Respondiendo a Yoani, ciega deliberada

Nuevamente la falsaria por encargo de la USAID, Yoani Sánchez, vuelve a mentir. Su burda manera de manipular la realidad en que vive, como si ignorara los lentos pero seguros cambios que se experimentan en Cuba, volvió a mostrarse en sus comentarios en su Blog Generación Y, en una nota en la que trata de “evaluar” los sucesos acecidos en el 2013. La mentirosa por oficio, dice: “Doce meses y otra vez estamos aquí. Días de sopesar lo logrado y postergar para el nuevo año todo lo que nos faltó por cumplir. ¿Qué ha cambiado en Cuba y en cada uno de nosotros, desde aquel diciembre de 2012 en que también pasábamos balance? Poco y mucho.” 

Para ella, personalmente, hubo muchos cambios en su vida personal. Devenida en una de las más activas mercenarias viajeras, se lanzó a varios periplos para denigrar a su pueblo mediante difamaciones y mentiras, mientras recuperaba los dineros ganados y aumentaba sus ganancias en cada periplo realizado. No cabe duda que esta empleada de los enemigos de Cuba, aprovechó con creces la reforma migratoria, paseando su cuerpo endeble por los más lujosos lugares del mundo –siempre dispuesta y oficiosa ante sus financistas-, para cantar odas por doquier al capitalismo y a su farsa democrática, así como atacar a la Revolución. Ella misma los dice, no sin emplear siempre la ocasión para sacar partido a la falacia: “Enero comenzó con la Reforma Migratoria y en los meses siguientes fueron muchas las veces que dijimos adiós. Ya sin esa sensación de no retorno que teníamos antes, de salida definitiva y exilio de por vida, pero seguimos restando nombres de la agenda telefónica, a una velocidad preocupante. Nuestra condición de “isla en fuga” se acrecentó, esta vez dentro de un marco legal que la permite y aúpa.”

Aquí trató de impostar las siguientes matrices de opinión, a sabiendas de que serían ampliamente divulgadas por los eternos enemigos de Cuba:

● Las diferencias sociales se hicieron más agudas. En este caso acude al relato de anécdotas imaginarias para sustentar su discurso contrarrevolucionario. Pintó un aterrador e inexistente panorama, llenado las calles de mendigos por doquier y de gente hacinada frente a comedores para paliar el hambre, mientras que unos pocos disfrutaban de lujosos autos. ¿Se habrá incluido ella entre los que manejan autos nuevos y gozan de un inmerecido confort o se habrá colocado en las imaginarias hordas de pordioseros que deambulan en las arterias habaneras, hurgando en los basureros? ¿Habrá tirado por la borda su imaginaria vida de lujos o habrá olvidado que ella, solo ella y sus cómplices, son quienes viajan por doquier, mientras muchos países le niegan las visas al cubano sencillo? Hay que ser caradura para mantener tanta infamia. Empero ella, haciendo gala de la mayor desfachatez posible, dice: “El número de mendigos y gente hurgando en la basura creció. Sin embargo, muchos autos modernos comenzaron a rodar por nuestras deterioradas calles y más de un nuevo rico pasó sus vacaciones al otro lado del Atlántico.”  ¿Cuántas veces ella cruzó ese Atlántico y viajó por doquier sin que se le molestara? ¿No es, acaso ella, uno de los nuevos ricos que pueden darse esos lujos? ¡Ah, me olvidaba! Ella no cuenta, pues ella lo hace solo para “luchar” por la libertad de los cubanos.

● Vivimos tiempos de altos contrastes. Un año también en que el discurso ideológico se distanció aún más de la realidad. ¿Qué sabrá ella, me pregunto, de ideologías, de realidades y de contrastes, cuando vive una vida placentera, de viajes y premios inmerecidos, de mercenarizarse a diario, de halagos hipócritas y de mentiras vendidas por cualquier dinero sucio? Ella solo ha logrado alcanzar méritos en ese oficio antiguo de vivir del cuento. Ni una sola gota de sudor corrió por su frente desde hace mucho tiempo.

