sábado, 22 de febrero de 2014

Kiev ha caído. ¿Triunfó el golpismo?

Kiev ha caído. Maidán celebra la victoria.  Los paramilitares se extienden por todos los barrios de la “madre de las ciudades rusas”.


Svobodnaya pressa
Serguei Zlatov

Traducido del ruso por Josafat S. Comín

Este viernes se levantaron todas las limitaciones que impedían la llegada a Kiev. Gentes venidas de las regiones occidentales y las afueras de la capital han irrumpido con gran fuerza en una capital prostrada, para disfrutar a plenitud del aroma de la victoria.

Las mayores columnas de vehículos están llegando de Galitzia. Los participantes de los saqueos en Lvov, cuentan razonablemente con la posibilidad de continuar la fiesta en las colinas de Kiev. Detallan en Maidán, como durante la noche del jueves al viernes, entraron en la capital sin ningún obstáculo, sin ver en la carretera de  Zhitomir ningún puesto de la policía de tráfico. Lo que sí hay en las carreteras son puestos de control formados por activistas de la “autodefensa popular”.

Ahora las barricadas revolucionarias han cortado prácticamente todas las entradas y salidas de las carreteras de Kiev. Puestos de vigilancia improvisados: “gente pacífica” con bates y cadenas. Dan el alto a coches y autobuses. A los que no les gustan les piden la documentación, los sacan del vehículo y los ponen de rodillas. Registran los maleteros, y se quedan lo que les gusta. Mientras por la radio, suena una voz complaciente, que recomienda “no irritar a los activistas de la carretera y responder amablemente a sus preguntas”.

En Borispol, a las afueras de Kiev han cortado la carretera que conduce al aeropuerto internacional: De camino al aeropuerto hay un punto de control junto al metro “Borispolskaya”. El otro está en Poznyaki. El motivo es evitar que el “gobierno sanguinario” se pueda esconder en el extranjero.

En total en la carretera de Borispol hay 5 mil milicianos. Es un lugar apetecible. Hay pasajeros ricos para todos. El número de personas que desean abandonar Kiev se ha multiplicado como mínimo por dos.

Después de que las carreteras importantes estuviesen ya bajo su vigilancia, los puestos de control, han aparecido en todas las pequeñas ciudades de la región de Kiev. Hay leña ardiendo en bidones. En la cuneta cajas con cócteles molotov y montañas de neumáticos por si se hace necesario contar la vía. Es una operación bien organizada, cada grupo tiene  su “comandante maidanista”. La gente de los pueblos, va a las carreteras como quien va de fiesta. Están bloqueados incluso los pueblos más insignificantes.

“En las últimas horas se ha apreciado un notable incremento de intromisiones ilegales de personas ajenas al servicio de ferrocarril”- reportan en un lenguaje políticamente correcto desde la línea férrea suroccidental. Para ser más exactos lo que pasa es que están cortando las vías con troncos y neumáticos, y arrancando el cobre de las comunicaciones y del suministro eléctrico.
Están entusiasmados saqueando los vagones de mercancías y todo objeto de valor que pueda haber dentro de un tren. Los agentes de seguridad no intervienen. La vida es más preciada.

La mañana del 21 de febrero en Kiev los maidanistas volvieron a abrir fuego contra las tropas del Ministerio del Interior. Estuvieron disparando a una manzana de distancia de la Administración del Presidente. A las 14:30 el Spetnaz del ministerio del interior, que protegía el perímetro de la Rada, montó a toda prisa en sus autobuses. Los agentes se fueron tan rápido que abandonaron allí sus bártulos, cascos y demás pertrechos. Prácticamente abandonaron a su suerte la zona donde están todas las instituciones de gobierno. Mientras, el resto de barrios de Kiev, llevan ya un día bajo control absoluto de las brigadas de autodefensa de Maidán.

 Durante toda la noche en los barrios de Obolon, Troeschina y Jarkosvski, se han oído disparos. Grupos armados de entre 50 y 70 personas recorren los patios de los edificios al grito de: “¡Levántate nación!”, mientras buscan a los últimos partidarios de Yanukóvich. De paso le dan una paliza a todo aquel que no les guste. Los viandantes procuran evitarlos. Si uno no puede esquivarlos, a sus preguntas hay que responder sin falta en ucraniano, haciendo gala de patriotismo y fervor revolucionario.
Los “activistas” han bloqueado con trolebuses el acuartelamiento de las tropas del Ministerio del interior en la avenida Vozdujoflotski de Kiev. Han llevado gasolina y neumáticos y prometen prenderles fuego.


Por la noche en la zona del metro “Bestereiskaya”  grupos de “autodefensa” atacaron a los guardaespaldas de los ministros de exteriores de Francia, Polonia y Alemania. A los diplomáticos les protegían miembros de la Dirección de seguridad de Ucrania: “los confundieron por error con “titushki” se excusa el viceportavoz de la Rada, de Lvov y miembro de “Svoboda”, Ruslán Koshhulinski”. Les golpearon salvajemente y destrozaron los vehículos. Sin embargo los euroministros “no tienen queja alguna”.

Ahora mismo en la región de Kiev, debido a los desórdenes hay cerradas 142 escuelas y 149 guarderías. Mientras tanto, han llegado a Kiev para reforzar la seguridad de Maidán un grupo de policías de Ucrania occidental, formado por cerca de 100 efectivos. Los autobuses con los agentes del orden, revolucionarios, venidos de Lvov, se plantaron directamente en la plaza Mijailovskaya. El propio Yuri Lutsenko, exministro del Interior, recibió a sus hermanos de sangre y les dio directrices.

La mayoría de los polis de Lvov van con uniforme, aunque también los hay de civil. En los tiempos que corren, es algo frecuente. Lo que les diferencia es que han venido con sus pistolas automáticas reglamentarias y anuncian abiertamente que están dispuestos a usarlas “contra los enemigos de Ucrania”.
 

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