Estados Unidos, considerada la primera potencia del mundo por tener la mejor economía del planeta y poseer la tecnología más avanzada, vive en pleno siglo XXI con la presión de anticiparse a toda costa a cualquier ataque terrorista, aunque ello cueste descuidar al personal de casa que, directa o indirectamente, ya sean ex agentes de la CIA, del FBI y militares, colaboren con el enemigo al ventilar información confidencial de seguridad nacional, de tinte político y bélico que podrían poner las armas apuntando hacia dentro del propio EU.
Uno de los casos que ha puesto contra la pared a Estados Unidos en fechas recientes es el caso del ex agente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), Edward Snowden, porque ventiló información secreta de seguridad nacional. Sin embargo, este caso no es único, ya que como antecedente aparecen los polémicos asuntos de Bradley Manning y el de Mark Felt, la “garganta profunda” del caso “Watergate”.
CIA. Snowden, un ex contratista de la Agencia de Seguridad Nacional de
EU (NSA) y ex agente de la CIA, quien en junio pasado filtró a los
periódicos The Washington Post y al británico The Guardian información
clasificada de las comunicaciones que los estadunidenses realizan por
teléfono e internet, fue calificado como “traidor” por funcionarios
estadunidenses, porque no sólo reveló el espionaje en casa, sino que
ventiló que países aliados de Europa, así como China y Hong Kong y
naciones en América Latina, entre ellas México, han sido blanco del
espionaje cibernético estadunidense.
Las revelaciones de Snowden, con las cuales admitió que filtró los
datos, lo han llevado a ocultarse en algunas naciones para evitar su
arresto y ser procesado en EU, que le acusa de espionaje, robo y
transferencia de propiedad del gobierno, lo que tras un juicio podría
llevarlo a más de 35 años de prisión.
El ex agente de la CIA, que se ocultó por dos semanas en Hong Kong y
actualmente está en un aeropuerto de Moscú, ve que su tiempo se agota,
luego de haber pedido asilo político a Austria, Brasil, China, Cuba,
Venezuela, Finlandia, Países Bajos, Bolivia, Francia, Alemania, India,
Italia, Irlanda, Nicaragua, Noruega, Polonia, Rusia, España, Suiza,
Ecuador e Islandia, pero sin recibir aún un salvoconducto oficial que lo
saque del apuro.
MANNING. Un caso similar pero que implica la filtración de archivos clasificados sobre las operaciones bélicas estadunidenses en el mundo lo protagoniza Bradley Manning, un analista de inteligencia del ejército, quien el 3 de febrero de 2010 envió al portal de internet Wikileaks, miles de documentos en los que se especificaban las operaciones militares de EU en Afganistán e Irak, así como un video en el que un helicóptero estadunidense mató por error a civiles afganos.
Bradley fue detenido en 2010 cuando se sospechó que él era la “garganta
profunda” de Wikileaks. Al ser interrogado, admitió que envió miles de
archivos clasificados a Julian Assange.
Bradley enfrenta 22 cargos en su contra, por lo que podría recibir cadena perpetua al estar acusado de colaborar indirectamente con el enemigo.
FELT. Por otra parte y después de 30 años de permanecer en el misterio,
aunque existían algunas sospechas, en 2005, el ex número dos del Buró
Federal de Investigaciones (FBI), Mark Felt, reveló ser Garganta
Profunda, la fuente del periódico The Washington Post que destapó en
1972 el escándalo “Watergate”, el espionaje telefónico a las oficinas
del Partido Demócrata que implicó a la Casa Blanca y provocó la dimisión
del entonces presidente, Richard Nixon en 1974, así como el
encarcelamiento del jefe de personal de la Casa Blanca, H.R. Haldeman, y
del consejero presidencial, John Ehrlichman.
Felt ingresó al FBI en 1942 y ascendió hasta convertirse en el número dos de la agencia con Nixon en la Casa Blanca. Sin embargo, se desilusionó cuando el presidente nombró a L. Patrick Gray para dirigir el FBI tras la muerte de J. Edgar Hoover en 1972, lo que según The New York Times, fue detonante para filtrar el espionaje del que fue blanco el Partido Demócrata.
ELLSBERG.Un año antes de que se ventilarán los informes del caso
“Watergate, en 1971, el analista estadunidense de las Fuerzas Armadas,
Daniel Ellsberg, ventiló documentos al periódico The New York Times, así
como a otros diarios del país, sobre los llamados “Papeles del
Pentágono”, en los que hacía alusión a la toma de decisiones erróneas
del gobierno sobre la Guerra de Vietnam y de la que según, era una
guerra sin victoria.
Los otros Snowden...
En 1967, Ellsberg colaboró en un estudio secreto de los documentos clasificados sobre la gestión de la guerra de Vietnam, que encargó el Secretario de Defensa, Robert McNamara. Estos archivos furon terminados en 1968.
Los otros Snowden...
