Han surgido nuevas evidencias de que el gobierno norteamericano y sus agencias han mantenido un fuerte monitoreo, especialmente el FBI y el DHS, sobre los grupos de motoristas en EEUU. La razón principal radica en que muchos de sus integrantes están enquistados dentro de sitios estratégicos de la política del país, al extremo que pueden encontrarse entre ellos a técnicos de plantas nucleares, militares en activo, contratistas del FBI, del Pentágono, la NSA y la CIA, quienes pueden acceder a asuntos ultraconfidenciales.
Se estima que cerca de un centenar de personas clasificadas como poseedores de secretos tienen vínculos con estas pandillas de motoristas, lo que ha despertado seria preocupación en la comunidad de inteligencia del país. Esto se ha puesto de manifiesto en un reporte del Buró de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), elaborado en el 2014, donde se destaca la vulnerabilidad de seguridad para EEUU que estas personas y sus interrelaciones representan. Este reporte clasifica a la pandillas con el criptonimo OMGs.
Este reporte de 40 páginas de la Oficina de Inteligencia e Información Estratégica del ATF, titulado “OMGs y el Ejército 2014”, no solo advierte sobre el incremento de la violencia de estos grupos y su aumento en actividades de narcotráfico, sino también sus relaciones con las esferas más sensibles de la defensa de la nación y con milicias radicales.
La relación entre los OMGs y las autoridades, ha estado bajo escrutinio después que se dio a conocer que el DHS estuvo preparado para enfrentar el conflicto en Waco.
No ha sido raro que los jefes de estas pandillas realicen labores de espionaje, reclutamiento y sonsacamiento entre funcionarios y militares cuyos puestos son clave en el gobierno y las FF AA.
A pesar de que los medios, presionados por el gobierno federal, tratan de vender el funesto evento de Waco como una batalla territorial, lo cierto es que fue una acción de exterminio realizada con la anuencia del FBI y el DHS con vistas a eliminar supuestas fugas de información hacia Rusia por parte de los Cosacos.
Para realizar esta operación de bandera falsa, intentando culpar a los Bandidos en la eliminación de los Cosacos, las fuerzas de contrainteligencia de EEUU se apoyaron en esta banda cuyos mimebros, como un sargento de la USAF en la base militar de Keesler, pertenecen a los Pistoleros, un club de apoyo a los Bandidos. Son frecuentes, por tanto, encuentros y fiestas entre militares en activo, contratistas, funcionarios del FBI, el DHS, la NSA y la CIA, con mimebros de los OMGs.
Las muertes de los Cosacos, presumiblemente vinculados a operaciones de espionaje ruso en EEUU, fue una operación de exterminio -lo ratifico-, organizada para neutralizar potenciales fugas de información sensible. Fue, a todas luces, una operación negra del gobierno USA.
Percy Francisco Alvarado Godoy
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