miércoles, 1 de enero de 2014

Antúnez se alía con la ultraderecha.



Con los mafiosos Lincoln Díaz Balart, Ileana Ros-Lehtinen, la liderzuela de MAR por Cuba y otros.

Ya presto a retornar a Cuba, después de un provechoso y extenso viaje de cuatro meses al exterior, el contrarrevolucionario Jorge Luis García, Antúnez, quiso despedirse sonadamente y ofrecer una conferencia de prensa en  la  Oficina de la Congresista Ileana Ros Lehtinen, ubicada en el  4960 SW 72nd Avenue, Suite 208, en  Miami, sobre las 21:30 del día 30 de diciembre del 2013. Allí se encontraban también sus socios de la Asamblea de la Resistencia y del Directorio Democrático. Como siempre, fue acompañado de la también mercenaria de oficio, su esposa,  Yris Tamara Pérez Aguilera. 

Como era de esperarse, este evento marcó las serias divergencias existentes dentro de los grupos mafiosos de Miami, al notarse la ausencia no solo de representantes de la FNCA –actual encargada del financiamiento a la subversión cubana-, así como de la cobertura mediática de Radio Martí. Las razones, eran más que evidentes. Antúnez fue en esta gira un duro crítico de Obama y se sumó a las posturas de la ultraderecha y los miembros de staff de la falaz emisora evitaron buscarse líos con la Casa Blanca. Por su parte, la FNCA también evitó comprometerse con un invitado de sus adversarios en el reparto del dinero. La otra razón descansa en que el propio Antúnez quería un momento de protagonismo para anunciar sus “tácticas” para promover un paro nacional en la Isla. 

Las palabras de Antúnez estaban encaminadas a fijar una posición más contestaría y menos flexible, a diferencia de la asumida por los coqueteos de Yoani y Fariñas. García dejó entrever posiciones radicales y formas de subversión más agresivas y menos pacíficas, las que se resumen en un libreto recibido de los mafiosos anticubanos, permeado de opciones casi violentas. Este libreto plantea los siguientes puntos esenciales:

Desarrollo de acciones inmediatas para caotizar la constitucionalidad en la Isla. Dijo claramente al respecto: “Regresamos a Cuba, pero no para esperar que las cosas pasen, sino para contribuir a que pasen” (…) “… el castrismo no se va a caer, ni tenemos porque seguir esperando por la muerte de Fidel y de Raúl para ser libres”.
 
Promoción de actos que excluyen la lucha pacífica. No vaciló en declarar: “Ninguna dictadura se ha caído por sí sola.” (…) “Hay de desestabilizar al régimen, hay que crear un ambiente de protestas y tensión que el aparato represivo no pueda ya controlar, hay que terminar por catalizar el descontento o la ira popular”. 

Promover acciones generalizadas y desestabilizadoras. Para Antúnez, el objetivo es generar el absurdo de una huelga nacional,  lograr la liberación de todos los presos “políticos”, legalizar los minúsculos partidos políticos y encauzar a miembros de nuestros órganos de enfrentamiento. En resumen, promover un tipo de Primavera Árabe tropical.

Cuestionar cualquier tipo de acercamiento entre Estados Unidos y Cuba. En esta dirección llegó a tildar a Obama de izquierdista y especuló sobre su desagrado hacia la figura del presidente, asumiendo una abierta posición cercana al Tea Party y a las facciones ultraconservadoras de EE UU. Para él debe mantenerse el bloqueo contra Cuba, las presiones de todo tipo, incluso la tan esperada invasión a nuestra patria.  

Quien crea que el tumor benigno en sus testículos es fuente de su odio acérrimo contra nuestro pueblo, se equivoca. Su concepto de solución para Cuba responde a los intereses de sus fuentes de financiamiento, más radicales que las que sostienen el discurso mediático de otros mercenarios viajeros. 

Todo este pensamiento ideológico de ultraderecha fue conformado mediante sus encuentros con diversas personas conservadoras dentro de los gobiernos Estados Unidos, Polonia, Taiwán, Hungría, Noruega y Suecia, así como contactos establecidos  Suiza y Washington.

Ayer regresó  Antúnez a la patria que tanto atacó en el exterior, cargado de instrucciones para poner en marcha los nuevos planes contra Cuba. Con un programa peligroso y sumamente provocador, sonsacado por las glorias de una mafia inescrupulosa, sería aconsejable advertirle que Cuba trabaja seriamente en establecer una legislación adecuada para enfrentar a la subversión dentro de nuestro Código Penal y que cualquier acción inconstitucional que promueve tendrá una respuesta adecuada.


Percy Francisco Alvarado Godoy

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