lunes, 23 de diciembre de 2013

2013: Lo que de hecho cambió en el mundo

Como siempre se acumulan una cantidad de hechos – entre elecciones, muertes, conflictos – que cada año se destacan periodísticamente, pero que dificultan la comprensión de los cambios en las relaciones de poder, las que efectivamente cuentan en la evolución de la situación internacional.
 
En la compleja trama de acontecimientos, lo más importante fue el cambio de clima en el escenario internacional. Desde que triunfó en la guerra fría, Estados Unidos ha adoptado la postura, frente a los conflictos internacionales, de imponer la militarización. Transferir el enfrentamiento al  campo militar, donde su superioridad  es manifiesta, ha sido la característica principal de la acción imperial. Así ocurrió en Afganistán, en Irak, y en Libia  por medio de fuerzas intermedias.  Y todo llevaba a una repetición de este tipo de acciones en Siria e Irán.
 
Pero, de repente, tomando la palabra al Secretario de Estado norteamericano, John Kerry, el gobierno ruso propuso un acuerdo para Siria,  que desconcertó al gobierno de Obama, el que finalmente no tuvo más que aceptar. Esto fue posible porque el gobierno de Estados Unidos no logró crear las condiciones políticas para una nueva ofensiva militar norteamericana. Primero,  el Parlamento británico negó, por primera vez, el apoyo a Washington para un ataque a Siria. Después fue evidenciándose que ni la opinión pública, ni el Congreso norteamericano, ni tampoco los militares de Estados Unidos estaban a favor de  la ofensiva anunciada o de un tipo de ataque propuesto por el gobierno de Obama.
 
El resultado es que los Estados Unidos fueron conducidos a aceptar la propuesta rusa, lo que abrió las puertas a otras posibilidades, entre ellas, coincidiendo con las elecciones en Irán, hacia negociaciones políticas también con ese país, de parte de Estados Unidos,  confirmando el vínculo estrecho entre el conflicto sirio y el iraní.
 
Otro de los desenlaces ha sido que Israel, Arabia Saudita y  Kuwait, han quedado aislados en sus posiciones favorables a acciones militares directas en contra Siria e Irán. Se fue instalando un clima de negociaciones pacíficas de los conflictos, convocándose una nueva Conferencia de paz para la segunda quincena de enero, en Ginebra, para discutir un acuerdo de paz sobre Siria. Una Conferencia que no plantea como condición la salida de Bashar Assad del gobierno, como se intentaba hacer anteriormente.
 
La oposición moderada en Siria tuvo que aceptar su participación, incluso en estas condiciones. Y aún más, tuvo la sorpresa de que Estados Unidos y Gran Bretaña suspendían su apoyo militar, dada la hegemonía en el frente opositor de los grupos fundamentalistas, apoyados por Arabia Saudita y Kuwait.
 
Como dos puntos determinan un plan, las negociaciones sobre Siria abrieran espacio para una negociación, por primera vez desde 1979, entre Estados Unidos e Irán. Se ha dibujado así, en pocas semanas, un escenario totalmente diverso de aquel que había imperado a lo largo de los años anteriores. Los Estados Unidos pasaron de la ofensiva a la defensiva, en tanto que Rusia, pasó de actor marginal a actor central en las negociaciones de paz, al punto que la revista  Forbes, por primera vez, ha elegido a Vladimir Putin como el hombre más influyente del mundo, por encima de Obama. Eso se debe, no al poderío militar o económico de Rusia, sino a su capacidad de iniciativa política.
 
Así, junto a la capacidad de países del Sur del mundo de resistir a la recesión del centro del capitalismo, por sus intercambios mutuos y por la expansión de sus mercados internos hacia el consumo popular, expresando un tipo de multilateralismo económico en el mundo, la mayor novedad política internacional del 2013 ha sido un embrionario multilateralismo político, que proyecta hacia 2014 las negociaciones políticas sobre Siria e Irán como los temas más importantes en la consolidación de ese nuevo clima en las relaciones internacionales.
 
 
Emir Sader


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