miércoles, 27 de agosto de 2014

Israel-Gaza: La verdad como primera víctima

 
Mientras Israel impregna de uranio enriquecido el suelo anegado en sangre palestina de Gaza, Obama afirma que EE.UU. lo defenderá de las “agresiones” de musulmanes y cristianos.

Un especialista amigo recordaba esta célebre frase del dramaturgo griego Esquilo aplicable al genocidio sionista contra el pueblo palestino de la Franja de Gaza: “En la guerra, la primera víctima es la verdad”.

Otras víctimas, estas del holocausto nazi contra el pueblo judío durante la Segunda Guerra  Mundial, han expresado su repudio contra el crimen de lesa humanidad que el gobierno de Benjamín Netanyahu realiza contra la abarrotada población del pequeño lugar, en su afán de, bajo cualquier ridículo pretexto, exterminar o expulsar a los habitantes de lo que queda de Palestina.

Pero mientras algunas voces de protesta contra el genocidio se oyen, y apenas llega ayuda humanitaria –la primera fue venezolana- y solo Chile cortó relaciones comerciales, la inmensa mayoría de los israelíes aplauden alegremente los estallidos de bombas y misiles, algunos con uranio enriquecido, causantes hasta ahora de la muerte y heridas a más de 15 000 palestinos y la destrucción de unos 7 000 inmuebles, entre ellos hospitales y lugares de supuesto refugio de Naciones Unidas.

Aplauden alegremente la sagacidad de la inteligencia sionista para localizar y asesinar a los principales dirigentes de la odiada Hamas, con la destrucción de sus viviendas y muerte de familias enteras como “daños colaterales”.

En ese sentido, el especialista Ramón Bernal Godoy indica que el hecho de que el 86% de los israelíes judíos se opongan a un cese al fuego en Gaza, recuerda a las masas de ciudadanos alemanes respaldando en 1933 el nazismo alemán, invocando la superioridad de la raza, algo parecido a lo que durante décadas ha hecho el estado de Israel con su racista política de descrédito y demonización de sus vecinos palestinos.

También coadyuva a ello el que Estados Unidos diera “carta blanca” a su principal aliado en la región, además de que la CIA, el Mossad y otros entes de inteligencia occidentales respaldaran la creación y financiamiento de Al Qaeda y el Estado Islámico, a los que EE.UU. parece rechazar ahora en aras de una política más conveniente para sus planes expansionistas.

O sea, nada ni nadie detiene lo que Tel Aviv hace con armas norteamericanas en Gaza, como una Organización de Naciones Unidas que sirve de nuevo para maquillar y justificar salarios y presuntas buenas intenciones.

MANIPULACIÓN, DESINFORMACIÓN

La manipulación y desinformación es tal acerca de los continuados ataques de Israel contra el pueblo palestino -al que oprime desde que fue fundado como Estado en 1948-, que millones de personas en el mundo dan como hecho aceptado la muerte de miles de niños y mujeres a manos de un Estado considerado democrático y justo en la implementación de la religión hebrea.

Pero aunque la tergiversada propaganda lo presenta como la única democracia en el Medio Oriente, para el político Israelí Abraham Burg-judío, e hijo de uno de los fundadores del Estado de Israel-, su país ya no es el mismo que fue idealizado en 1948,  y se asemeja más bien a un Estado cuya religiosidad es expresada por las interpretaciones ortodoxas más extremistas y un capitalismo brutal que ha borrado las huellas de la solidaridad social.

Su esencia implica considerar a una población más valiosa que otras, lo cual entra en conflicto con el ideal democrático de la igualdad y, como el apartheid, legaliza la discriminación de la importante minoría árabe. Y si esto es dentro de sus límites, no puede extrañar lo que hace en los territorios que ocupa o agrede.

Israel es un violador sistemático del Derecho Internacional y de las organizaciones multilaterales que lo representan, porque aunque tiene el derecho a defenderse de ataques, los palestinos también lo tienen, al  defenderse de las agresiones y ocupación de Tel Aviv.

O sea, no puede ejercer simultáneamente el control de un territorio al cual ocupa, y atacarlo militarmente, con la justificación de que es una fuerza externa que presenta una amenaza. Bajo el Derecho Internacional, Israel se comporta como un poder colonial, por lo cual no debe hacer lo que hace.

Pero también las acciones militares de Israel trascienden la defensa para convertirse en una ofensiva. Es decir, no solo se defiende sino que sistemática e injustificadamente ataca ala población palestina, otra nueva violación del Derecho internacional.

El control mayoritario de la información por el Imperio hace repetir la manida frase de Joseph Goebbels, el artífice de la propaganda nazi que creó las condiciones del holocausto: “Si repites una mentira muchas veces, se convierte en verdad”, que el presidente norteamericano, Barack Obama, la emplea cuando dice y subraya que Estados Unidos tiene el deber de defender a Israel de las “agresiones” de musulmanes y cristianos.

Arnaldo Musa

CubaSí

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