viernes, 27 de febrero de 2015

Alan Gross es como sus jefes: todo por dinero.



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Según divulgó el blog Cuba Confidential, dirigido por Chris Simmons, bajo el título de “Alan Gross Takes Fight with Feds to U.S. Supreme Court”, bajo la firma de Zoe Tillman, del Legal Times, el recién liberado subcontratista de la USAID, Alan Gross, parece estar dispuesto a pasarle la cuenta al gobierno norteamericano ante la Corte Suprema de los EE UU.

La base de su demanda es una revisión de “si el Gobierno se hace responsable de los daños que él y su esposa afirman haber sufrido mientras se encontraba detenido en Cuba".

Como resultado de un litigio perdido en un juicio y su reclamación ante una corte de apelaciones en Washington, la nueva acción legal de Gross,  presentada ante la Corte Suprema el 12 de febrero, defiende haber sido afectado por el gobierno, tanto económica como emocionalmente, lo cual fue desentendido por el tribunal de apelaciones, so pretexto de que los daños padecidos por Gross y su familia son responsabilidad de Cuba, exonerando descaradamente a sus reclutadores y financistas de su actividad subversiva.

El gobierno de Estados Unidos se trató de lavarse las manos como Poncio Pilatos, negando el hecho de que Gross no fuera advertidos de los riesgos que asumía al realizar su aventura de espionaje dentro de Cuba. De hecho, paradójicamente, aceptaba la existencia de estas labores subversivas dentro de Cuba.

El ambicioso Gross espera sacarle una gran tajada al gobierno, con esperanza de que la respuesta a su demanda, la que tendrá lugar el próximo 16 de marzo, le sea favorable.

En resumen, Gross prueba la catadura moral – tan diferente a la de los Cinco cubanos liberados por EEUU, que no han hecho otro reclamo a su gobierno, que no sea el de seguir sirviéndole con entrega y convicción. Sobran, pues, los comentarios.

Percy Francisco Alvarado Godoy

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