lunes, 31 de marzo de 2014

A tres años de falsas revoluciones y otra derrota del Imperio



Tres años transcurrieron de la injerencia extranjera del imperio norteamericano junto a sus aliados, tanto europeos como sionistas, en la República Árabe Siria.
Una intervención extranjera quirúrgica, con guantes esterilizados, una conspiración por encargo llave en mano con el gerenciamiento de las monarquías saudita y qatarí.

Estos estados absolutistas, nada democráticos, se ocuparon de financiar y armar a los mercenarios terroristas de varios países árabes e “islámicos” de ideología takfirí y wahabita –desviaciones del Islam- que con toda brutalidad y salvajismo asesinaron a miles de personas en ese país del creciente fértil.

Cometieron crímenes de lesa humanidad –ataques con armas químicas incluidos- e implantaron el virus del terrorismo y el sectarismo religioso en un país que hasta ahora desconocía por completo esas prácticas inhumanas.

En este tiempo, la derrota del imperio y sus contratados es más que evidente, los terroristas se hallan en plena huida y el último bastión en la región del Qalamun, Yabroud, ya ha caído en manos del ejército Sirio con la fundamental participación de la Resistencia Islámica del Hezbollah.

En el campo se vislumbra  la victoria total de un país y su pueblo determinados a no dejarse vencer ni dominar por los enemigos de la Paz y la Libertad.

Rusia, Irán y el eje de la resistencia

Importante es mencionar la participación de Rusia, fue fundamental su aparición en el escenario internacional, resurgiendo como actor diplomático principal para, junto a China, frenar la manipulación del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a la que están acostumbrados los Estados Unidos para llevar a cabo en el marco de la falsa legalidad sus objetivos bélicos.

Es justo también destacar el rol que desempeña la República Islámica de Irán, que desde siempre aliado de Damasco – formando parte junto a la Resistencia Islámica Libanesa del Hezbollah del eje anti-imperialista en la región – nunca ha abandonado a Siria desde antes y durante la tragedia que le toca atravesar al país árabe, asistiéndola logística, militar y económicamente -al margen de la ayuda humanitaria permanente para los desplazados internos que produjo el estrago de esta perfidia- .

Revoluciones de manual

Recordemos que el inicio de este complot contra la Nación Siria se produce en medio de una serie de “revoluciones” en el mundo árabe que fueron tituladas pomposamente como “primavera árabe” y que en realidad fue el comienzo de un invierno crudo e impiadoso que aún continúa.

Estas fueron “revoluciones” de manual, planificadas y pergeñadas desde las entrañas del imperio, sistematizadas  con un orden preestablecido con la excusa de socavar dictaduras, como lo explica uno de sus cerebros Gene Sharp y que consiste en atacar “pacíficamente” en primer lugar las instituciones del país en que se actúa.

A simple vista no se advierte el engaño y las masas cooptadas y víctimas de este plan que les prometía democracia y libertad, no vislumbran que los propios planificadores son los sostenedores de esos dictadores que dicen querer derrocar, los ejemplos están a la vista con lo sucedido en Túnez, Egipto y Libia, que por muchísimo tiempo fueron aliados de los EEUU y de Gran Bretaña.

Este sistema de desestabilización no es solo para derrocar dictaduras, también fue empleado para socavar gobiernos legítimos, democráticos y constitucionales como sucedió en la República Islámica de Irán.

En 2009 dieron comienzo a la llamada “revolución verde” que intentó sin éxito desestabilizar al entonces ganador de las elecciones en  el país persa, Mahmud Ahmadinejad, con acusaciones de fraude.

La ambición de un “nuevo” medio oriente

En realidad poco le importa al imperio la democracia, la declama pero no la ejerce, ni siquiera en sus propios países, donde sus ciudadanos son sometidos a leyes persecutorias y violatorias de la vida privada, por lo tanto la proclama de llevar “democracia” a países de Medio Oriente es una farsa tan grande como el mundo.

El verdadero espíritu del imperio norteamericano y su plan maestro es el de un “nuevo” Medio Oriente, una reedición del nefasto tratado Sykes-Picot, cuando al término de la 1 ° guerra mundial y con el ya derrotado el imperio otomano, se dividieron el oriente próximo entre las potencias vencedoras – Gran Bretaña y Francia – como si fuera una torta de chocolate.

