martes, 29 de octubre de 2013

Entrevista a Antonio García, comandante del ELN



"La Iglesia puede jugar un papel clave en la paz"
 
 

‘Antonio García’, miembro del comando central del Eln, dice que esa guerrilla esta dispuesta a dialogar para encontrar una salida política al conflicto armado, pero acusa al Gobierno de “falta de voluntad política”.

Hace rato que se habla de un proceso de paz con el Eln. ¿Qué ha impedido concretarlo?

El Eln tiene la decisión de construir, con el conjunto de la sociedad, unos caminos que lleven a la democratización política, económica, social y cultural del país, esencia de una solución política del conflicto social y armado en Colombia. Desde el inicio del gobierno Santos, el Eln manifestó su disposición para establecer conversaciones. Hemos adelantado apenas algunos pasos introductorios, pero este gobierno no ha mostrado una real voluntad de paz. Hemos visto, sí, una actitud guerrerista y condicionadora.

¿Está su guerrilla lista para un eventual diálogo?

Desde hace muchos años, más de dos décadas, el Eln ha mantenido disposición para buscar una salida política del conflicto. Hemos establecido conversaciones con cinco gobiernos consecutivos y continuamos firmes en esta decisión. La delegación para el diálogo exploratorio está lista desde hace un año. Pero el Gobierno no ha tomado la decisión.

Uruguay suena como sede para los posibles diálogos. ¿Por qué esta nación es buena para una mesa de paz entre el Gobierno y el Eln?

En la solución de un conflicto tan complejo como el de Colombia, la participación de la comunidad internacional es muy importante. En la medida en que transcurra la fase exploratoria, que no ha arrancado, y en que el proceso se estabilice y madure, el concurso de varios países, entre los que podría estar Uruguay, es necesario. En anteriores procesos la comunidad internacional participó en diferentes niveles.

¿Les gusta una mesa separada de las Farc, como lo plantea el Gobierno, o hubieran preferido una mesa única de diálogos?

Al Eln sí le hubiese gustado una mesa única, porque la paz es una sola y en su construcción deben participar la insurgencia y la sociedad colombiana toda.

En algunos comunicados ustedes han criticado el esquema que se aplica en la negociación con las Farc. ¿Qué es lo que no les gusta?

Al igual que las Farc y otros sectores de la sociedad, hemos expresado que la agenda es muy limitada. No permite una discusión más amplia, que tenga en cuenta el conjunto de problemas estructurales del país que necesitan ser abordados. Un Estado que no se mueve, que es tacaño con la sociedad, jamás podrá pretender que se le crea cuando habla de democracia.

¿Cuál es la propuesta de negociación del Eln?

El Eln ha planteado un proceso de diálogo transparente, de cara al país, de amplia participación nacional con acompañamiento internacional, donde la sociedad colombiana sea protagonista en la construcción de un proceso democratizador, en lo económico, político y cultural, que atienda las necesidades del pueblo y que permita la transformación de las causas estructurales que generaron el conflicto.

¿En qué coinciden y en qué difieren frente a la agenda con las Farc?

El proceso nuestro no ha arrancado. Como decíamos antes, hemos dado apenas unos pasos introductorios. La agenda es un acuerdo entre partes, y en este momento no lo hay. Cuando lleguemos ahí, se podrán mirar coincidencias y diferencias.

Se dice que el Eln tiene un interés particular en que el papa Francisco sea protagonista...

La Iglesia católica ha estado presente en la mayoría de las iniciativas por construir una solución política en las que el Eln ha participado. En esta oportunidad, hemos mantenido un intercambio epistolar con la Conferencia Episcopal en torno a los acuciantes y complejos problemas del país, hemos presentado reflexiones e iniciativas. La vocación pastoral de la Iglesia puede jugar un destacado papel en una estrategia de pedagogía para la paz, sin la cual será imposible llegar a ella. Ha sido muy gratificante escuchar al papa Francisco hablar sobre la paz en Colombia. Sus mensajes en contra de la avaricia, de la guerra, de la pobreza, por la justicia social y contra el capitalismo voraz, dan un nuevo sentido a la vida de las grandes mayorías marginadas y explotadas del mundo. Desde nuestro ideario camilista, recibimos las palabras del Papa Francisco como un aliciente.

¿Está el Eln convencido de que llegó la hora de hacer política sin armas?

Hasta hoy no vemos los cambios en la situación del país que nos permitan hacer política sin armas. El intento actual es para crear las condiciones donde los colombianos podamos hacer política sin que las armas del Estado interfieran con su violencia en el ejercicio libre de ella. El proceso de solución política es para construir caminos democratizadores donde el pueblo colombiano ejerza en libertad su voluntad, en paz. El gobierno de Santos envía un mensaje contradictorio al expresar que a la paz se llega por las buenas o por las malas.

¿A qué le llaman ustedes un diálogo sin condiciones?

Es un diálogo sin exigencias previas, ya que ellas tienen el propósito de sacar ventajas a la contraparte. Estamos por un diálogo con respeto como partes de un conflicto. Las exigencias son para cuando hay un vencedor. Lo único que se puede exigir al contrario es que cumpla con lo que se acuerde


Marisol Gómez Giraldo

El Tiempo



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