● La represión, por su parte, aumentó en la misma medida en que la sociedad civil creció y empezó a tomar ciertos espacios. Yoani confunde el concepto de sociedad civil, ignorando el sentir de la mayoría del pueblo y reduciéndolo a un pequeño grupo de asalariados, servidores oportunistas de los turbios intereses de nuestros enemigos. Es cierto, empero, que la sociedad civil creció al entender por ello a nuestras organizaciones de masa y otras instituciones legítimas y representativas de la mayoría popular en Cuba. El reducido e ignorado grupo de mercenarios, aún insuficiente para alarmar al pueblo, creció proporcionalmente al flujo de dinero enviado desde el exterior para mantener el discurso ideológico anticubano. Tampoco se puede hablar de represión cuando a ellos mismos ni se les lastima, ni se les encierra, ni se les tortura. En Cuba, lo reitero, hace falta una legislación para enfrentar a las descaradas y provocadoras acciones de estas minorías, ya familiarizadas en novedosas artes de subversión, basadas en la falsa victimización, en el sobredimensionamiento de su papel dentro de la sociedad cubana, en la propagación de rumores y en la difusión de mentiras en relación con los derechos humanos.

● La batalla por el monopolio informativo, la perdió el Gobierno y la ganaron las redes clandestinas de audiovisuales, noticias y libros digitales. El reto que tiene nuestra prensa a favor de la verdad ha de ser permanente. Esa prensa debe denunciar lo mal hecho, las acciones de corrupción que aún desagradan a nuestro pueblo y destacar los logros que alcanzamos. La verdad debe primar sobre la mentira difundida en las redes clandestinas, cuyos soportes son la difamación y la manipulación. No tiene razón Yoani al decir que hoy nuestras verdades han sido silenciadas por la mentira. Nuestra prensa no debe darle espacios al manipulador y esconder bajo secretas normas impositivas la luz de la verdad. Con honestidad y vergüenza solo es posible hacerse creíble ante nosotros mismos.

● La lucha contra la corrupción es parcial. Según Yoani, “…los privilegios y las prebendas se concentraron en una élite muy arriba y la lucha contra la corrupción alcanzó a algunos y evadió a otros. Las remesas llegadas desde el extranjero junto al subsidio venezolano, evitaron el colapso, pero los números rojos evidencian que las reformas económicas han fallado. Al menos, no han podido ofrecerles a los cubanos una vida mejor, un motivo para quedarse en esta tierra.” Es cierto que la lucha contra la corrupción es un proceso complejo y muchas veces no se ha actuado con severidad. Pero nuestro gobierno está enfrascado en eliminarla y actúa en esa dirección. Muchos corruptos faltan por caer y nuevas formas de corruptelas por ser desenmascaradas. La base para enfrentarla es mantener intacto ante nuestro pueblo una vida honesta y transparente, pues solo del ejemplo puede surgir la acción paradigmática contra quienes amasan sucias fortunas con manejos inescrupulosos e ilegales. Esto no le da autoridad moral a Yoani para cuestionar nuestro enfrentamiento a la corrupción, precisamente porque ella es el fruto de una modalidad de corrupción, la ideológica, la que se cimenta sobre la base de vender el alma al diablo.

● El mundo nos dio algunas lecciones, entre ellas las imágenes de Kiev donde tantos han perdido el miedo. ¿Y la libertad? Esa, esa vamos a ver si nos la ganamos y la alcanzamos en 2014. No podía, como es lógico, evadir el papel de augur y sostener la ilusa esperanza de que el 2014 será el año del desfile del capitalismo en Cuba. En esto, como ha sucedido con presidentes USA, mafiosos anticubanos y toda laya de fantoches, se equivoca Yoani. Cuba no es el Medio Oriente, ni Kiev. Aquí no protestará el pueblo contra sí mismo. Aquí no habrá una Primavera Árabe fabricada desde el exterior. El pueblo, la mayoría absoluta de los cubanos, está con la Revolución. Esa es una verdad de Perogrullo.

Hasta mi abuelita, de estar viva, le hubiera gritado ante sus narices: ¡Ponte espejuelos, Yoani!

Percy Francisco Alvarado Godoy