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| Esos rumores se los llevará el viento. |
El
presidente legítimamente elegido en Venezuela, Nicolás Maduro Moro es
objeto de otra campaña de difamación para intentar sacarlo del poder.
Ahora dice la oposición que Maduro nació en Colombia y según lo que
establece la Constitución, una persona natural de otro país no puede
sentarse en la silla destinal de la nación bolivariana.
Hasta ahora las diferentes campañas destinadas a derribar la credibilidad de Maduro no han surtido efecto. Medios como ABC, el País y el Nuevo Herald, han jugado una y otra vez a sembrar confusión en torno al pasado del primer presidente chavista de la revolución bolivariana, sin embargo no lo han conseguido.
El Nuevo Herald es el nuevo encargado de construir una matriz mediática que habla de un pasado colombiano de Maduro, de una familia en ese país y presentan versiones encontradas de líderes chavistas que se han referido al tema de varias maneras, y ello da lugar a confusiones según ellos.
Colmo pudiera llamarse el hecho de que para desacreditar a un presidente, se vean obligados a acudir a fórmulas sucias para desprestigiarlo ante el pueblo, y lograr con ello, que al concluir dos años y medio sea apartado del poder por la vía de un referéndum revocatorio.
A esta farsa se prestan muchas voces de la oposición y algunos aliados internacionales, entre ellos el citado Nuevo Herald, que supuestamente tiene el acta de bautizo de la parroquia donde fuera registrado Maduro en Colombia e incluso dice tener otras pruebas más contundentes para apartarlo por la vía constitucional de la presidencia.
Cuando uno aprecia hechos como estos, y siempre son los mismos medios los encargados de orquestar la difamación, las conclusiones no pueden ser apresuradas, sino que deben ocurrir apegadas a la más estricta verdad, donde encontrarla, pues en el perfil de un presidente obrero, ungido con la moral de Chávez para llevar a Venezuela al socialismo del siglo XXI. Lo otro es chisme, que equivale a decir, en política de pasillo, esos rumores se los lleva el viento.
Hasta ahora las diferentes campañas destinadas a derribar la credibilidad de Maduro no han surtido efecto. Medios como ABC, el País y el Nuevo Herald, han jugado una y otra vez a sembrar confusión en torno al pasado del primer presidente chavista de la revolución bolivariana, sin embargo no lo han conseguido.
El Nuevo Herald es el nuevo encargado de construir una matriz mediática que habla de un pasado colombiano de Maduro, de una familia en ese país y presentan versiones encontradas de líderes chavistas que se han referido al tema de varias maneras, y ello da lugar a confusiones según ellos.
Colmo pudiera llamarse el hecho de que para desacreditar a un presidente, se vean obligados a acudir a fórmulas sucias para desprestigiarlo ante el pueblo, y lograr con ello, que al concluir dos años y medio sea apartado del poder por la vía de un referéndum revocatorio.
A esta farsa se prestan muchas voces de la oposición y algunos aliados internacionales, entre ellos el citado Nuevo Herald, que supuestamente tiene el acta de bautizo de la parroquia donde fuera registrado Maduro en Colombia e incluso dice tener otras pruebas más contundentes para apartarlo por la vía constitucional de la presidencia.
Cuando uno aprecia hechos como estos, y siempre son los mismos medios los encargados de orquestar la difamación, las conclusiones no pueden ser apresuradas, sino que deben ocurrir apegadas a la más estricta verdad, donde encontrarla, pues en el perfil de un presidente obrero, ungido con la moral de Chávez para llevar a Venezuela al socialismo del siglo XXI. Lo otro es chisme, que equivale a decir, en política de pasillo, esos rumores se los lleva el viento.
Por Arnoldo Fernández Verdecia.
arnoldo@gritodebaire.icrt.cu
Tomado de http://caracoldeagua-arnoldo.blogspot.com
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