Hasta
Miami, la Meca de la guerra ideológica anticubana fue el expresidente panameño,
Ricardo Martinelli, para encontrarse con dos viscerales enemigos de la
Revolución Cubana -Ileana Ros-Lethinen y Lincoln Díaz-Balart, para instrumentar
un complot contra la participación de Cuba en la venidera Cumbre de las
Américas, a realizarse en abril de 2015.
El
manido argumento de la supuesta falta de democracia en Cuba será el soporte de
la nueva campaña mediática y de todo tipo de presiones sobre el presidente Valera
y otros mandatarios de la región.
Martinelli,
lo dijo sin cortapisas: "Exhorto al
presidente Varela a que no invite a Cuba porque le estamos mandando un mensaje
no claro al resto de Latinoamérica, al decir que nosotros patrocinamos un país
como Cuba que no tiene una democracia".
Hipócritamente,
el taimado y corrupto ex mandatario, solicitó al actual presidente “accionar su
gestión y trabajar para poder cumplir con las promesas de campaña que ofreció
al pueblo panameño.” ¿Acaso él cumplió con sus promesas?
Pocas
cosas provechosas pueden esperarse de este encuentro entre mafiosos e
intolerantes. Sin embargo, todo este circo es parte de un esfuerzo desesperado
que terminará en un rotundo fracaso.
Percy Francisco Alvarado Godoy
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