En 1967, Ellsberg colaboró en un estudio secreto de los documentos clasificados sobre la gestión de la guerra de Vietnam, que encargó el Secretario de Defensa, Robert McNamara. Estos archivos furon terminados en 1968.
A finales de 1969, con ayuda de su ex colega en la Corporación Rand,
Anthony Russo, y personal del senador Edward Kennedy, Ellsberg hizo en
secreto varios juegos de fotocopias de estos documentos clasificados y
que revelaban que el gobierno sabía desde el principio, que la guerra
muy probablemente no podría ganarse, y que la continuación del conflicto
llevaría a muchas más víctimas, lo que nunca se reconoció.
El 13 de junio 1971, The New York Times publicó el primero de los nueve
extractos de 7 mil páginas. Y pese a que al rotativo se le impidió
publicar otros archivos por una orden judicial, Ellsberg filtró los
documentos también al The Washington Post y a otros 17 periódicos.
El gobierno consideró a Ellsberg un traidor y Henry Kissinger lo calificó como El hombre más peligroso de América.
Ellsberg fue acusado de robo, espionaje y conspiración, pero asesorado
por abogados, se entregó a un fiscal en Boston. Finalmente su juicio fue
anulado al comprobarse que el gobierno de Richard Nixon y los que
pretendían condenarlo cometieron prevaricación, además de suprimir
evidencias, ocultar testigos y robar información. Los cargos en su
contra le hubieran llevado a pasar 115 años en prisión. El caso ayudó a
terminar con esa guerra que dejó más de un millón de vietnamitas y 58
mil estadunidenses muertos.
MORISON. Otro episodio turbio que involucra a personal que prestó su
servicio al ejército estadunidense es el de Samuel Loring Morison, un
analista naval civil que trabajó entre 1974 y 1984 en el Centro de Apoyo
de Inteligencia Naval en Maryland. El 1 de octubre de 1984 fue acusado y
detenido por entregar a la revista británica de asuntos militares
“Fighting Ships de Jane” (para la cual colaboró y de la que recibía 5
mil dólares anuales) fotografías tomadas desde un satélite que mostraban
la construcción de un portaaviones nuclear de la entonces Unión
Soviética.
El gobierno de Ronald Reagan lo halló culpable en 1985 y le acusó de espionaje y robo de bienes del Estado. Sin embargo, Bill Clinton lo perdonó el 20 de enero de 2001, a pesar de las impugnaciones de la CIA.
FRANKLIN. Un caso más involucró a un ex miembro del Departamento de
Defensa que trabajó en el Comité de Asuntos Públicos Americanos e
Israelíes (AIPAC), e identificado como Lawrence Franklin, arrestado en
2004 por filtrar información sobre la política exterior de EU en Irán y a
quien se acusa de reunirse con disidentes de la República Islámica.
El caso salió a la luz el 27 de agosto de 2004 cuando la cadena CBS
News reveló que el Buró Federal de Investigaciones (FBI), detectó a un
posible espía en el Pentágono y que trabajaba para Israel.
Según reportes de prensa, el FBI descubrió que el supuesto espía era un
analista de política que trabajaba para el subsecretario de Defensa,
Paul Wolfowitz. Más tarde identificó a Lawrence Franklin, quien admitió
haber trabajado como agregado de la embajada de EU en Israel.
Franklin se declaró culpable de varios cargos relacionados con espionaje y de difundir información a Irán e Israel. Fue condenado en enero de 2006 a 13 años de prisión que luego se redujeron a 10 meses en arresto domiciliario. Fue despedido por la AIPAC
DARBY. Pero sin duda, uno de los capítulos más escandalosos que han
puesto entre la espada y la pared a Estados Unidos, fue la denuncia
“anónima” y difusión de fotografías que el sargento Joseph Darby
presentó el 13 de enero de 2004 y en las que se aprecian numerosos casos
de abuso y tortura de prisioneros encarcelados en la prisión iraquí de
Abu Gharib, por parte del personal de la Compañía 372 de la Policía
Militar de EU, por agentes de la CIA y contratistas militares
involucrados en la ocupación al país árabe.
De acuerdo con informes de la prensa estadunidense, Darby puso un disco
compacto con imágenes y una nota anónima a disposición del agente
especial Tyler Pieron, del Comando de Investigación Criminal del
ejército de EU y quien estaba destinado a la polémica prisión iraquí.
La revisión de las fotos y la nota motivaron la apertura de una investigación que condujo a la implicación de varios militares por violación de la Convención de Ginebra y que posteriormente fueron enjuiciados.
Tanto Darby como los soldados implicados servían en la 372 compañía de
la policía militar. Darby, que quería quedar en anonimato, fue
descubierto como el informante cuando el secretario de Defensa, Donald
Rumsfeld, mencionó su nombre durante una vista al Senado.
Darby dijo que recibió las fotos de Charles Graner, uno de los soldados involucrados en las polémicas imágenes. Tanto Darby como su familia fueron amenazados tras haberse revelado estos abusos.
Tomado de http://www.cronica.com.mx
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