La sociedad británica no sale de su asombro. Este martes ha comenzado en el Reino Unido
el juicio contra Mark Colborno, un británico de 37 años que tenía la
pretensión de cambiar el rumbo de la historia para que el próximo rey de
Gran Bretaña fuera pelirrojo. Por eso, había planeado asesinar a toda
la línea sucesoria de la Casa de Windsor hasta llegar al príncipe Harry.
“Carlos está protegido”, decía Colborn en una de sus notas, “pero no
demasiado. Será fácil. Sacrificaría mi vida por una bala en su cabeza.
Pero para hacerlo necesito un rifle de francotirador con silenciador”,
concluía.
A Colborn le gustaba compararse con el extremista de ultraderecha
noruego Anders Breivik, el autor de la masacre en la isla de Utoya. Y
planeaba fabricar bombas químicas con cianuro para exterminar a la
población de cabello oscuro.
La policía lo detuvo gracias a que lo delató su propio hermanastro,
que había encontrado un laboratorio improvisado en una residencia
secundaria que la familia tiene en Southampton. Allí había los
ingredientes necesarios para elaborar cianuro casero, junto a jeringas,
probetas y toda la parafernalia necesaria para fabricar una bomba
artesanal.
El acusado niega todos los cargos y
argumenta que sufre trastornos de personalidad, depresión y agorafobia.
Su defensa ha explicado además que tuvo una infancia “problemática” en
la que se sintió tremendamente marginado por el hecho de ser pelirrojo.
Por Fran García | Con THE GUARDIAN, AFP
Euronews
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