Aquella vez la división fue efectuada con una base geográfica y geoestratégica, inventando nuevos estados-monarquías y entregando territorios de terceros (Palestina) al engendro sionista.

En esta era, los EEUU pretende fragmentar aún más la región, atomizarla esta vez en bantustanes sectarios, fomentar la discordia permanente y tomar el control geoestratégico de la región, con la mira apuntando un poco mas allá, hacia Rusia y China.

El escollo mas severo para llevar a cabo este siniestro plan siempre fue y es el eje de la resistencia anti-imperial formado por Teherán-Damasco-Resistencia Libanesa.

Esa es la punta del ovillo para comprender este entramado desgraciado que Siria padece hace ya tres años.

Objetivo: Siria

Ante el fracaso de la desestabilización interna en la República Islámica de Irán -una de las puntas del eje de resistencia- fueron por Siria para quebrar el punto medio de la barrera, y de esa manera pretendían aislar a la Resistencia Libanesa por un lado y a la potencia iraní por el otro, con el objetivo de implantar en Siria tres nuevos estados, en principio: uno alauita, otro cristiano y otro sunnita.

La disputa por el liderazgo sunni, takfiríes y wahabismo

Turquía es otra pata de este complot imperial -la memoria genética imperial de algunos países reaparecen instantáneamente – quien aportó apoyo logístico y militar para la invasión en Siria.

Turquía disputa con Arabia Saudita la representación del sunnismo mayoritario dentro del Islam, con la variante del wahabismo saudí que se haya fuera del Islam, tanto doctrinalmente como moralmente, que infunde actos en extremo salvajes en sus militantes, todo lo contrario a lo que predica el Islam.

La mención al Islam no es antojadiza, sino que es otro de los argumentos que el imperio usa mediante la construcción negativa de esta religión, para demonizar a países de la región que  tienen una voluntad inquebrantable de ser libres e independientes.

Precisamente los que emanan un Islam desviado y le hacen el juego a Estados Unidos son aquellos que están sometidos a las botas de las potencias hegemónicas.

Siria, el estandarte de la dignidad

Volviendo a Siria, hay que recordar su prosperidad hasta antes de esta invasión promovida desde el exterior con los objetivos ya señalados.

Siria era un país laico que no conocía el sectarismo religioso, no permitía la diferencia entre sus ciudadanos que convivían en perfecta armonía, era un país pujante, con innumerables beneficios para su pueblo que recibía educación gratuita de excelencia, de igual forma en el tema salud y en expansión industrial, carente de deuda externa.

De ahí, de todo ese bienestar, se puede entender que no pudo ser derrotada porque el gobierno siempre gozó del apoyo de la mayoría de su pueblo, salvo de aquellos que eligieron la opción sectaria y se dedicaron a destruir su propio país con la ayuda de organizaciones terroristas como Al Qaeda, el Frente al Nusra y el Frente Islámico del Irak y el Levante, las mismas –con sus variantes-  que el imperio dice combatir pero que sin embargo creó, financió y entrenó desde los años 80 cuando se produjo la invasión soviética a Afganistán.

El sionismo siempre está

El derrocamiento del gobierno sirio estuvo motivado también entre otros objetivos, para allanar el camino al Estado de Israel, y su proyecto del “Eretz Israel, del Nilo al Eúfrates”.

Ya dieron el primer paso en esa dirección con el asesinato de Rafik Hariri –ex primer ministro de Líbano- en 2005, por el cuál acusaron a Siria, y que resultó en el retiro del ejército sirio de Líbano, que actuaba como elemento disuasorio ante el intento de otra invasión israelí, que finalmente se produjo al año siguiente en 2006 dejando más de 1200 civiles libaneses asesinados por el ejército y la aviación israelí.

Ahora iban por más, por el control del paso de gasoductos y oleoductos hacia el mediterráneo con destino en occidente, sea Europa o Estados Unidos.

Entendiendo la trama

Como se ve, son muchas las aristas que se unieron para hacer este operativo sangriento y destructivo en la República Árabe Siria, muchos hilos que parten del mismo ovillo opresor y expoliador que tejen las potencias hegemónicas en su afán de alimentar su voracidad sin límites, al  punto que no le importa en absoluto dejar miles de desplazados sin hogar, ciudades pulverizadas, sociedades con odio recíproco entre los propios ciudadanos, y por supuesto, miles y miles de muertos, que a su vez dejan detrás familias destrozadas de por vida.

