sábado, 8 de agosto de 2015

El verdadero daño del cyberataque a EEUU




No caben dudas de que el enorme cyberataque demostró no solo la vulnerabilidad de los sistemas de seguridad informática de EEUU, sino la capacidad de los hackers, presumiblemente chinos, de vulnerarlos sistemáticamente. El Pentágono ocultó la magnitud del daño.



 http://www.laopinion.com/apps/pbcsi.dll/storyimage/IM/20150604/NEWS/306049889/AR/0/AR-306049889.jpg?ExactW=640&ExactH=450&imageversion=Article


Un funcionario del Pentágono dijo a la Voz de América que el ataque contra la red de correo electrónico del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, ocurrido alrededor del 25 de julio que obligó a cerrar toda la red sin haber sido solucionado hasta el momento, tiene todas las características de un ataque patrocinado desde otro país, aunque desestimó identificar de dónde provino el mismo. No obstante, algunos medios norteamericanos como NBC y The Daily Best culpaban a Rusia del enorme hackeo.

Según el portavoz del Departamento de Defensa, Capitán Jeff Davis, el Pentágono enfrentó la situación con una estrategia conservadora al responder a la intrusión cerrando completamente la red para hacerle los arreglos necesarios. Al parecer, los medios manejan el hecho de que ninguna información sensible fue comprometida, teniendo en cuenta que miles de correos militares y civiles fueron comprometidos.

Algunos analistas como Bob Stasio, del instituto Truman National Security Project, en Washington, DC, son del criterio de que el cyberataque fue realizado por hackers chinos, sin negar la capacidad de Rusia para realizarlos.


Por su parte, ANSA destacó que el Pentágono se vio obligado a dejar fuera de servicio a su sistema de correo electrónico hace dos semanas luego de sufrir un "sofisticado ataque informático" de parte de presuntos piratas rusos, informaron hoy fuentes locales, así como que ya tiene previsto reactivar el sistema de correos electrónicos en los próximos días.

Se supo que los hackers en cuestión capturaron los datos de las computadoras, desde cuentas encriptadas, y en menos de un minuto los distribuyeron a miles de cuentas en Internet.

Lo cierto, según otras fuentes, es que la magnitud del ataque hizo que el presidente Obama declarara una Emergencia de Seguridad apenas cinco horas después de la intrusión, mediante una orden ejecutiva al amparo de la Asignación de Seguridad Nacional y Preparación para Emergencias Funciones Comunicaciones, enfatizándose que el hackeo comprometió seriamente a instalaciones de armas estratégicas del Pentágono, entre ellas a las que operan armas nucleares y químicas.

Una de las medidas poco comentadas fue la suspensión del servicio celular a 37 millones de personas en EEUU, sin que se les explicara a los mismos el motivo de la afectación. También se confirmó que el ataque afectó a 10 000 servidores militares y civiles en ciudades como Seattle, San Francisco, Denver, Atlanta, Chicago, Boston, Filadelfia, Nueva York y otras importantes áreas metropolitanas. Los objetivos militares comprometidos fueron  el  Laboratorio Nacional de Oak Ridge  (ORNL) situado en Oak Ridge, Tennessee; Redstone Arsenal (RSA), ubicado en Huntsville, Alabama; Blue Grass Depot Army (BGAD) situado en Kentucky central; y las plantas de enriquecimiento de uranio situados en Paducah, Kentucky y Portsmouth, Ohio.
 

No caben dudas de que el enorme cyberataque demostró no solo la vulnerabilidad de los sistemas de seguridad informática de EEUU, sino la capacidad de los hackers, presumiblemente chinos, de vulnerarlos sistemáticamente.

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