La sobredimensionada vedette
mediática de la guerra ideológica anticubana, Yoani Sánchez recibió anoche,
inmerecidamente, por parte del Consejo de Chicago sobre Asuntos
Internacionales, la distinción The Gus Hart Visiting Fellowship.
Chicago
se vistió de vergüenza al homenajear a esta consumada falsaria, a quien se
pretende impostar ante la opinión pública internacional como “líder
emergente en América Latina”, cuando en realidad es ignorada y repudiada por la
gran mayoría de sus conciudadanos.
Atribuirse descaradamente un
rol dentro de la sociedad cubana actual es parte de su mitómana devoción, la
cual es hartamente estimulada por los enemigos del pueblo cubano. Yoani es un
producto del manejo mediático, de la manipulación y la mentira. Toda ella,
apalancada por los patrones de la campaña ideológica dirigida a destruir el
socialismo en Cuba, es una imagen falsa y de dudosa honestidad.
Prueba de su descarado
proceder son sus declaraciones ante la periodista María Hinojosa, encargada de
montar otro show como parte de la sección Latino USA del National Public Radio
(NPR) Latino USA y presidenta de The Futuro Media Group.
Todas sus declaraciones seudo
filosóficas sobre temas que le son realmente ajenos como el llamado
"hombre nuevo", el “sueño cubano” –no compartido por la mayoría de los
cubanos por su distorsión-, fueron sazonadas desde su óptica
contrarrevolucionaria y su manida deformación de la realidad en la Isla. Como
siempre, hizo gala de su apología a la democracia capitalista, parafraseando el
discurso ideológico repetitivo sobre “libertad de expresión” y otros temas que
siempre repite como cotorra amaestrada.
Yoani, sin embargo, hizo una
vez más el ridículo al hablar sobre su potencial rol dentro de la sociedad
cubana actual y sobre su pretendido liderazgo entre los cubanos, cuando para
todos es conocido que hasta una parte importante de la exigua contrarrevolución
interna le cuestiona por su actitud oportunista, sus privilegios desmedidos y
su posición elitista.
Obviando su total aislamiento
y el repudio que despierta entre sus compatriotas, declaró a su entrevistadora:
"Mi liderazgo, si tengo alguno, sale especialmente de la ciudadanía;
nace de hablar desde una posición y una óptica que muy pocas veces ha podido
hablar. Estamos hablando de una población cubana que durante 55 años no ha
tenido derecho a la libre asociación, a la libertad de expresión. Hemos sido
apabullados por un discurso oficial que constantemente está repitiendo consignas
y discursos".
Cinco preguntas salen por sí
solas ante esta ridícula declaración:
¿Qué liderazgo puede
desconocer una persona ignorada por los demás cubanos y cuyo discurso
ideológico no es compartido por la inmensa mayoría de la ciudadanía?
¿Quién puede seguir o
aceptar a una figura que lucra con la difamación y ejerce una oportunista
actitud encaminada al auto beneficio personal?
¿Qué valores puede ella
sembrar en sus compatriotas, quienes han demostrado –en más de una oportunidad
su apego a la sencillez, a la entrega solidaria, al goce por el fruto de su
trabajo?
¿Quién ha dicho que el
pueblo cubano no tiene oportunidad de hablar por sí mismo, de manifestar sus
criterios o inquietudes, cuando el socialismo cubano le garantiza foros
ampliamente participativos desde donde ejerce la gobernanza de sus propios
destinos?
¿Qué críticas puede hacerle
al llamado discurso oficial como consignatario y repetitivo, quien usa un
manido discurso difamatorio, regodeado en falacias y provocaciones gastadas?
Claramente, quien no ha
participado en las reuniones de los CDR, las Asambleas de barrio, las Rendiciones de Cuenta de los Delegados, las amplias
elecciones del Poder Popular, las discusiones de la legislación en su cuadra o
en sus centros laborales, poco puede hablar honestamente sobre la democracia
participativa cubana.
Desde su falso mundo
mediático, erigido mediante la bochornosa venta de su dignidad, Yoani acumula
premios, dinero fácil y aplausos hipócritas, mientras crece el repudio de los
cubanos por su sucio papel como mercenaria de oficio, en un país que sabe bien
quiénes son sus verdaderos líderes –no los de pacotilla como ella-, erigidos
como tales por su ejemplo y entrega al beneficio de todos los cubanos. ¡Aquí siempre habrá un Fidel!
Percy
Francisco Alvarado Godoy
Primera vez que sugiero algo Percy. Chicago se desvistió sin verguenza, debiste escribir. Un saludo fuerte. De todas formas se entiende, perfectamente.
ResponderEliminar