Cincuenta años después, el "sueño" formulado por Martin Luther King
durante la "marcha por la liberad y el empleo" se enfrenta a una
implacable realidad: los negros estadounidenses siguen siendo, de lejos,
las primeras víctimas del desempleo.
Prohibidas en otros países, las estadísticas "étnicas" traducen en
Estados Unidos ese estado de cosas. La tasa de desempleo de los
afroamericanos (12,6% en julio) y es de casi el doble que la de la
población en general (7,4%).
Comparativamente, la minoría hispana sufre un desempleo menor (9,1%
en julio) por no hablar de la tasa de desocupación entre los asiáticos
de Estados Unidos que ese mes ascendió a 4,3%.
"Las discriminaciones contra los afronorteamericanos siguen estando
muy extendidas", dijo a la AFP Heather McGhee, vicepresidente de Demos
(Paris: FR0010474130 - noticias) , un grupo de reflexión sobre la igualdad en Washington.
Esa brecha no es nueva y atraviesa tanto los períodos de expansión
económica como los de recesión. En enero de 1972, al que refieren los
registros más viejos sobre el asunto, 5,8% de la población activa estaba
sin trabajo, una tasa que ascendía a 11,2% para los trabajadores
negros.
Incluso a fines de 2000, en el pico de pleno empleo en Estados Unidos
(3,9% de desempleo), los afroamericanos tenían una tasa de desempleo de
7,3%.
Resulatado: son el grupo más numeroso de los que viven en la pobreza (27,%) cuando sólo representan al 13% de la población.
"Hay que poner atención en no hacer como si la historia del Estados Unidos negro fuera trágica", advierte, sin embargo, McGhee.
Cerca de cincuenta años después del fin de la segregación, un
afroestadounidense dirige la Casa Blanca, mientras que los negros que
acceden al sistema educativo experimentó "inmensos progresos", destaca.
El 86% de ellos llegó al colegio secundario, contra 38% en 1963, y
20% accedió a la universidad, contra 5% cicuenta años atrás, rercuerda.
Pero esto no alcanza. "Solo una parte de esa brecha se explica por
diferencias en el nivel educativo", asegura a la AFP Ioana Marinescu,
profesor en la Universidad de Chicago y especialista del mercado de
trabajo de Estados Unidos.
- Discriminación positiva pero no cuotas
Según los expertos, los estereotipos negativos asociados a los negros se mantienen, al igual que en otras partes de Occidente.
"Los prejuicios se han hecho inconscientes. Es raro que alguien diga
explícitamente que no quiere contratar a un negro, pero sabemos cuánto
influyen los estereotipos en las personas que toman decisiones", asegura
McGhee, ella misma afronorteamericana. "Cuando es inconsciente, es
mucho más difícil combatirlos", se lamenta.
Las estadísticas por minorías permiten, sin embargo, "aclarar el
debate público" en Estados Unidos y sensibilizar al mundo del trabajo
respecto de la discriminación, destaca Marinescu.
Las empresas que tienen contratos con el Estado federal deben tener
políticas de "discriminación positiva" y favorecer el avance de las
minorías sin recurrir, no obstante, a las cuotas.
Las empresas estadounidenses con más de 100 asalariadas deben
publicar cada año un informe indicando el origen étnico y el sexo de sus
empleados.
La situación podría ser peor, señala la socióloga Nancy DiTomaso, docente en la escuela de Comercio Rutgers de Newark (este).
"Una mayoría de las personas consigue un empleo porque alguien las
ayudó dándoles información o usando su influencia con recomendaciones
del tipo 'es un amigo, haz algo por él' o simplemente encontrándole un
puesto de trabajo", declara a la AFP.
Según esta investigadora, que
dedicó una obra a este tema, la importancia de esas "conexiones" y
"redes" en el mundo profesional supone una gran desventaja para los
negros. "La dinámica no consiste en que los blancos discriminen a los
negros, sino en que los blancos ayudan a otros blancos", subraya.
Tomado de http://es.finance.yahoo.com
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