jueves, 26 de junio de 2014

¿Por qué oculta la CIA información sobre muerte de Jorge Eliécer Gaitán?

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QUÉ SABE LA CIA SOBRE EL 9 DE ABRIL

Algo sabe la CIA (Agencia de Inteligencia de Estados Unidos) sobre la muerte de Jorge Eliécer Gaitán, pero se niega a revelarlo. Hace pocos días llegó a algunos buzones un mensaje de Paul Wolf, norteamericano interesado en la historia de Colombia, donde transcribía la negativa de la CIA a suministrarle copia de sus archivos sobre lo que ocurrió en Colombia aquel 9 de abril de 1948.

Las leyes de Estados Unidos permiten a los ciudadanos examinar, pasado un tiempo, los documentos que reposan en sus oficinas públicas, incluidas la CIA, el FBI y la secretaría de Estado. Gracias a esta herramienta jurídica se han aclarado hechos históricos y se han confirmado actuaciones de la agencia que otrora negaban sus voceros, como su participación en el asesinato de chilenos cercanos a Salvador Allende.

Wolf pidió el 9 de septiembre a la CIA que revelara el contenido de sus archivos de hace más de medio siglo sobre Gaitán y el bogotazo . El 22 de ese mes le contestó una funcionaria que la CIA ni negaba ni afirmaba que hubiese archivos al respecto pero que, por si acaso, de todos modos rechazaba la petición de abrirlos, por cuestiones de seguridad nacional y protección de fuentes y personal. Cuando me comuniqué con Wolf, éste explicó así la respuesta: Afirman que los sucesos que ocurrieron en 1948 deben permanecer en secreto por razones de seguridad nacional; que los Estados Unidos pueden resultar perjudicados si se liberan estos archivos.

Es habitual que los papeles que abre la CIA lleven renglones tachados con tinta impenetrable para proteger nombres o lugares. Pero es menos frecuente que se niegue por completo toda información acerca de un caso, hasta el punto de callar si hay o no récords sobre él.

La conclusión es obvia: algo sabe la CIA sobre el 9 de abril, y debe ser tan gordo que ni siquiera ahora, 52 años después, se aviene a exhibir los documentos respectivos.

Wolf insistirá en su petición y acudirá a las instancias democráticas que operan en Estados Unidos para sacar estos trapos sucios. Conviene apoyarlo en su petición. Resulta muy curioso que la CIA pretenda mantener con candado esta valiosa carpeta.

Lo que pensaba E.U. de Gaitán Y más rara es su actitud si pensamos que algunos de los más interesantes documentos sobre aquellos días históricos proceden de los propios archivos de Washington. El libro Grandes potencias, el 9 de abril y la violencia, con edición de Gonzalo Sánchez y participación de varios historiadores y politólogos, transcribe importantes testimonios recogidos en gavetas oficiales gringas. Allí sabemos lo que pensaba la embajada sobre Gaitán (memorando interno del embajador John C. Wiley, 16 de mayo de 1947): Quienes lo conocen hablan de su odio por Estados Unidos ... Podría ganar la Presidencia a través de procedimientos democráticos. No obstante, existe la opinión generalizada de que sus escrúpulos no le impedirían recurrir a otros medios, de ser necesario ... Estados Unidos debe vigilarlo con discreción y tacto ... Mi reciente almuerzo con él trajo a mi memoria un almuerzo que compartí alguna vez en Berlín con el doctor Goebbles .... Gaitán representa un problema naciente para Colombia, que posiblemente influirá allende las fronteras ... Mi percepción del doctor Gaitán y sus éxitos políticos es en extremo temerosa ... El doctor Gaitán guarda un prejuicio primitivo y violento contra Estados Unidos.

Gaitán, pues, era mal visto por el embajador. Cuando asesinan al jefe liberal el 9 de abril, uno de los más detallados y completos reportes sobre lo ocurrido es el que envía el Agregado Naval de la embajada de Estados Unidos en Bogotá, coronel W. F. Hausman: hasta fotos agrega el eficiente funcionario.

Entre las principales conclusiones que presenta Hausman en documento calificado como secreto el 24 de mayo de 1948 figuran las siguientes: Los acontecimientos del 9 de abril no fueron el resultado de un plan del Partido Comunista de Colombia; no se han producido pruebas de complicidad comunista foránea en el asesinato de Gaitán.

El principal factor de motivación de los desórdenes fue el uso de la radio, especialmente en Bogotá, por elementos antigobiernistas.

Juan Roa Sierrano tuvo una importancia capital en el crimen, excepto como dócil instrumento.

La teoría más consistente es que Roa ejecutó un plan diseñado por una pequeña conspiración de furibundos conservadores (cita como cabeza de la misma a Laureano Gómez).

Todo el mundo, salvo los gaitanistas furibundos, parecen sentirse contentos de que Gaitán se haya ido.

No existió una dirección integralmente organizada de los desórdenes.

Otros abren, ¿por qué la CIA. no? Como se ve, de los archivos oficiales de Estados Unidos han salido importantes documentos sobre el 9 de abril que, incluso, niegan la tesis del gobierno de Ospina Pérez en el sentido de que se trataba de una conspiración comunista.

Todo esto hace más extraña la actitud de la CIA al cerrar a cal y canto sus récords sobre un viejo asesinato que aún necesita aclaración.

DANIEL SAMPER PIZANO

Fecha de publicación4 de octubre de 2000

Tomado de  http://www.eltiempo.com/archivo


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