Mucho ha sido lo que se ha especulado, manipulado y
escrito en los medios que participan en la guerra ideológica anticubana,
particularmente sobre la venidera visita del presidente Obama a Cuba. Otro
tanto ha ocurrido en las redes sociales en donde contrarrevolucionarios
asentados en la Isla y en el exterior han usado las redes sociales Facebook y
Twitter, así como su blogosfera y sitios web, alcanzando –según mi búsqueda
particular– casi 200 trabajos informativos y de opinión, así como un centenar
de tweets y retweets
Lo característico ha sido la repetición argumentativa,
pero se han perfilado varias tesis del discurso mediático que bien vale la pena
delimitar. Ellas expresan una premeditada difusión de rumores, intentos por
impostar en las gentes opiniones tendenciosas, sembrar dudas y confusiones, así
como generar falsas expectivas.
El colmo del servilismo se ha manifestado en la tesis de
presentar al mandatario gringo como un salvador y un mesías, receptor de una
gran popularidad y foco de “esperanzas por parte de los cubanos”. Muchos han
olvidado que, “salvo sus pálidas y positivas posturas hacia Cuba”, la política
de EEUU hacia el mundo durante su administración está cargada de hostilidad y
prepotencia. Han llegado, incluso, a mantener el discurso de que Obama “será
recibido por el pueblo como si fuera el presidente del país” y que goza de más
aceptación que los propios líderes cubanos.
Otro aspecto de la prepotencia tratada de venderse se manifiesta en las declaraciones de que el nuevo fabricado procónsul decidirá libremente con qué contrarrevolucionarios ha de reunirse durante su corta visita, y que Cuba debe de aceptarlo irremediablemente. Cuba respeta a Obama y no pondrá obstáculo alguno para que se encuentre con quien quiera encontrarse, más una percepción completa sobre la real sociedad civil cubana le debe hacer escuchar a la organizaciones que realmente representan en la Isla la voluntad mayoritaria de los cubanos. Ignorar esto, le haría cometer no solo una falta de tacto, sino también hundirse en una visión falsa de nuestras realidades.
Nuestro pueblo tiene tres factores claves a su favor:
confianza en su Revolución, alto nivel político y sentido de confraternidad,
respeto y diplomacia. Recibirá a Obama como representante de un pueblo hermano
y no habrá rubor alguno al ondear banderas norteamericanas junto a las cubanas.
Escuchará al mandatario con atención pero nunca perderá de vista que el mismo
merece admiración por sus pasos hacia Cuba, pero su política representa –en el
fondo– una nueva estrategia para derrumbar los logros alcanzados.
No tengo la menor de las dudas sobre la cautela que
tendrá Obama hacia nuestra soberanía. Irrespetarla representaría un estúpido
paso y él no es tonto. Sabe que podrá moverse libremente en Cuba, reunirse con
quien desee y gozar de nuestra hospitalidad. Sabe también que un legado basado
en la prepotencia y el irrespeto al anfitrión dura poco y pierde su sentido.
Si Obama quiere hablar de derechos humanos, que hable
francamente. Empero, debe ser receptivo ante nuestros puntos de vista sobre el
papel de su país como permanente violador de los derechos humanos de sus
ciudadanos y otras muchas gentes en el mundo. Por ética, la aceptación de que
su tejado es de vidrio debe ser la premisa más honesta antes de criticar a Cuba
sobre este tema.
No se confunda por nuestros enemigos el intento por
engalanar La Habana días antes de su visita –haciendo una gran inversión de recursos
materiales y humanos– como muestra de engaño o intento de impresionarlo. Cada huésped
ilustre para el cubano siempre le lleva, por costumbre, ofrecerle la casa lo
más bonita posible.
La contrarrevolución interna ha tratado a toda costa de
buscar visibilidad mediática antes de la visita de Obama, fomentando varios
shows mediáticos y otros circos –victimizándose descaradamente– para presionar
sus posturas hacia Cuba. Ha sido parte de la estrategia preconcebida por sus
financistas para cumplir este cometido. La administración Obama les ha
apalancado reiteradamente, lo que se manifiesta en las propias declaraciones del
mandatario, la Jacobson y otros funcionarios yanquis. Todo es parte del juego
mediático anticubano y una burda intención para presionar a nuestro gobierno.
Parte también de este juego lo han sido las reuniones de
funcionarios, tanto en La Habana como en Miami, Susan Rice y Ben Rhodes, para
lograr apaciguar posturas de intolerancia, oportunistas reclamos de la
contrarrevolución. Ben Rhodes se entrevistó con varios miembros de los
grupúsculos anticubanos en Miami, excluyendo a algunos como MAR por Cuba, el
Directorio Democracia, Vigilia Mambisa y el Movimiento Democracia, entre otros,
tradicionalmente críticos acérrimos de Obama y caracterizados por su
intolerancia y poco peso político.
La administración Obama se reunirá, por efecto, no con
todos los miembros de la contrarrevolución interna –levantando celos, críticas
y ataques– sino con élite de la misma, muchos de los cuales son mercenarios
viajeros y no han participado abiertamente en los ataques contra su persona al
mantenerse alineados con la extrema derecha reaccionaria. Esto ha acentuado las
profundas divisiones en el seno de los mercenarios internos y organizaciones
anticubanas en el exterior.
En Twitter se
usaron las etiquetas : #Deshielo, #Obama, #Kerry, #USA, #EEUU, #Miami, #DDHH, #VisitaObamaCuba, #VisitaObama, #Embargo, #castrocomunistas,#Castro, #BarackObama, #Cubanodeadentroydeabajo, para
sostener su discurso contra la visita del mandatario.
Obama ha sido fuertemente cuestionado por la ultraderecha
norteamericana, sobre todo por el grupo mafioso anticubano dentro del mismo
argumentando que con su visita legitima al status quo en Cuba, por lo que la
consideran apresurada, inoportuna y desacertada, a la par que lo califican como
falto de firmeza ante Cuba.
La convocatoria a los miembros de la contrarrevolución
interna a sabotear la visita de Obama está sobre el tapete. Conocemos de la
incitación a realizar provocaciones en esos días y se han adoptado medidas para
evitar que las mismas prosperen. Un pueblo organizado, respetuoso y cordial
sabrá cumplir con su misión ante cualquier acto de provocación.
Percy Francisco Alvarado Godoy
No hay comentarios:
Publicar un comentario