Podrán llamarme crítico o demasiado exigente, pero
soy de la opinión de que cuando uno se compromete con una empresa, debe hacerlo
de lleno, sin subterfugios ni segundas intenciones.
A lo largo de todos los años en que la Revolución
Cubana ha resistido los embates de la potencia más peligrosa de todos los
tiempos y sus acólitos; esta una y otra vez ha demostrado la pureza de sus
ideales, su compromiso desinteresado; mientras que los del otro bando, una y
otra vez confunden ideales tan preciosos como la libertad, la democracia y los derechos
humanos, con el brillo del oro y el aroma del dinero fácil.
Más de una vez, Cuba ha denunciado1 el
negocio que es ser “opositor” en la Isla, y también en Miami; pero pocas veces
vemos cómo desde otras tierras surgen “profetas de la libertad”, en busca del
dinero gringo que brota en las fuentes de la política anticubana.
En la pasada VII Cumbre de las Américas, mal que dio
un evento2 en el que, supuestamente, exponentes de lo “mejor y más
puro” de los legisladores latinoamericanos se congregaron para atacar a Cuba y
Venezuela y a cuanto les huele a progresista en la región.
Más allá de sus diatribas y lloriqueos, que redundan
en lo mismo desde hace décadas, lo interesante es ver cómo esta gente lleva
años intentando engancharse en el “tren del dinero”, quiero decir, el de la
lucha por los “derechos humanos”.
El mejor exponente es la Diputada Nacional por el
partido argentino Propuesta Republicana (PRO), Cornelia Schmidt-Liermann -una
señora que sabiendo que como política es más bien mediocre, y con pánico
justificado de no salir electa en las próximas elecciones-, está haciendo
malabares por encontrar alguna fuente de financiamiento extra.
Inicialmente fundó el llamado grupo “Parlamentarios
por la Democracia en Cuba” (PARLADEM), que antes se llamó “Grupo Parlamentario
Latinoamericano por la Democracia en Cuba”, a raíz de la celebración en
Santiago de Chile de la Cumbre de la CELAC3.
Al quitar “Latinoamericanos” del nombre de esta
organización, imagino que está en busca de que parlamentarios europeos,
africanos asiáticos, y, sobre todo, norteamericanos, se sumen a esta “lucrativa”
iniciativa. A pesar del tiempo trascurrido, PARLADEM no ha logrado realizar
ninguna acción que amerite su nombre, salvo intentar descubrir de dónde le sale
la plata a los profesionales del anticastrismo en Miami.
Prueba de ello es el sitio4 que detalla
la vista de la asistente de la Diputada Schmidt, Mariana Paula de Guili, a
Miami, y cito: “Durante su estancia en la
Florida, Srta. exiliados anticastrista; con la finalidad de obtener información
respecto a las violaciones de los derechos políticos, civiles y humanos
cometidos por el Castrismo; así como para recabar la colaboración de estos
grupos sobre la mejor forma de implementar acciones parlamentarias en sus
respectivos países para ayudar a la causa de los demócratas cubanos”.
En otras palabras, ¿cómo se le saca plata al
gobierno de Estados Unidos para destinarlo a “luchar por la democracia”?
Este viaje, aparentemente no funcionó pues PARLADEM,
si algún financiamiento obtuvo, lo invirtió en comprarle vestidos nuevos a
Cornelia, pues esta es una organización que sólo recuerda que existe cuando
tiene la oportunidad de hacer ruido, uniendo su nombre a eventos de importancia
regional como las Cumbres de las Américas o de la CELAC.
Cornelia, sabiendo que no será parlamentaria por
mucho tiempo, y por tanto ya lo de PARLADEM no tiene sentido, se ha sacado otra
organización de debajo de la manga, la Asociación para la Democracia en las Américas
(ADA), presentándola en Panamá3 como si de algo distinto se tratara;
aunque la pronto ex diputada no se haya dignado a aparecer en el evento,
enviando a su acólita Giuli en su lugar (para que las cosas funcionen tienes
que hacerlo tú misma, Cornelia).
Y ustedes se preguntarán, ¿cómo es que uno llega a
la conclusión de que PARLADEM y ADA no son más que intentos de vivir de la
subversión contra Cuba? Pues, simple, maestro.
Porque la sabiduría popular nos enseña que “dime con
quién andas, y te diré quién eres”; y más allá del detalle de ir a Miami a “empaparse
del tema”, en este link3 vemos que el representante de EE.UU. de
PARLADEM es, nada más, ni nada menos, que Marc Watchtenheim, denunciado5
como uno de los más destacados intermediarios entre el Gobierno de EE.UU. y sus
peones en Cuba (y especialista en quedarse con una tajada de cada una de esas
transacciones).
Con representantes (o asesores) como este, además con
sólidos y demostrados vínculos con la CIA ¿qué podremos esperar de ADA/PARLADEM?
Y por otra parte ¿cuál será la “parte” de los líderes
del PRO en este asunto? ¿Les toca una tajada del dinero que pagan los
contribuyentes estadounidenses y que cómo en Miami, se queda en Buenos Aires
sin llegar a La Habana; o dejan que Cornelia se enriquezca y ellos se limitan a
mirar a un lado, ocupados en sus propios “affaires”?
El Editor del Blog
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