jueves, 2 de abril de 2015

La VII Cumbre y los derechos humanos

En la VII Cumbre de las Américas, que se celebrará en la ciudad de Panamá entre el 10 y 11 de abril, se reunirán los jefes de Gobierno de por lo menos 26 países. Paralelo a la Cumbre, la OEA ha convocado a cuatro reuniones. Una de estas girará en torno a los derechos humanos. EE.UU. anunció que pretende politizar el evento, financiando los viajes de provocadores cubanos y venezolanos, para generar disturbios que sus cadenas periodísticas difundirían a escala global. Entre los cubanos, residentes en Miami, que vienen a Panamá, varios son asociados de los terroristas que en la Cumbre Iberoamericana de 2000, realizada en la capital panameña, planearon atentar contra la vida de Fidel Castro.

La VII Cumbre y los derechos humanos  

EE. UU., al igual que el resto de los países miembros de las Naciones Unidas, contiene en su Constitución y sus leyes, salvaguardas para proteger los derechos humanos de su población. Sin embargo, es común que sean violadas en forma sistemática.

Al igual que en muchos otros países, los derechos humanos en EE.UU. han sido politizados. Por ejemplo, si la violación de los derechos humanos contribuye a la ‘seguridad nacional’ (es decir, a los intereses de los sectores sociales dominantes) el Gobierno norteamericano lo considera aceptable. Al contrario, si la reivindicación de los derechos humanos por algún sector social es considerado peligroso para la ‘seguridad nacional’, entonces ese grupo es declarado ‘terrorista’.

Quizá el mejor ejemplo de la violación de los derechos humanos en EE.UU. es el caso de la base militar de Guantánamo, donde han pasado miles de prisioneros de las guerras en el Medio Oriente sin ser acusados, mucho menos condenados. Todos han pasado por torturas increíbles por períodos que superan una década. Torturas documentadas y publicadas.

En la VII Cumbre de las Américas, que se celebrará en la ciudad de Panamá entre el 10 y 11 de abril, se reunirán los jefes de Gobierno de por lo menos 26 países. Paralelo a la Cumbre, la OEA ha convocado a cuatro reuniones. Una de estas girará en torno a los derechos humanos. EE.UU. anunció que pretende politizar el evento, financiando los viajes de provocadores cubanos y venezolanos, para generar disturbios que sus cadenas periodísticas difundirían a escala global. Entre los cubanos, residentes en Miami, que vienen a Panamá, varios son asociados de los terroristas que en la Cumbre Iberoamericana de 2000, realizada en la capital panameña, planearon atentar contra la vida de Fidel Castro.

La Cancillería panameña ha dicho que está tomando las medidas de seguridad para garantizar las vidas de los presidentes que visitan la capital panameña. Incluso, ha solicitado asesoría de los cuerpos especializados de Venezuela, Colombia y EE. UU.

El presidente Barack Obama, en contraste con sus homólogos latinoamericanos, llegará a la Cumbre de Panamá con el peor historial en materia de derechos humanos. Sería oportuno que, tanto en las sesiones de los presidentes como en la cumbre paralela sobre esta materia, se revisara el abuso constante de los derechos humanos de EE. UU., tanto contra su población como en el resto del mundo.

En 2013 la población encarcelada en EE.UU. sumaba 2.3 millones de personas. La cifra más alta del mundo. La mitad de los privados de libertad han cometido delitos ‘no-violentos’. En EE.UU. todavía se sigue imponiendo la pena de muerte en la gran mayoría de los estados federales. Un estado aprobó en marzo utilizar el pelotón de fusilamiento para aplicar la pena de muerte.

La justicia en EE.UU. tampoco reconoce los derechos humanos de las llamadas minorías. La tasa de condenas y encarcelamientos según los antecedentes étnicos es discriminatoria. Según las estadísticas, el 13 por ciento de la población de EE.UU. es negra (de origen africano), pero el 31 por ciento de la población encarcelada pertenece a esa etnia. Es común que en EE.UU. se reprima a las protestas de los negros usando fuerza excesiva que incluye armas de fuego y otros medios letales.

La juventud y los trabajadores extranjeros son los que sufren más las violaciones a los derechos humanos. Los jóvenes son abusados y los trabajadores superexplotados. Además, son objeto de persecución judicial, siendo privados de su libertad y deportados. El año pasado, las autoridades norteamericanas admitieron haber detenido a casi 70 mil niños en campos de concentración insalubres y sin protección. Para no reconocer sus derechos humanos, EE.UU. alega que los niños son una amenaza a la ‘seguridad nacional’ de ese país.

En EE.UU. también se desconocen los derechos humanos de los menores de edad que trabajan, especialmente en labores agrícolas. Los derechos de las mujeres también son violados sistemáticamente. Una de cada cinco mujeres es violada en las instituciones de educación superior.

Es oportuno que en la Cumbre de las Américas las violaciones a los derechos humanos de los países latinoamericanos, invadidos por EE. UU., también sean revisados. Entre éstos se destacan Panamá, República Dominicana, Granada, Nicaragua, Colombia y Perú. Tampoco deben olvidarse los golpes que costaron miles de vidas coordinados por EE.UU. en Chile, Guatemala, Honduras, Argentina y Paraguay. Aún más pertinente, la Cumbre debe exigir un fin a las amenazas del presidente Obama contra Venezuela.

Marco A. Gandásegui, Hijo
opinion@laestrella.com.pa

*PROFESOR DE SOCIOLOGÍA DE LA UNIVERSIDAD DE PANAMÁ E INVESTIGADOR ASOCIADO DEL CELA.

Tomado de La Estrella de Panamá

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