A siete días de los comicios municipales del 23 de
febrero en Ecuador, la alcaldía capitalina se erige hoy en la presa más
codiciada de los opositores al presidente Rafael Correa, y a su proyecto
de la Revolución Ciudadana. Según ha alertado el mandatario, la derecha
ecuatoriana pretende ganar la silla edilicia en Quito para desde allí
intentar derrocar al gobierno central, un patrón ya ensayado en otros
países de la región, como es el caso de Venezuela.
El 23 de febrero no sólo se disputa la alcaldía (de Quito), sino el
proyecto de la Revolución Ciudadana, recalcó este lunes Correa durante
una entrevista radial.
El líder ecuatoriano está consciente, y así se lo ha hecho saber a
sus correligionarios que si la capital cae en manos de la derecha, todo
el proyecto social en marcha en el país desde enero de 2007, estaría en
peligro.
El plan opositor sería ganar primero la alcaldía de Quito, para luego
desde allí intentar derrocar al gobierno central, y la mayor prueba de
esa estrategia, dijo Correa, es la gran coalición que ha formado la
derecha, hasta hace muy poco disgregada, detrás del candidato opositor
Mauricio Rodas.
En vista de la situación, y en su calidad de presidente nacional del
movimiento Alianza País, el mandatario envió la semana pasada dos cartas
a los miembros de la gubernamental Alianza País para alertarlos de que
deben cerrar filas detrás del alcalde Augusto Barrera, quien aspira a la
reelección.
El enemigo sabe la importancia de Quito, conoce que desde ahí puede
desestabilizar a tu gobierno, recalcó el mandatario, quien a las
críticas opositoras por su involucramiento en la campaña, responde que
es su derecho constitucional apoyar a los candidatos de su partido, para
consolidar un proyecto social que busca construir el socialismo del
siglo XXI en Ecuador.
La actual disputa por la alcaldía capitalina, donde según las
encuestas Barrera y Rodas marchan bastante parejos en la intención de
voto, resulta un tanto sorpresiva, pues muchos analistas predijeron que
la lucha en estos comicios municipales se centraría en Guayaquil.
Esa ciudad portuaria del suroccidente del país está gobernada desde
hace 13 años por el alcalde socialcristiano Jaime Nebot, y es
considerada el último bastión de la derecha ecuatoriana.
Para intentar destronar a Nebot, quien va por la reelección, Alianza
País postuló a la exgobernadora de Guayas Viviana Bonilla, una joven que
en sus discursos de campaña promete acabar con las inequidades
existentes en la ciudad más populosa de Ecuador.
En los comicios seccionales del 23 de febrero próximo, 11 millones
600 mil ecuatorianos inscritos en el padrón electoral están convocados a
elegir los 23 gobernadores provinciales, igual número de
vicegobernadores, 221 alcaldes, mil 305 concejales urbanos y cuatro mil
79 vocales de juntas parroquiales.
El ejercicio electoral será observado por más de 150 expertos de una veintena de organismos internacionales.
PL
Tomado de Contrainjerencia
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