Una revista francesa fue a la búsqueda de los familiares del líder nazi, Adolf Hitler, y tras varias investigaciones descubrió que tres de ellos viven actualmente en Estados Unidos y que ninguno de ellos tiene hijos.
Esta situación hace crecer los mitos que existen sobre un presunto
pacto que habrían hecho los familiares de Hitler para no dejar
descendencia. ¿Será cierto?
Alexander, Louis y Brian viven en Long Island y
llevan una vida similar a la de muchos estadounidenses. Sin embargo,
viven con la carga de tener uno de los apellidos más detestados del
mundo: Hitler. Y es que estos hermanos son hijos de William, un sobrino
del dictador alemán, señala la revista ‘Paris Match’.
Los tres parientes, que tienen el sobrenombre de Adolf, han pasado
buena parte de sus vidas en un vecindario, en el que residen numerosos
judíos jasídicos, tratando de guardar en secreto el sombrío origen de su
apellido.
“Hubiéramos vivido mejor si no fuésemos descendientes de Hitler”,
afirmó Alexander Stuart Houston o Alexander Adolf Hitler a una
periodista de la revista francesa.
La reportera le preguntó si era cierto que la familia de Adolf
Hitler había hecho un pacto para no tener nunca hijos. “La única regla
que tenemos”, respondió, es “no hablar con periodistas”.
Según David Gardner, autor del libro ‘The Last of the Hitlers’, los
hermanos nunca firmaron un acuerdo, pero es cierto que ninguno se casó y
no tienen hijos.
Por su parte, el historiador y escritor español César Vidal recuerda
que actualmente solo cinco parientes de Hitler siguen con vida:
Alexander, Louis y Brian y dos hijos de su media hermana Angela, Peter
Raubal y Heiner Hochegger
“Peter Raubal nació en 1931 y actualmente es un ingeniero jubilado
sin la menor intención de perpetuar la estirpe. Algo semejante sucede
con Heiner Hochegger que nació en 1945 y que tampoco ha tenido
descendencia”, recalcó Vidal.
La historia de William, el sobrino traidor de Hitler
William fue hijo de Alois, un medio hermano de Hitler. Vivió en Alemania y en el Reino Unido, países en los que trató de sacar provecho de su linaje.
"Intentó inicialmente aprovecharse del ascenso de Hitler, pero al no conseguir lo que esperaba, procedió a chantajear al Führer amenazándole con publicar documentos que, supuestamente, demostraban que por sus venas corría sangre judía", escribe en Vidal en su sitio web.
Años más tarde, viajó junto a su madre a EE.UU., donde comenzaría una nueva vida. Cuando se inició la Segunda Guerra Mundial sirvió en la Armada estadounidense al servicio de las tropas aliadas y luchó contra su propio tío. Una vez finalizado el conflicto, se borró el apellido maldito y adoptó el de Stuart-Huston.
"Intentó inicialmente aprovecharse del ascenso de Hitler, pero al no conseguir lo que esperaba, procedió a chantajear al Führer amenazándole con publicar documentos que, supuestamente, demostraban que por sus venas corría sangre judía", escribe en Vidal en su sitio web.
Años más tarde, viajó junto a su madre a EE.UU., donde comenzaría una nueva vida. Cuando se inició la Segunda Guerra Mundial sirvió en la Armada estadounidense al servicio de las tropas aliadas y luchó contra su propio tío. Una vez finalizado el conflicto, se borró el apellido maldito y adoptó el de Stuart-Huston.
Fuente: RT
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