intervención directa por parte de los EE.UU u otra organización afín  a estos en el área (la OEA por ejemplo).
Este esquema ya se ha probado en el Medio Oriente, pero tiene su versión más cercana geográfica y morfológicamente hablando en Cuba.
Durante el desarrollo de la llamada y ahora bien conocida operación “Mangosta”, que culminó con el desastre de Bahía de Cochinos, se emplearon aviones adquiridos por la CIA de los modelos existentes en Cuba de fabricación norteamericana. Estos aviones fueron presentados a la opinión pública como naves pilotadas por oficiales descontentos por el rumbo político de la revolución cubana y participantes de una rebelión o complot para derrocar al “régimen” castrista.
Por otro lado, la presencia ya en territorio colombiano de naves de guerra supuestamente compradas por la oposición, puede ser presentada como un hecho en el cual el país sudamericano no estuviera involucrado directamente, claro que nadie en su sano juicio creería que Colombia esta ajena a tal operación.
Por ultimo las experiencias del Medio Oriente nos indican, que no es primera vez que EE.UU, sin recato alguno, bombardea a la población civil con sus mercenarios y después acusa al gobierno de haberlo hecho, apoyándose en su amplia ventaja en el control de los Medios Masivos de Difusión.
Valorados estos factores y considerando las posibilidades reales de la oposición venezolana y su maridaje con EE.UU, parece que lo que se esta gestando es una operación para encubrir de forma cosmética la participación directa de aviones de guerra perteneciente a EE.UU y basificados en alguna de la instalaciones recientemente adquiridas por estos en territorio colombiano y dar un viso de “legalidad” y “verosimilitud” a la agresión que está en desarrollo contra el pueblo bolivariano.
Puede parecer demasiado burda la maniobra EE.UU-oposición, pero si observamos con que desfachatez e impunidad mienten los personeros y medios occidentales, no parecerá rara una operación como esta.
Todos saben que la oposición esta matrimoniada con el gobierno y los intereses norteamericanos, pero como dice el refrán “La mujer del Cesar no tiene que ser honrada, solo aparentarlo”.

DAVID URRA / CONTRAINJERENCIA-

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