jueves, 25 de junio de 2015

La verdadera cara del “Proyecto Alternativa Cuba 2018”.



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En el programa Las Noticias Como Son, del día de ayer, bajo la conducción de José Luis Ramos y Amado Gil, Radio Martí entrevistó a Alejandro González Raga, director ejecutivo del llamado   Observatorio Cubano de Derechos Humanos, sobre el proyecto contrarrevolucionario denominado “Proyecto Alternativa Cuba 2018”.

Según el entrevistado, su organización “ha comenzado a trabajar con ciudadanos, organizaciones, activistas de la Isla de Cuba para la preselección y preparación de precandidatos en todo el territorio nacional, con vistas a participar en esas próximas elecciones del 2018”. 

Según González Raga, este proyecto surgió como resultado de una reunión que se celebró hace unos días con varios contrarrevolucionarios cubanos y resulta ser “el colofón de todo eso y el resumen de las ideas que se manejaron ahí dentro del seminario y lo que intenta es tratar de crear un movimiento ciudadano, de participación ciudadana en las elecciones.”

Para Raga este intentó viene a ser una repetición más o menos similar al fracasado Proyecto Varela.

Según los moderados de Radio Martí, a partir del documento en cuestión, existen algunas propuestas que fueron hechas desde la inventada sociedad civil, -entiéndase suciedad civil contrarrevolucionaria-, en la cual exigen “que el proceso electoral sea plural, con igualdad de condiciones y transparente, que posibilite la libre concurrencia y la participación ciudadana, la eliminación de las comisiones de candidatura, la libre postulación de candidatos a delegados a las Asambleas Provinciales, candidatos a delegados a la Asamblea Nacional y que se permita el voto secreto en las asambleas de nominación de candidatos a las circunscripciones y municipios.” Con ello, de un simple pajazo, pretenden que el pueblo renuncie a elegir a sus propios representantes y cualquier oportunista, sin representatividad, aspire a ocupar un puesto en los órganos de Poder Popular.

González Raga se confunde con respecto a que la nueva Ley Electoral permita que asciendan a responsabilidades dentro del país personas que no responden a los intereses mayoritarios del pueblo. Ese es un craso y anticipado error. También se equivoca al pensar que nuestro pueblo, en su mayoría, aprueba cualquier propuesta jurídica que vulnere su soberanía, abra espacios a la contrarrevolución y ponga en peligro nuestra constitucionalidad socialista. La mayoría aprobará la nueva Ley Electoral bajo principios de defensa a nuestra autodeterminación, nuestra independencia y nuestro socialismo.

Tampoco el proceso de acercamiento diplomático entre Cuba y Estados Unidos, con independencia de lo que piense la parte norteamericana, incluirá en el diálogo entre ambas naciones a una representación de la contrarrevolución desestabilizadora, ni tampoco se agregará a la agenda de diálogo cualquier pretendida aspiración de la suciedad civil minúscula y mercenarizada.

La idea de propiciar la demanda de que las personas solo puedan ser diputados en dos oportunidades en el mismo órgano, así como la inclusión de la figura del llamado interventor con vistas a garantizar una supuesta imparcialidad –refrendada en nuestra actual Constitución-, no son más que argucias para evitar que las personas dirijan sobre la base de su ejemplaridad y respeto ante el pueblo.

El cronograma de ejecución para llevar a cabo la implementación, de seguro fallida de este proyecto, tuvo sus inicios en marzo de este año, recibiendo el apoyo de grupos de derecha como la KAS, ODCA, FNCA, NED, USAID y otras entidades que desarrollan la guerra subversiva e ideológica contra Cuba. Los encuentros en México y la pasada Cumbre de las Américas en Panamá fueron escenarios propicios para apuntalar tales pretensiones.

Todo ese andamiaje de apoyatura para viciar las elecciones en Cuba en el 2018, pretende desarrollar programas de capacitación, encuentros y entrenamiento a contrarrevolucionarios en los próximos meses. El resultado que esperar alcanzar son individuos que, de alguna manera, puedan incluirse como posibles candidatos a dichos comicios, lo que desde ahora –partiendo de la base de que nuestro pueblo no abra brechas a los hipócritas y engañosos proyectos contrarrevolucionarios-, resulta imposible de alcanzar.

Este engañoso Proyecto Alternativa Cuba 2018, auspiciado por el OCDH, resultará difícil de ser aceptado por nuestro pueblo, quien conoce bien en dónde están sus verdaderos enemigos.


Percy Francisco Alvarado Godoy

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