El oportunista y
nada valiente Jorge Luis García Pérez (Antúnez), hizo de guapetón en el Desayuno
del Partido Ortodoxo, realizado en el restaurante Versailles, en Miami, para congraciarse
con aquellos mafiosos y terroristas de línea dura con los que ha optado por
juntarse.
Como este grupo de
bandoleros viven de la presunción falsa de que los simpatizantes de la
Revolución Cubana –e incluso aquellos que apoyan el actual proceso de
acercamiento entre Cuba y EEUU-, están en la ciudad floridana “provocando” al “exilio”,
Antúnez amenazó a quienes, según ellos, dañaron parcialmente en días pasados el
Monumento a Nuestros Mártires de la Casa del Preso, en la Pequeña Habana
(realmente ocasionado por un accidente de tráfico), diciendo “que no va a permitir más afrentas contra el
sagrado exilio cubano de Miami”, enfatizando que estos supuestos actos
están dirigidos a dividir el exilio por parte de supuestos procastristas que
están radicados y camuflados en Miami. ¿Será tonto o su afán de protagonismo lo
hizo hacer tal afirmación tan descabellada? Llegó al extremo de decir que quienes hicieron tal "afrenta", se las verán con él.
Antúnez quiso
mostrarse atrevido, irreverente y baladrón ante el grupo de
contrarrevolucionarios entre los que sobresalió Luis Posada Carriles, junto al
corrupto y cuestionado líder de dicha organización, Luis Conte Agüero.
La fanfarronería de
Antúnez fue aplaudida por los presentes, a pesar de que saben que la misma solo
la emplea en Miami cuando, realmente, siempre se caga en Placetas. El absurdo
de presumir que el destrozo parcial del citado monumento fue un acto de
sabotaje, no se lo cree nadie, sobre todo cuando dichas especulaciones salen de
las plumas de Aldo Rosado Tuero en su sitio Nuevo
Acción en reportaje, donde dice: “Tengo la impresión de que esto es
una advertencia tipo mafia”; asegurando: “Tengo testigos de que hace
varios días -antes de que ocurrieran los hechos- he alertado sobre la
posibilidad de que comencemos a recibir ataques y atentados -muchos de ellos
disfrazados de ‘accidentes’-…”
Pero la cosa no
quedó en simple guapería. Antúnez exigió que las autoridades detuvieran a los “sicarios
castristas” que cometieron el supuesto desmán. De esta forma el llamado “diamante
negro” por sus socios de Miami, vendió el supuesto de que los apegados al
diálogo entre Cuba y EEUU son provocadores de Cuba y constituyen un peligro
para el exilio. ¿Torpe y barata manipulación, no?
Este
contrarrevolucionario, incapaz de cruzar sus lanzas con mujeres y jóvenes que
le salen al paso frente a sus provocaciones en Cuba, se ha convertido –ávido de
glorias y de dinero-, en el nuevo “superhéroe” de ese añejo, excluido y pasado
de moda grupúsculo de contrarrevolucionarios y viejos terroristas.
Percy Francisco Alvarado Godoy
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