En este tablero mundial con epicentro en el Creciente Fértil desde hace ya más de sesenta años, la historia de traiciones, expolio, ocupación y humillación se repite día tras día, cada cual juega su juego, ningún actor es de reparto, solo los que son objetivo de los planes establecidos.

Actualidad y futuro

Incluso países como Rusia, desarrollando un rol protagónico en el conflicto sirio y actuando como tapón para que no se llegara a una intervención militar occidental lo hace cuidando sus propios intereses, como ser su única base naval en el mediterráneo con asiento en la ciudad portuaria de Tartus, y que ahora está pagando su audacia diplomática en su propio terreno a través del conflicto interno implantado en la vecina Ucrania.

Tres años de turbulencia en extremo que parecen no tener fin, donde no termina de apagarse un conflicto para que despierte otro en otra parte del mundo, tres años de farsa y muerte, de engaños y revoluciones falsas con ilusiones arrebatadas a los pueblos que ansían ser libres.

La diferencia en todos estos escenarios montados cuál película de Hollywood con la complicidad de los medios masivos y hegemónicos de información, la ha marcado el triunfo sostenido del pueblo y gobierno Sirio, y ese ejemplo está siendo seguido por Venezuela en Latinoamérica que está enfrentando un “golpe suave” promovido siempre por los mismos conocidos de siempre, con la ayuda de otras marionetas ocasionales de la región, como Colombia.

De todas maneras, el mundo no será igual de ahora en adelante, los mercenarios que huyen volverán a sus países donde nadie los quiere, han despertado una bestia de mil cabezas, que corridas de Siria querrán seguir su raid de crímenes salvajes en otros lugares, proclamando en sus mentes enajenadas falsas yihads, y esta vez sin financiamiento externo, lo que implica un peligro mayor ya que no habrá quien los controle.

Resultados de estos tres años

La Resistencia sigue viva en medio oriente, Irán ya ha triunfado en el campo diplomático, y la República Islámica se ha erigido de manera legítima como uno de los actores fundamentales de la región a la que no va a ser fácil doblegar y las potencias hegemónicas ya lo han reconocido.

Siria ha dado el ejemplo de ser un país convencido de luchar por su autodeterminación e independencia absoluta de cualquiera que pretenda imponerle condiciones de cualquier tipo.

La Resistencia Islámica Libanesa de Hezbollah también ha demostrado ser una milicia fuerte con un objetivo político claro y concreto de defender la soberanía de Líbano y sus compatriotas, y de ser leal a sus aliados en la lucha contra el enemigo externo e interno, sea Estados Unidos, Israel o Arabia Saudita y sus secuaces del golfo.

El terrorismo ha sido derrotado y no precisamente por los que dicen pomposamente combatirlo – Estados Unidos- al tiempo que lo alimentan y financian. El imperialismo estadounidense ha tomado debida nota de todo este fracaso que lo pone a meditar en su propio futuro sobre el que se ciernen negros nubarrones tanto en el ámbito interno con una economía colapsada, como en el externo donde obviamente ya no tiene la ventaja de la unipolaridad, ante un mundo que se ha vuelto multipolar e inmanejable.

El rol de la prensa

Esta batalla que en sus tramos finales aún está librando Siria deja muchos heridos de gravedad  entre los que se encuentran países que promueven el terrorismo, medios de prensa hegemónicos que han desnudado sus intereses espurios mintiendo y tergiversando la información.

Por otro lado ha descubierto otros canales de información alternativos que a través de las redes sociales han podido informar con veracidad y llevar otro punto de vista que sirve a los ciudadanos del mundo a abrir los ojos que durante muchísimo tiempo han estado cegados por las potentes y coloridas luces que los grandes medios mundiales de prensa supieron usar.

Conclusión

Finalmente, este año 2014, se vislumbra como un año bisagra, donde habrá muchos cambios y definiciones para la aldea global en que vivimos y que algunos están empeñados en destruir.

Dios no lo permita. 

Editorial  Prensa Islámica

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