lunes, 28 de octubre de 2013

Justa respuesta a mercenarios.



El pastor Doug Hinchcliff, de la iglesia Wesley United Methodist Church, en Harlingen, Texas.

Hace unos pocos días denuncié la manipulación mediática sobre el tema religioso en Cuba por parte de Mario Félix Lleonart y su esposa durante sus entrevistas y conferencias en Estados Unidos. Ni el propio gallinero de Radio Martí pudo callar la noticia, la cual evidencia que en nuestra Patria no se persigue ni se limita a religiosos, solo a los que se escudan en la fe para subvertir el orden constitucional.

Las matrices de opinión esgrimidas por estos falsos pastores se derrumban ante los hechos. La verdad cae por su propio peso, como un buen gancho al estómago. 

Para Martínoticias, quien concedió entrevistas para difamar sobre el tema de la religión en Cuba, el artículo que reproduzco de su propio sitio web, es un desmentido a su propia labor provocadora y falsaria. El artículo de marras se titula “Estadounidenses levantan iglesia metodista en Cuba”, bajo la firma de los propios editores del sitio.

Veamos el artículo en cuestión:

“Por primera vez en 60 años, un grupo de feligreses metodistas estadounidenses recibieron autorización para construir una iglesia de esa denominación religiosa en Ciego de Ávila, Cuba.”

 “El diario Valley Morning Star, de Harlingen, Texas, informa en su edición digital que el reverendo Doug Hinchcliff al frente de una docena de fieles de su templo recolectaron más de $30 mil dólares para viajar a mediados del mes pasado en una misión de 10 días a la isla.”

“Según dijo el pastor, solo el hecho de llegar a Cuba fue un desafío puesto que el grupo además de su equipaje tuvo que transportar herramientas. Al llegar al sitio lo primero que hicieron fue echar los cimientos, excavar un desagüe e instalar un sistema de agua purificada.”

“Hinchcliff dijo al diario que tuvieron que pagar $44 por cada maleta y mucho dinero por cada libra adicional de equipaje. Los misioneros transportaron 2 mil 300 libras de materiales, precisó la publicación.”

 “El pastor de Wesley United Methodist Church en Harlingen narró parte de la odisea para dar inicio a la edificación del templo, entre otras cosas porque en la isla no existen ferreterías, y la única parecida a una que encontraron, subraya el periódico, contaba con materiales muy limitados como sacos de concreto, roca y arena.”

“Fueron ayudados por habitantes de la comunidad, incluidos niños de 5, 8 años e incluso una mujer en sus 90, señala. Y las incomodidades que hallaron para hospedarse fueron para todos abrumadoras.”

 “En el pequeño hotel donde se quedaron, con muebles polvorientos y paredes vacías, apunta el Morning Star, solamente había agua fría y utilizaban una manguera para ducharse.”

“De acuerdo con Hinchcliff, cuando uno marcaba el piso dos en el elevador del hotel iba a parar al tercero, y el descanso por las noches era imposible debido a la bulla de la música a todo dar y el resplandor de las luces de un club de baile en la parte superior del hotel.”

Con independencia de las vicisitudes narradas por el pastor, más propias de un pueblito como Macondo – pero con hotel, elevador, agua fría para ducharse y orquestas-, la verdad es que nadie los molestó en su oficioso y meritorio trabajo, salvo la alegría de los cubanos bailando.

La solidaridad salió a su paso y cada poblador ofreció su ayuda desinteresada al quejoso pastor, quien parece no haber pisado alguna vez alguna comunidad pobre el Latinoamérica o en África. Todo, señores, es falta de costumbre.

Lo importante es que el señor Doug Hinchcliff y su docena de acompañantes construyeron su pequeño templo metodista en ese pequeño poblado.

Ahora, me pregunto: ¿Quién dijo que en Cuba se persigue a los religiosos? ¿Quién, sino la mala fe, manipula una supuesta persecución religiosa en nuestra Patria?

Lo repito nuevamente: el señor Lleonart y su esposa no son perseguidos por difundir la fe en su pequeño poblado de Villa Clara, sino son enfrentados por nuestro pueblo por su evidente mercenarismo y tergiversación de la realidad cubana, así como su permanente actividad subversiva.

Gracias, Radio Martí, por auto flagelarse ante sus propias mentiras y por permitirme colocar uno de sus artículos en mi blog, como prueba evidente de que, en Cuba, existe libertad de expresión.

Percy Francisco Alvarado Godoy.

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