El sitio Diario de Cuba ha demostrado una vez más su falta de seriedad al acudir a cualquier tipo de delincuente para cuestionar la política de Obama con respecto a Cuba. El doloroso acercamiento dirigido a mejorar las relaciones bilaterales entre la Isla y los EEUU ha dolido, fundamentalmente, a los que han lucrado impúdicamente con la hostilidad y el distanciamiento entre nuestras dos naciones.
Esta vez DDC ha usado al
liderzuelo de la organización contrarrevolucionaria Independiente y Democrática
(CID), Huber Matos Araluce, quien afirmó que Obama había dado estos pasos “en
un esfuerzo por recuperar popularidad”, a costa de la oposición interna en
Cuba, según informó la agencia Notimex.
Matos Araluce tilda estas
acciones de Obama como un error en materia de política exterior, a la par que
favoreció al fortalecimiento del gobierno cubano.
La aparición de este
amoral personaje no hace otra cosa que mostrar la baja catadura de quienes se
oponen a un acercamiento entre ambos países y tratan de mantener a toda costa
el irracional aislamiento hacia Cuba.
¿Qué moral tiene para
cuestionar a Obama un ladrón y un estafador, comprometido ahora con varios
planes terroristas en marcha en Centroamérica, relacionados con la venidera
Cumbre de las Américas, a celebrarse en abril venidero en Panamá?
¿Habrá olvidado el mundo
que este personaje fue acusado por la asistente del Fiscal Federal de EE.UU.,
Cheryl Bell, en enero de 1995, de haber estafado al sistema de salud
norteamericano por cerca de 3,3 millones de USD, a través de la clínica Florida
Medical & Centro de Diagnóstico Inc., cuya propiedad compartía con Juana
Mayda Pérez Batista, la que fue sentenciada por la juez de Distrito Úrsula
Ungaro-Pérez Batista a varios años de prisión y a pagar una multa de 250,000 dólares?
¿Sabrán también que Huber
Matos Araluce fue el único de los 12 implicados en el fraude continuado al
Medicare que logró escapar de la justicia y buscó un cómodo e impune refugio en
Costa Rica, al amparo de un bochornoso tráfico de influencias del gobierno
tico, que le concedió la ciudadanía costarricense apenas tres meses después que
EE.UU. solicitara su extradición, evitando con ello la acción legal contra este
delincuente prófugo de la justicia norteamericana?
¡Cállese, señor Matos
Araluce! Usted carece de fuerza moral y prestigio para opinar sobre legítimas
decisiones adoptadas por gobiernos soberanos. Los ladrones y estafadores, terroristas y
conspiradores carecen de convicción y fuerza para cuestionar estos menesteres.
Percy
Francisco Alvarado Godoy
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