miércoles, 17 de diciembre de 2014

Ladran adoloridos los extremistas anticubanos.



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Empiezan a aparecer en las redes sociales y en los medios de comunicación las primeras reacciones de los representantes de los grupos extremistas anticubanos radicados en Miami, ante el anuncio del intercambio de prisioneros entre Cuba y los EE UU, así como el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre ambas naciones.

Lo que resulta positivo para los pueblos de ambas naciones es para estos mafiosos, que han lucrado y vivido a costa del terrorismo y la difamación, un fuerte golpe.

Uno de estos bandidos, Saúl Ramón Sánchez Rizo, presidente del Movimiento Democracia, contumaz provocador y con oscuro pasado terrorista, trató de impostar la matriz de opinión de que habría que contar con los líderes de esos grupos a la hora de dirimir el diferendo entre ambos países. Tontamente, este ridículo émulo de Popeye, pide que participen los tradicionales terroristas, difamadores y corruptos jefes de estas cuestionadas organizaciones en los diálogos entre las dos naciones. ¿Qué representatividad, me pregunto, pueden tener ellos para participar en cualquier diálogo entre Cuba y Estados Unidos? ¿Hasta dónde llega su ridícula megalomanía?

Por su parte, otro visceral enemigo del pueblo cubano, conspirador y socio de los que llevan a cabo planes desestabilizadores contra nuestra Patria, Orlando Gutiérrez Boronat, Directorio Democrático, trató de ocultar su impotencia calificando de “absurdo” este paso dado por Obama y el gobierno cubano. Yaniset Rivero, directora del Directorio Democrático Cubano en Miami, también lamentó la decisión de restablecer las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, calificando este hecho como “una vergüenza y una inmoralidad restablecer relaciones con un régimen que no ha hecho un solo movimiento real de cambio dentro del país”.

No podía esperarse tampoco la reacción histérica del intolerante Miguel Saavedra, liderzuelo del grupo Vigilia Mambisa, calificó el anuncio como “una conspiración de la administración comunista de Obama”, mientras montaba un circo de protesta frente al restaurante Versailles, ubicado en la calle 8 de la Pequeña Habana, en Miami.

El terrorista Ángel Desfana, presidente de la organización Plantados, también repudió la liberación de los antiterroristas cubanos y las medidas de acercamiento entre Cuba y EE UU.

Otro adolorido fue José Azel, analista del Centro de Estudios Cubanos y Cubano Americanos de la Universidad de Miami, quien vio en el canje y el anuncio de acercamiento entra las dos naciones como “un golpe fuerte” para un sector del exilio, cuestionando que el principal beneficiado es el gobierno cubano.

Rosa María Payá, hija del fallecido contrarrevolucionario Oswaldo Payá, cuestionó la detención de Gross por Cuba, no mostrando alegría por estos eventos.

No podían dejar de manifestar su descontento varios congresistas asociados a la guerra ideológica anticubana, como fueron los casos del republicano por La Florida, Mario Díaz-Balart (R-FL), así como el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner.

También Jeb Bush, ex gobernador de Florida y posible candidato a la presidencia de Estados Unidos en 2016, dijo que se opone a la decisión del presidente Barack Obama de normalizar las relaciones con Cuba, según USA Today.

Otros que expresaron su desacuerdo con los acontecimientos de hoy fueron el reaccionario senador por Florida Marco Rubio, quien declaró que "la decisión del presidente para premiar al régimen de Castro y comenzar el camino hacia la normalización de las relaciones con Cuba es inexplicable". Enfatizó su disposición de torpedear, como presidente de la subcomisión para el Hemisferio Occidental del Comité de Relaciones Exteriores del Senado en el nuevo Congreso, cualquier empeño por   establecer unas relaciones normales con La Habana.

Otro que criticó duramente a Obama fue Carlos Curbelo, el nuevo congresista republicano por el distrito 26.

Para dar el puntillazo varios mercenarios usaron la red social Twitter para cuestionar la liberación de nuestros tres hermanos y el acercamiento entre Cuba y EE UU, coligándose con las posiciones de la extrema derecha norteamericana. Entre ellas, como era de suponer, se encontraba Yoani Sánchez.

Percy Francisco Alvarado Godoy

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